Por su sistema de aprovisionamiento de combustible

Ataques a oleoductos: España le saca los colores a EEUU en seguridad energética

La excesiva digitalización o la vulnerabilidad de una red que privilegia la solución tecnológica frente a la analógica está en el quid de una crisis que puso al país al borde del colapso energético durante 72 horas.

EFE
Ataques a oleoductos: España le saca los colores a EEUU en seguridad energética
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La seguridad absoluta no existe. Esa es la máxima que reza en todas y cada una de las unidades dedicadas a la lucha contra ciberataques y amenazas informáticas. Por mucho que gobiernos y empresas quieran invertir en expertos, firewalls o sondas anti-intrusos, siempre quedará un hueco para que otros estados, bandas organizadas o particulares puedan acceder a servidores, ordenadores o móviles. El mero acceso queda casi en anécdota si se trata de particulares, pero puede llegar a poner en peligro negocios o incluso sectores estratégicos de un país, como es el transporte de combustible.

Así ha ocurrido en los casi 9.000 kilómetros del oleoducto más importante de EEUU que transporta el 45% de los suministros de combustible de la costa Este. Su valor estratégico reside tanto en la logística que permite el aprovisionamiento doméstico e industrial como en el abastecimiento de carburante para aviones a través de las terminales aeroportuarias. El resultado es que se ha puesto en compromiso a los siete aeropuertos más importantes del país.

El último ataque contra el gestor del sistema de oleoductos del Este de los Estados Unidos pone en evidencia la fragilidad de un sistema basado más en los datos que circulan por la red que en el crudo que fluye por estos canales. La excesiva digitalización o la vulnerabilidad de una red que ha privilegiado la solución tecnológica frente a la analógica está en el ‘quid’ de un problema que puso a EEUU al borde del colapso energético durante 72 horas.

La técnica empleada por los ciberterroristas, así los calificó el departamento de Estado norteamericano, fue el secuestro de datos o ‘ramsonware’ utilizado por la red DarkSide. La consecuencia fue la detención inmediata de todas las operaciones del oleoducto. Según las investigaciones realizadas, los 'hackers' iniciaron su ataque un día antes de paralizar el suministro de crudo. Lo hicieron atacando directamente a uno de los servidores de la compañía Colonial Pipeline. Bastó un acceso incontrolado de dos horas para que los autores pudieran manipular hasta 100 Gigabytes de datos que sirvieron para detener, energéticamente hablando, a la mitad de la primera potencia del mundo.

¿Se podría repetir en España?

Nadie podría asegurar que este ataque no se pudiera reproducir en España. Sin embargo, la red española de oleoductos y almacenamientos de combustible proporcionan un escudo analógico frente a los riesgos virtuales, algo de lo que ha carecido la estrategia norteamericana contra el ataque más importante que han sufrido sus infraestructuras básicas en décadas. Con respecto a la red de oleoductos, el carácter capilar español permite mallar los centros neurálgicos del país tanto de Este a Oeste como de Norte a Sur, permitiendo que la logística de hidrocarburos se consolide como una de las más seguras, estructuralmente hablando, de Europa.

Al igual que en EEUU, en España existe una figura el gestor del sistema que garantiza el acceso a terceros a las instalaciones fijas de transporte y almacenamiento de hidrocarburos líquidos y a su vez protege el suministro por toda la geografía nacional.

Los puntos básicos de logística y transporte se encuentran blindados gracias a las más de 100 instalaciones de mantenimiento repartidas por todo el territorio nacional. Ceuta, Melilla, las Islas Canarias y Baleares se encuentran perfectamente cubiertas con 18 de estas infraestructuras dispuestas a cubrir cualquier vacío que pudiera producirse en el sistema.

Sistema hiperconectado

Íntimamente ligadas a la canalización están las redes portuarias, que permiten la entrada de crudo vía marítima y que aseguran el funcionamiento de la entrada de buques y aeropuertos. Así ocurre con las instalaciones portuarias de Exolum, la antigua CLH y antes Campsa, conectadas a oleoductos de Valencia, Barcelona, Barajas o Málaga. Una operativa que también se encuentra cubierta por los almacenamientos situados en el resto de los aeropuertos españoles como los de Valladolid, Bilbao, Vigo, Sevilla, Alicante, Melilla, Tenerife o Salamanca. El sistema garantiza de esta forma que cada una de las ciudades con aeropuerto tengan un almacenamiento estratégico de reserva para el correcto desarrollo de las operaciones aéreas, tanto nacionales como internacionales.

