El grupo químico y farmacéutico alemán Bayer ha registrado unas pérdidas de 10.803 millones de euros de enero a septiembre, debido al zarpazo que la pandemia de coronavirus ha asestado a su filial agrícola y a la fuerte devaluación que ha registrado el real brasileño. Hace un año por las mismas fechas la firma con sede en Leverkusen obtuvo unos beneficios de 2.677 millones de euros.
Según ha publicado esta mañana, su facturación se redujo entre enero y septiembre hasta 31.405 millones de euros (-4,2%) lo que le llevó a registrar una pérdida operativa de 17.684 millones de euros en los tres primeros trimestres, frente al beneficio de 3.773 millones de euros del ejercicio previo.
El consejero delegado de Bayer, Werner Baumann, asegura que pese a que el tercer trimestre fue débil y pese a los efectos de la pandemia, la facturación y el resultado por acción antes de los efectos de los tipos de cambio y de cartera se sitúan en el nivel del año previo gracias a la gestión de costes y la aceleración de las medidas de reestructuración. El director financiero, Wolfgang Nickl, ha asegurado que el tercer trimestre fue desafiante en el negocio agrícola, que el de medicamentos se ha recuperado, mientras que el de medicinas sin receta ha crecido con fuerza.
Por ello Baumann ha confirmado sus pronósticos para el 2020 de una facturación, descontados los efectos de los tipos de cambio, entre 43.000 y 44.000 millones de euros. Los efectos de la pandemia intensificaron las cargas para la división de productos agrícolas y fitosanitarios. A estos efectos se suman efectos negativos de los tipos de cambio por la fuerte depreciación del real brasileño, que ha lastrado el negocio del segundo mercado agrario del mundo. Debido a los problemas en el negocio agrario Bayer ha realizado fuertes depreciaciones en esta división.
Bayer ha registrado hasta septiembre unos extraordinarios negativos de 23.331 millones de euros (-1.891 millones de euros un año antes) por las depreciaciones en el negocio agrario (9.251 millones de euros), provisiones por los costes de los acuerdos extrajudiciales por el glifosato de la estadounidense Monsanto (10.181 millones de euros) y por costes de reestructuración.
Lo cierto es que las facturas legales de Bayer para contener las consecuencias del herbicida Roundupno han dejado de aumentar y la compañía alemana espera que los costes por demandas futuras aumenten a 2.000 millones de dólares desde los 1.250 millones previstos inicialmente.
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