En manos del 'Correos francés'

El auditor recrimina a Stuart, rival de Glovo, no provisionar la deuda de riders

La competencia de Glovo o Uber contaba con 1,2 millones de euros pendientes de abonar en cotizaciones a la Seguridad Social tras varias actas levantadas en Madrid y Barcelona.

stuart delivery
Rider de Stuart, app de reparto a domicilio
Twitter Stuart España

Es uno de los actores del sector de la logística de última milla que ha sido señalado por la Seguridad Social por su modelo laboral de ‘riders’. Y ahora su propio auditor le recrimina que no haya provisionado los casi 1,2 millones de euros que adeuda a la Seguridad Social por diferentes inspecciones levantadas durante los últimos años en España. La compañía hispano-francesa Stuart, en manos del grupo dueño del ‘Correos francés’, acaba de optar, al igual que su rival Glovo, por contratar una parte de su flota y también subcontratar a otras empresas de logística.

La Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Madrid y Barcelona ha levantado varias actas de liquidación al entender que varios de los repartidores eran ‘falsos autónomos’ y, por tanto, debían ser contratados de manera directa. La empresa, como han hecho el resto de sus rivales, ha mantenido la estrategia de judicializar los casos y ha presentado demandas contra esos procedimientos en los Juzgados de ambas ciudades, tal y como refleja el auditor Taxi Economistas y Asesores en el informe adjunto a la memoria correspondiente al ejercicio 2020 recién presentada en el Registro Mercantil. En total son 1,2 millones tanto en cotizaciones como en los recargos del 20%.

La compañía ha optado no registrar ninguna provisión en sus cuentas. Y esto ha sido recriminado por el auditor, al entender que a la luz de la numerosa jurisprudencia existente y los últimos cambios producidos en la normativa laboral que afectan a la operativa “incumple el principio de prudencia”. Esta salvedad señalada en el caso de Stuart, también se repitió por parte de Deloitte en las cuentas de Glovo, que se resistió a provisionar las cantidades adeudadas (que rozaban los 20 millones de euros) hasta el último momento, aunque acabó abonándolo a finales del año pasado.

Esta deuda es anterior a la entrada en vigor de la llamada ‘ley rider’ que obligaba a las plataformas como Stuart a dar de alta como trabajadores por cuenta ajena a todos los repartidores. La compañía, como ha hecho Glovo, ha elegido un modelo mixto en el que tendrá tanto repartidores contratados como subcontratados. Tal y como confirmó en agosto, cuando estaba vigente esta nueva regulación, 300 de los 500 ‘riders’ se convirtieron en asalariados directos. El resto se ha cubierto con el reclutamiento de flotas de terceros por ahora, porque pretenden ir incorporando de manera progresiva.

Stuart es uno de los rivales más pequeños del sector. Las flotas del resto de competidores, como Glovo, UberEats o Just Eat, son mucho más grandes. Pero no sólo opera en España. Tiene su sede central en Francia, aunque el centro de operaciones ‘formal’ está en Barcelona. En el año 2015 Geopost, división de última milla de La Poste (el homólogo de Correos en Francia), adquirió una participación minoritaria. Dos años más tarde tomó el 100% valorándola en unos 13 millones de euros. Hoy representa uno de sus ‘brazos operativos’ para lo que el grupo galo llama ‘Nuevos servicios urbanos’.

La empresa opera en más de 100 ciudades, con mucha presencia en Francia y Reino Unido, centrándose no sólo en comida, sino también en supermercados y ‘gran distribución’. En España durante el ejercicio 2020, según refleja sus cuentas de la división ‘delivery’, generó unos ingresos de casi 15 millones de euros (9,3 millones en el ejercicio anterior) con unas pérdidas de 2,4 millones. Esto engordó los ‘números rojos’ acumulados en años anteriores, lo que llevó a tener que ampliar el préstamo convertible que la matriz francesa tiene con la filial con más de 4 millones ‘extra’ y así reequilibrar su balance.

Los números en España... con la ley rider

El último movimiento de la compañía ha sido continuar con su proceso de expansión nacional y ha aterrizado en Valencia, sumándose así a Madrid, Barcelona y Zaragoza. Esta decisión se tomó debido al tamaño de la ciudad y tiene como estrategia dar respuesta a las necesidades de delivery que experimentaron en la reconocida capital de Turia durante la pandemia del coronavirus. En la parte internacional también sigue dando pasos. En noviembre de 2020 abrieron en Polonia en Toruń y Szczecin, y en octubre de este año llegaron a Portugal, empezando por Lisboa.

La plataforma ya cuenta con más de 8.000 clientes y 500 empleados ubicados en sus diferentes sedes. Según el último informe del Registro Mercantil, producto de su proceso de ampliación y con la apertura de nuevas sedes, el gasto de personal en el mercado español se incrementó en un 37%, y en España desde 2018 hasta hoy ha crecido un 203%, triplicando su volumen de paquetes enviados en solo dos años y medio. A pesar de su constante crecimiento tanto en cifras de negocio como en plantilla, Stuart sigue siendo de las más pequeñas en este mercado.

Pese a ello, deberá actuar igual que los grandes y partir de ahora afronta una nueva etapa con la llamada 'ley rider'. Desde la compañía se han sumado a otras como Just Eat, defendiendo la necesidad de constituir un convenio colectivo del sector para que recoja algunas de las particularidades del modelo de reparto de última milla. "Entendemos, después de estudiar en detalle los convenios existentes, que es necesario un marco de relaciones laborales justo para los repartidores y que comprenda el modelo operativo de las plataformas digitales", aseguró en agosto. Mientras tanto, otros rivales como Deliveroo han decidido abandonar la carrera en España.

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