El sector turístico espera un año positivo que, no obstante, supone una ralentización con respecto a un 2023 extraordinario en el que se ha consumado la recuperación de los principales indicadores de la industria tras la pandemia. Exceltur, la patronal que aglutina a las empresas relacionadas con el turismo, ha anunciado este miércoles durante la presentación de sus valoraciones de cierre de año que espera superar este ejercicio por primera vez los 200.000 millones de euros en facturación -frente a los 186.596 millones de euros de 2023- y elevar su participación en el Producto Interior Bruto nacional hasta el 13,4%, frente al 12,8% del año anterior.
Incluso en un momento de tensión internacional por los conflictos en Oriente Medio, la inflación todavía elevada o el freno de la economía, el turismo ha presentado unos resultados excepcionales en 2023. José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur, asegura que la preferencia del gasto turístico sobre otros ha ayudado a que la facturación a cierre de año se elevara en el entorno del 13%, un registro al que han ayudado las mejoras en el gasto de los viajeros que han elegido España, tanto los extranjeros (un 17,9% más con respecto a 2019) como en los viajeros nacionales (22,2% más frente a antes de la pandemia).
Aunque Zoreda asegura que el sector espera que las decisiones de desembolsos en viajes sigan siendo prioritarias para la población. Por otro lado, pese a que los subsectores que integra la organización (transporte, alojamiento, ocio y distribución) esperan una bajada en las ventas en el arranque del año, los datos seguirán siendo positivos. Por ello, Exceltur estima que para 2024 la facturación se ralentizará al 7,8%.
La patronal del sector también ha estimado que el turismo fue, con mucha diferencia, el gran motor de la economía española en 2023, que mostró una resiliencia mayor con respecto a otros socios europeos, como Alemania. Óscar Perelli, director de Estudios e Investigación de Exceltur, aseguró que las cuentas globales del sector mejoraron en cerca de 20.000 millones de euros, unos datos que trasladados al crecimiento de la economía española el año pasado (el 2,4% según el Banco de España) supone el 70,8% del crecimiento real del Producto Interior Bruto (PIB) español gracias al turismo. Un impacto que en 2024 Exceltur estima que será del 44,1%.
Un año de altibajos
Zoreda estima que el año tendrá tendencias irregulares. Si bien en la primera mitad del año las instituciones de análisis económico auguran que las economías europeas se estancarán, el turismo español podrá mantener, al menos en el arranque del año, un tono positivo. Entre las razones, las tensiones en el Mar Rojo provocarán que países competidores del Mediterráneo Oriental -como Egipto- dejen de ser tan atractivos para el turismo extranjero, algo de lo que se beneficiará principalmente Canarias, asegura el directivo de Exceltur.
Por otro lado, el hecho de que las vacaciones de Semana Santa de este año se coloquen a finales del mes de marzo, será el otro evento que impulsará al alza a la industria. En cualquier caso, los documentos presentados por Exceltur hablan de un primer semestre de "mayor apatía" para el turismo "que recuperará el tino" en la segunda mitad del año.
Gestionar el éxito
El vicepresidente ejecutivo de Exceltur quiso hacer hincapié en que desde el sector se hacen cargo del incremento del turismo de masas y la existencia de situaciones insostenibles en las ciudades por la gran afluencia de viajeros, algo para lo que Zoreda asegura que el sector debe buscar una "mejor gestión" del éxito de la industria para ser "socialmente más sostenibles".
En este sentido, Zoreda ha asegurado que los grandes crecimientos de este año han derivado de la gran demanda de servicios turísticos desde la pandemia y que es necesario articular un modelo que no esté basado en los grandes flujos, ya que "no sabemos cuánto durarán las ganas de viajar" de los ciudadanos, comentó.
"Crecer por crecer en lugares con masificación puntual no es algo que debamos seguir primando. No debemos fomentar crecimiento que, aunque pudieran ser económicamente factibles, sean socialmente indeseables", concluyó.