La geografía española también favorece la seguridad del sistema. Cubrir los 505.990 km2 del territorio español no es lo mismo que tratar de asegurar la logística de los casi 10 millones de km2 de EEUU. La diversificación geográfica española permitiría que, en caso de interrupción de servicio en la red de oleoductos, el transporte por carretera de combustible pudiera cubrir este hueco. Aunque es una práctica que en la actualidad es de tipo residual, la cercanía entre depósitos permitiría que la flota de camiones cisterna apenas tuviera que cubrir distancias de entre 50 ó 60 kilómetros para mover el combustible entre unos puntos y otros, a diferencia de lo ocurrido en EEUU. En este país, las distancias obligan a realizar largos trayectos, aumentando los riesgos de accidente y el tiempo de entrega.

Este aspecto es el que más quebraderos de cabeza ha ocasionado en el país de las barras y estrellas. La Administración Biden, tratando de atenuar los efectos del ataque, respondió con una flexibilización de las limitaciones al transporte de crudo por carretera, lo que muestra que ni siquiera su legislación estaba preparada para un ataque de esta magnitud. Esta solución analógica para un problema digital es la que realmente ha ocasionado grandes colas en las gasolineras americanas.

En este sentido, la legislación y los poderosos sindicatos de transporte norteamericanos han supuesto más un freno que un acicate para la solución del problema. En España, el Gobierno aprobó en marzo pasado el nuevo marco regulador del transporte de mercancías peligrosas por carretera que prevé precisamente los casos especiales en los que se priorizará el transporte de determinadas mercancías, en caso de desabastecimiento, para facilitar el transporte de combustibles en condiciones óptimas de seguridad, así como nuevas disposiciones de construcción y homologación de las cisternas.

El nuevo reglamento será aplicable a partir del 1 de julio y ha supuesto una "reconversión" y "actualización" para el transporte de mercancías peligrosas por carretera: un elemento esencial en el caso de sufrir un ataque informático como el sucedido en EEUU.

Compaginar sistemas digitales con analógicos

Otra de las grandes ventajas del sistema español frente al americano es la seguridad de las redes digitales. La existencia de un mecanismo analógico que funcione y esté perfectamente engrasado supone una ventaja en caso de que el plan A, la eficiencia que produce la digitalización del sistema, se vea comprometido. En este sentido, los orígenes de la red basada en una concepción pública de las infraestructuras, propiedad en su momento de la antigua Campsa, permiten poner a España como ejemplo de seguridad en el abastecimiento, gestión y logística de hidrocarburos: un sector que continuará siendo estratégico durante mucho tiempo. Este buen hacer español se ha traducido en la apuesta internacional que ha llevado a Exolum a operar en Reino Unido, Países Bajos, Alemania, Irlanda, Panamá y Ecuador.

Dentro de la peculiar idiosincrasia norteamericana, las primeras preocupaciones surgieron por la posibilidad de que los efectos del ataque se trasladaran al aumento del precio de la gasolina: un tema tabú dentro de la política energética de Washington. Incluso en este aspecto España cuenta con ventajas frente a EEUU. El Gobierno, en caso de emergencia y al amparo de las distintas Estrategias de Seguridad Nacional, podría reintroducir el sistema de control de precios en los carburantes. Con carácter siempre excepcional y urgente, España podría automáticamente recuperar el modelo vigente hasta 1998 fijando los precios máximos de gasolinas y gasóleo.

La existencia de protocolos en las empresas responsables del abastecimiento y la logística de los hidrocarburos y el reconocimiento de las amenazas del sistema son acciones imprescindibles para hacer frente a la amenaza ciberterrorista. Aunque sólo sea por una vez y con todas las precauciones del mundo: España le saca los colores a la primera potencia del mundo.

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