Mejora en bolsa

Amadeus sale de compras tras dar carpetazo a su recuperación post-covid

La compañía dispara sus ganancias apoyada en la recuperación del tráfico aéreo, enfila sus objetivos anuales y abre la puerta a la adquisición de compañías para consolidar algunas de sus áreas estratégicas. 

Sede de Amadeus en Madrid
Amadeus activa el modo compras tras dar carpetazo a su recuperación post-covid
Amadeus

Amadeus sigue buceando en el mercado con vistas a consolidar su negocio una vez cerrados los primeros nueve meses del año con un beneficio neto de 841,9 millones, una cifra que mejora en un 74% la de 2022. "Las fusiones y adquisiciones son una prioridad para nosotros, para continuar impulsando el crecimiento", ha defendido el director financiero de la compañía, Till Streichert, en respuesta a una pregunta sobre la asignación de capital prevista para los próximos meses, en la conferencia en la que también ha participado el CEO y presidente de la compañía, Luis Maroto. 

"Siempre dijimos que las fusiones y adquisiciones son una prioridad para nosotros, para seguir haciendo crecer el negocio, y como pueden imaginar, seguimos explorando el mercado y buscando oportunidades. Pero lo haremos cuando alcancemos nuestros objetivos de apalancamiento, con un extremo inferior del rango de entre 1 y 1,5 veces. Dijimos que consideraríamos recompras de acciones, una remuneración extraordinaria para los accionistas y esos criterios que dijimos a principios de año. De cara al futuro, las fusiones y adquisiciones son una prioridad", aseguró el CFO de Amadeus. 

Sus acciones ponen rumbo a los 60 euros

La tecnológica mira así hacia el futuro tras superar el bache de la pandemia, cuando la caída de la operativa de las empresas afectó profundamente a sus cuentas. El buen resultado anotado disparó las acciones de la compañía en el Ibex, llegando a subir un 5% durante la jornada de ayer, desde los 56,62 euros con los que cerró el lunes a rondar los 60 a cierre de la sesión. 

La compañía disparó sus ingresos ordinarios en un 23,2% hasta septiembre, hasta acumular un total de 4.086,5 millones de euros gracias al gran ritmo de la industria turística durante los tres meses de verano. Estos valores situaron el beneficio ajustado de Amadeus en 875,8 millones de euros, una cifra un 67,6% superior a la del año anterior. El beneficio neto creció de 482,2 a 841,9 millones de euros, un 74,6% más. 

Distribución aérea y soluciones tecnológicas para la industria aérea fueron las áreas de negocio que impulsaron al alza el crecimiento. La subida de las reservas en un 15,7%, hasta 348 millones; y un alza del 25,9% en el volumen de pasajeros embarcados dispararon los ingresos a 1.452,8 millones. El proveedor de servicios turísticos también señaló que, aunque el tráfico aéreo a nivel mundial continúa recuperándose, lo hizo a un ritmo más bajo que en los dos primeros trimestres del año. La región que más creció fue Asia-Pacífico, con un 75% más de reservas.  

BofA mantiene su recomendación de compra

Bank of America ha valorado muy positivamente los resultados de Amadeus alegando que "ha seguido superando a sus competidores en los últimos trimestres", algo logrado tras reforzar "aún más su posición competitiva después del Covid-19 como principal proveedor de soluciones de GDS y de tecnología de viajes", es decir, aplicaciones y sistemas de distribución global de turismo y viajes. El centro de estudios de la entidad norteamericana mantiene su recomendación de compra y establece un precio objetivo de 76 euros —ronda los 60 euros a cierre de esta edición— señalando que "la acción tiene un gran descuento respecto a otros pares líderes de software, hasta 22 veces, a pesar de tener menos competencia y barreras altas a la entrada". 

En su informe, el analista Victor Cheng ha destacado la mejora del Ebitda en un 2,4% por los menores costes fijos y la subida de las reservas, que mejoraron en 250 puntos básicos respecto a los datos del año pasado, situándose en un 80,8% de las que se registraron en 2019. También mejoran los ingresos por reserva en un 8,8%, aunque apunta a una tendencia a la desintermediación entre aerolíneas y agencias de viaje, la pérdida de cuota en el mercado europeo o la mala ejecución de un proyecto de reservas en una gran aerolínea como posibles "vientos de cambio". 

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