Pilotan la Europa de la Covid-19

Von der Leyen y Michel, los arquitectos de la recuperación económica de la UE

La presidenta de la Comisión diseñó el mayor plan de la historia de la Unión contra una crisis. El del Consejo ‘encerró’ durante cuatro días a los líderes europeos para lograr su aprobación.

EFE
Von der Leyen y Michel, los arquitectos de la recuperación económica de la UE.
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Una alemana y un belga, la presidenta de la Comisión Europea y el del Consejo, Úrsula von der Leyen y Charles Michel, son los arquitectos del mayor plan en la historia de la UE contra una crisis económica: el fondo de reconstrucción conocido como "Next Generation", dotado con 750.000 millones de euros y adosado a los próximos presupuestos comunitarios, que rozarán los 1,07 billones.

Ellos son sus creadores, los impulsores de las negociaciones y los arquitectos del diseño final con el que se repartirán el total de 1,8 billones de euros aprobados el pasado julio en Bruselas. Son los responsables de que estos recursos comunitarios empiecen a desplegarse este mismo año y rieguen con miles de millones España o Italia durante 2021, 2022, 2023.

Von der Leyen y Michel son dos políticos con orígenes parecidos, carreras diferentes y destinos que han confluido en Bruselas, la ciudad en la que ella, alemana, nació y en la que él, belga del sur, conquistó el poder estatal superando la 'sombra' política de su padre.

Von der Leyen nació en Bruselas en el seno de una familia alemana porque su padre fue uno de los primeros altos funcionarios de la Comisión Europea a finales de la década de los 50. No entró en política hasta que ya rozaba la cuarentena y tras trabajar como médica o vivir en California. Charles Michel es hijo de Louis Michel, patriarca del liberalismo belga, ministro de Exteriores y comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria.

La carrera de Von der Leyen fue meteórica: diputada regional, ministra regional, ministra federal de Familia y Juventud, titular de Empleo y, finalmente, de Defensa cuando ya se había convertido en una de las dirigentes de confianza de la canciller Angela Merkel.

Michel se convirtió en primer ministro belga en 2014 al frente de una enrevesada coalición de liberales, democristianos y nacionalistas flamencos. Tal y como le sucedió a Von der Leyen, tuvo que enfrentarse al juego de tronos que marcó la 'lucha' por los puestos de dirigencia de la UE durante el verano de 2019. Contra todo pronóstico, los dos se hicieron con las presidencias de la Comisión y el Consejo.

Una ascensión llena de obstáculos

Sus primeros pasos no fueron fáciles: debían cerrar el Brexit, enfrentarse a la presión comercial del estadounidense Donald Trump, dar un giro de 180 grados a la UE en la cuestión del cambio climático… y generaban escepticismo por las capitales, que en algunos casos les veían como la 'enchufada' de Merkel sin suficiente experiencia para presidir la Comisión y el amigo de Macron sin el carisma ni empuje de su antecesor para liderar las negociaciones dentro del Consejo.

La crisis del coronavirus hizo estallar en mil pedazos los planes y calendarios políticos de todo el continente. El tremendo desplome de la economía provocado por los confinamientos para frenar la pandemia y el riesgo de que Europa sumase otro lustro de crisis forzó a Merkel a pactar con Macron un masivo plan fiscal comunitario.

Y aquí fue donde la capacidad y olfato político de Von der Leyen se pusieron a prueba. Tenía que recoger el guante, concretar un fondo masivo de inversiones para la reconstrucción -"un nuevo plan Marshall", según dijo ante el Parlamento Europeo-, digerible por todas las capitales sin romper las costuras institucionales de la UE.

Apoyada en su equipo de asesores, dos de ellos brillantes economistas holandeses muy críticos con la gestión de la pasada crisis, Von der Leyen lanzó el fondo "Next Generation", una obra de ingeniería financiera y legal de 750.000 millones de euros, más de la mitad en transferencias a fondo perdido para los Estados, financiado por nuevas emisiones masivas de deuda gracias al aumento del margen de recursos del próximo presupuesto plurianual de la UE. Ella es la arquitecta del "momento Hamilton" comunitario, en palabras de un alto diplomático.

La negociación de la terraza

Una vez presentado el engranaje, a Charles Michel le correspondió la titánica tarea de conseguir un acuerdo sobre el "Next Generation", superando las reticencias atávicas de Países Bajos, Austria, Dinamarca y Suecia -los ‘Cuatro Frugales’- a un endeudamiento mutuo y transferencias de recursos desde los contribuyentes netos de la UE hacia los países dependientes de más fondos.

La cumbre europea celebrada entre el 17 y el 20 de julio ha pasado a la historia como la segunda negociación más difícil de la UE tras la de Niza del año 2000 por las posturas tan enfrentadas. Para superara las amenazas de ruptura que estuvieron a punto de arruinar la cita en dos ocasiones, Michel apuntó directamente a la responsabilidad personal de los líderes.

“Fue una broma, pero les dije [a los jefes de Estado y Gobierno de la UE] que conozco muy bien a la primera ministra belga y que pensaba pedirle que cerrase todos los aeropuertos del país mientras no se alcanzase un acuerdo”, ha reconocido recientemente el propio Michel sobre los momentos más duros del bloqueo.

Durante cuatro días y cuatro noches de negociaciones, Michel fue entrevistándose individualmente con los líderes, por parejas o en pequeños grupos en la gran terraza del Edificio Europa, sede del Consejo, con vistas a todo el sur de Bruselas. Bajo un calor excepcional para el verano belga, limó asperezas, recortó los límites de los bandos y amplió los márgenes del acuerdo.

Rondas interminables en la terraza, fotos en Twitter en torno a la mesa por la que desfilaban Macron, Merkel, el holandés Rutte, el italiano Conte y el húngaro Orban, Pedro Sánchez o la propia Von der Leyen para supervisar el cincelado de su criatura. Y finalmente, en la madrugada del martes, los líderes europeos cerraron el acuerdo histórico de 750.000 millones de euros del Fondo y 1,07 billones para los presupuestos del 2021-2027.

"Estoy muy satisfecho de haber usado la terraza", reconoce el ex primer ministro belga, curtido en las perennes negociaciones multipartido de su país. "No digo que sin ella hubiésemos tenido un fracaso, pero fue parte de la atmósfera".

Con aires nuevos de optimismo y esperanza, este matrimonio político entre la médico que no parecía interesada en una carrera política y el experto en leyes que siempre ambicionó superar a su padre se ha impuesto en la que posiblemente ha sido la batalla política más importante de su vida. La historia les juzgará por el éxito de su plan contra la crisis de la Covid-19. Ella, desde la Comisión, deberá gestionar y orientar la entrega de miles de millones a los estados miembros; él, evitar las negociaciones furibundas en el Consejo entre los gobiernos que retrasen el reparto de las ayudas. Es casi imposible augurar las nuevas luchas que les esperan en Bruselas.

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