El Gobierno italiano da 15 días a Atlantia para explicarse antes de tomar medidas

  • La empresa afirma que cumplió las revisiones trimestrales y no encontró daños en el puente antes de la tragedia que se cobró 38 vidas. 
Puente Morandi
Puente Morandi
EFE

El Gobierno italiano ha pisado el freno en su intención de revocar las concesiones a Autostrade per l'Italia y da ahora 15 días a la filial de Atlantia para explicar y poner sobre la mesa la documentación sobre el mantenimiento de la infraestructura. Tras esto, una comisión independiente tendrá un mes para decidir si revocar finalmente el contrato de concesión de las vías italianas a la compañía de la familia Benetton. 

El pasado miércoles, tras el colapso del Puente Morandi en la ciudad de Génova, el primer ministro Giuseppe Conte anunció la revocación de las concesiones de Autostrade "sin esperar a que la justicia se pronunciase", tal y como dijo en una rueda de prensa posterior a un Consejo de Ministros extraordinario. 

A partir de entonces, el Ejecutivo italiano ha decidido pisar el freno y dar la oportunidad a la empresa para explicar su postura antes de tomar una decisión definitiva. 

De todos modos, la situación no es fácil para Atlantia en los mercados. La italiana ha perdido en dos sesiones más de 6.000 millones, lo que supone más de un 30% de su capitalización. Este viernes, la firma trata de recuperar parte de lo perdido y rebota más de un 5% hasta superar el margen de los 19 euros. 

La amenaza de revocar los contratos a Autostrade per l'Italia pondría en peligro más del 65% de los ingresos totales de Atlantia e incrementaría sus costes con el pago de una posible multa de 150 millones de euros, tal y como anunció el Gobierno de Italia. Además, si finalmente se retira la concesión, la filial de Atlantia  debería abonar unos 3.200 millones a sus bonistas como consecuencia de una cláusula que se incorporó en el contrato de colocación. 

Las labores de mantenimiento, en duda

Varios asesores de la empresa italiana alertaron en 2017 del estado de la vía y advertían del deterioro que sufrían algunos materiales, como la oxidación en los cables. Por ello, se recomendaba una evaluación por parte de la compañía para abordar estos problemas.

Mientras tanto, el director de Autostrade en Génova, Stefano Marigliani, aseguraba a las autoridades del ayuntamiento y de la región de Liguria que no había nada de que preocuparse al no existir "ningún problema estructural". A pesar de ello, los vecinos se habían quejado en varias ocasiones de la inseguridad de la infraestructura y el peligro que finalmente se ha saldado con 38 víctimas mortales

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