Fusiones bancarias

Clientes de Bankia y Caixabank: ¿cuándo empezará a afectarles la fusión?

El primer banco en España nacerá en el primer trimestre y desbancará a Santander como un todopoderoso con más de 20 millones de clientes.

Una de las dos torres KIO con el logo de Bankia en plaza de Castilla en Madrid.
Una de las dos torres KIO con el logo de Bankia en plaza de Castilla en Madrid.
EP

En apenas unas semanas, Caixabank y Bankia cerrarán la unión que creará el primer banco en España. El banco resultante, que continuará bajo la denominación del primero, será el mayor del país con más de 664.000 millones de euros en activos gestionados. La entidad estará capitaneada por José Ignacio Gorigolzarri, como presidente y Gonzalo Cortázar como consejero delegado. 

La entidad tendrá más de 20 millones de clientes con los que se buscará aumentar beneficios gracias a una importante reducción de costes a través de los puntos comunes que esperan lograr. En total, más de 1.000 millones de euros anuales como resultado de la suma de las sinergias tanto de costes como de ingresos y que serán la base del futuro banco.

Así las cosas, la nueva Caixabank verá la luz el primer trimestre de 2021. Entonces, a nivel práctico, ¿cuándo empezará a afectarle a los clientes? Aunque la integración se haga en los próximos meses, la parte tecnológica llevará más tiempo, por lo que no será hasta finales de 2021 cuando ambas entidades operen de forma conjunta 

Hasta finales de 2021

Por lo general, y antes de nada, los bancos resultantes de las fusiones siempre acostumbran a homogeneizar las condiciones de sus productos, así como sus tarifas, y esto además no se trata de un proceso inmediato, por lo que podríamos estar hablando ya de 2022.

Los bancos pueden cambiar unilateralmente las condiciones de las cuentas y de las tarjetas. Es probable que al principio sean las mismas pero que tras un plazo de tiempo prudencial, la entidad unifique dichas condiciones. En cualquier caso, están obligadas a informar a los clientes con antelación. Otro de los cambios probables es que los clientes de Bankia -entidad absorbida- vean modificado su código IBAN, aunque es un trámite que no les debería generar ningún perjuicio ya que la entidad es quien redireccionaría las domiciliaciones hacia el nuevo.

En el caso de las hipotecas o préstamos, estos no se verían afectados ya que hablamos de contratos con una duración definida, por lo que no podrían modificarse de forma unilateral. No obstante, las condiciones particulares de los productos vinculados sí podrían verse alteradas si no aparecen fijadas en las escrituras. Por ejemplo, las primas de los seguros podrían ser diferentes tras la renovación, se podrían incluir nuevas comisiones en tarjetas, etc.

Por último, en el caso de los productos de inversión, es probable que los clientes se vean obligados a traspasar sus fondos a los productos comercializados por el nuevo banco, ya que no todas las entidades bancarias comercializan los mismos fondos de inversión ni planes de pensiones. Este traspaso puede obligar al cliente a tener que asumir las comisiones de la otra entidad. A efectos fiscales, este cambio no supondría ninguna alteración para el cliente.

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