A dos días de la junta

Amber fija su plan inicial en Indra: subir al 8% para 'reservar' sitio en el consejo

La gestora se queda por debajo del 5% a partir del cual debe solicitar autorización a Defensa. Ahora trata de incrementar posiciones para formar un 'núcleo duro' con el fabricante de defensa Sapa.

Joseph Oughourlian Prisa
Joseph Oughourlian, nuevo 'caballero blanco' de la Sepi en Indra.
EFE

Amber Capital es uno de los ‘caballeros blancos’ que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) buscaba para blindar la estructura accionarial en Indra. Su llegada respalda a la entidad pública en su objetivo de poner fin a una fuerte división interna en el consejo de administración que ha marcado el devenir de la compañía en el último año. El plan inicial de la gestora fundada y controlada por Joseph Oughourlian se basa en subir su participación por encima del 8% en el capital con compras en las próximas semanas. Esto le permite reservarse un sitio en el máximo órgano de decisión, que podría ser ocupado de manera inmediata o con posterioridad. Esto conformaría el ‘núcleo duro’ con el fabricante Sapa, que tras la pugna con parte del consejo, también intenta ganar su sitio.

El inversor de origen armenio fue uno de los varios accionistas potenciales que se barajaron para respaldar a la Sepi en esta nueva etapa de la compañía. Finalmente el plan pasaba por irrumpir una vez que la sociedad pública hubiera arrancado la compra de acciones y contara con el poder de solicitar un tercer consejero. Según queda reflejado en el registro publicado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), fue el pasado 10 de junio cuando se superó el umbral mínimo de notificación con un 3% de las acciones. Finalmente alcanzó el 4,18%.

Con esta primera adquisición de títulos, valorados en más de 75 millones de euros al precio actual, Oughourlian se quedó por debajo de una barrera regulatoria relevante: el 5%. Según la normativa sobre inversiones exteriores, regida por un decreto de 1999, si se sobrepasa ese porcentaje de acciones de compañías con actividades directamente relacionadas con la Defensa Nacional (producción de armas, explosivos o material de guerra) por parte de sociedades no residentes en España deberán contar con autorización. Se tramita a través del Ministerio de Defensa pero es el Consejo de Ministros el que finalmente da la luz verde definitiva. 

Superar esa barrera del 5% sí que está en el plan de Amber Capital, según explican fuentes conocedoras. No se trata de una inversión financiera más de la gestora con la que controla casi el 30% de Grupo Prisa (El País, Cadena Ser) en un sector en auge como el de la defensa. Persigue convertirse en este aliado de largo plazo. Se quedará por debajo del 10% que supone una barrera para el 'escudo antiopas'. En caso de que la superara debería pedir autorización al Consejo de Ministros. Previsiblemente no habría ningún inconveniente, pero busca quedarse por debajo.

Sapa, socio

Más allá de fondos internacionales y 'hedge funds' menos comprometidos con la gestión del día a día, como Fidelity o T Rowe, hay otro socio que estaba llamado a formar parte de ese 'núcleo duro'. Se trata de Sapa, el fabricante controlado por la familia Aperribay. La compra del 5% de las acciones a finales del año pasado invitaba a pensar que sería el que sustituyera a Corporación Financiera Alba como aliado local. Sin embargo el 'no' por mayoría -no unanimidad- de un consejo de administración completamente fracturado tanto el pasado mes de marzo como hace un par de semanas hizo enfriarse el nombramiento. Pero todo apunta a que alcanzará el 8% estos días para llegar a la junta general de accionistas del jueves con la posibilidad legal de contar con un sillón.

Si, finalmente, la Sepi respalda el nombramiento de Aperribay en la junta general, su aprobación será más fácil, pues Oughourlian también se aliaría para dar 'luz verde'. Entre todos superarían la barrera del 40%. Eso sí, hay que tener en cuenta que todos los 'proxy advisors', organizaciones que asesoran en el voto a los accionistas más pequeños, propondrán la negativa para la llegada de Aperribay. En caso de que finalmente saliera adelante, el primer consejero del fabricante vasco de defensa llegaría antes que el tercero de la sociedad pública, pues el orden del día de la junta general no se puede modificar. Esto haría que se tuviera que ampliar a posteriori el número de miembros del máximo órgano de decisión a catorce.

Sea como sea, el Estado encarrila la 'toma de control' de la compañía tecnológica y de defensa después de un año en el que la división interna del consejo lastrara el 'día a día' de la compañía. Los importantes problemas de gobernabilidad de la empresa, con un grupo de independientes 'rebeldes' liderado por Alberto Terol mostrando su oposición en algunos asuntos clave, tocan a su fin. Este líder saldrá en la junta. Esto allanará el camino para volver a la estructura de una presidencia ejecutiva, en manos de Marc Murtra, y con un consejero delegado con poderes menores. Queda por ver si Ignacio Mataix se mantendrá en su puesto, después de unos meses de dura presión interna para que abandonara.

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