Activision Blizzard

El gigante dueño de Call of Duty se hace con el estudio español Digital Legends

La transacción, cuyos términos no se han hecho públicos, llega después de un año 2020 especialmente complicado para la española  por el coronavirus en el que los ingresos se cayeron a algo más de un millón.

Call of Duty
Call of Duty
EFE

El gigante de los videojuegos, Activision Blizzard se va de compras. Esta vez ha aterrizado en Barcelona para poder adquirir el estudio español Digital Legends Entertainment, con sede en Barcelona. La transacción hecha pública este viernes llega después de un año 2020 complicado para la startup, después de que el coronavirus impactara de lleno en su negocio. Ahora, el objetivo es que todo el equipo español comience a desarrollar la nueva versión móvil de una de las franquicias más reconocidas de la americana: 'Call of Duty'.

DLE, fundada por Xavier Carrillo, se centra en crear videojuegos para moviles y ha desarrollado productos para Adidas, Disney, Electronic Arts, Apple, Samsung, Nokia, Sony o Zynga. Además ha desarrollado un motor de juego patentado, Karisma, que hace posible gráficos avanzados en dispositivos móviles. Unos años después decidió crear sus propios títulos. Tras varias inyecciones de capital y préstamos convertibles, el 44% de la empresa estaba en manos del fondo de capital riesgo español Bullnet Capital. También tenía menos del 10% de los títulos, según queda reflejado en la memoria anual, lo controlaba el fondo Inveready

Los términos del acuerdo anunciado este viernes no se han hecho públicos. Las partes no quieren hacer comentarios. Digital Legends había sufrido una caída significativa de los ingresos durante el año de la pandemia hasta quedarse en apenas 1,5 millones de euros. Se debía al efecto de la Covid-19 y al “desgaste natural” de los dos juegos que actualmente tenían en cartera, que contaban con 5 y 8 años de historia. Esa dependencia de dos títulos querían resolverla con el lanzamiento de dos nuevos negocios ese ejercicio, algo que finalmente no se hizo en “condiciones óptimas”.

Por un lado, llevaba más de cuatro años desarrollando un título nuevo, que lanzó al mercado el 27 de marzo de 2020, en pleno confinamiento de la primera ola. Ese hecho, junto con la anulación de congresos muy importantes del sector donde típicamente se presenta el videojuego en sociedad, llevó a que no lograr los objetivos previstos. A esto hay que sumar la cancelación de la apertura de 10 franquicias de salas de realidad virtual a nivel mundial en ese 2020 que estaba en su plan de negocio.

Esto lo había dejado en una situación económica un tanto complicada que pretendía salvar con un contrato firmado con un gigante del sector. En concreto, según queda reflejado en sus cuentas anuales, durante el pasado mes de febrero firmó con una multinacional americana un contrato de desarrollo de un videojuego para móvil. Se trataba de una serie que ya tenía versión para videoconsola y ordenador de sobremesa. “Esto asegura que durante el próximo año una importante entrada de flujos para que la compañía pueda hacer frente a las deudas contraídas a corto plazo”, asegura. El nombre del contratista no lo incluye, por lo que no se puede confirmar si era Activision Blizzard, pero todo apunta a que sí.

Esperaban que este contrato les permitiera dar la vuelta al flujo de caja de la empresa que había sido negativo de 1,8 millones en 2020 para convertirlo en 1,3 millones en positivo este ejercicio. Esto le iba a permitir afrontar parte de las deudas. La financiación de los proyectos se ha ido haciendo con préstamos participativos y otros específicos para salvar la situación generada por la Covid con entidades públicas y bancarias. La deuda neta financiera era de 9 millones de euros, después de firmar todas estas transacciones.

Ahora, la plantilla de la española -que a cierre de 2020 rondaba el centenar de empleados- se incorporará a la disciplina de Activision Blizzard. "Es un increíble equipo de profesionales y no podríamos estar más emocionados de darles la bienvenida", aseguraba Rob Kostich, presidente de Activision. "Este es un gran paso adelante", apostilló. El equipo español se centrará ahora en el desarrollo de un nuevo título para móviles de la familia de Call of Duty.

Otras dos ventas

Esta es la tercera venta de un estudio de videojuegos con sello español firmada en los últimos años. La más destacada fue la de Social Point, también con sede en Barcelona, que fue adquirida por el gigante Take Two en el año 2016 por 250 millones de dólares (232 millones de euros al cambio de aquel año). El pago se efectuó en efectivo (175 millones) y en acciones. La compañía, al igual que Digital Legends, fue fundada en el año 2008 por Horacio Martos y Andrés Bou.

La otra gran transacción tuvo lugar hace un par de años. La estadounidense Scopely se hacía con la sevillana Genera Games. Los términos de la transacción tampoco se hicieron públicos. Eso sí, le permitió a la americana hacer más fuerte su catálogo de videojuegos y su posición en España, donde puso una 'pica' en el año 2017. El equipo español superaba los 150 empleados.

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