El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias lanzará en abril la licitación de la ampliación de la estación de Atocha por 420 millones de euros, y conlleva la construcción de un apeadero subterráneo con cuatro vías para que todos los trenes que circulen por la red ferroviaria de alta velocidad puedan realizar su parada en esta terminal y en Chamartín. Desde el pasado verano, los trenes procedentes de Valencia, Alicante o Murcia parten y llegan a la estación de Chamartín, en el norte de la ciudad, con lo que esta obra devolvería a los viajeros la posibilidad de bajarse en Atocha.
La obra será parcialmente sufragada con fondos europeos y tiene un plazo de ejecución de 5 años (61 meses). Para ejecutarla, Adif necesita liberar espacio en superficie y lo hará desplazando dos vías al otro lado de la estación de Puerta de Atocha, ocupando varios espacios del recinto ferroviario e incluso haciendo uso de las vías públicas de alrededor, como la calle Méndez Álvaro, bajo la que se situará esta nueva estación pasante.
Este contrato es, a efectos prácticos, la segunda parte de un proyecto que arrancó hace unas semanas con la licitación del contrato destinado a trasladar esas dos vías, ejecutar nuevos accesos y viales interiores o ampliar las pérgolas de la estación, entre otras cuestiones. Esa obra, sin la cual no podrá arrancar la siguiente, durará 26 meses y está valorada en 58,8 millones (con IVA). Adif ha extendido el plazo para que las empresas interesadas pudieran postularse tras introducir modificaciones en los pliegos técnicos.
Permitirá reconfigurar la oferta de trenes
La construcción de la estación pasante supone la segunda remodelación de la terminal madrileña, una obra de importantes magnitudes tanto a nivel económico como operativo, ya que permitirá reconfigurar la oferta de trenes rápidos en España para que puedan hacer parada en las dos estaciones que dan servicio al norte y sur de la capital.
También permitirá devolver los trenes AVE de Renfe a su ubicación original, Atocha. El cambio de cabecera generalizado que se ejecutó en verano afectó a los trenes con origen o destino Valencia, Alicante, Murcia y Castellón, que ahora ya no parten ni llegan a Atocha, sino que lo hacen desde Chamartín. Y al menos hasta 2028 seguirán haciéndolo desde ahí, ya que ni los plazos ni el poco espacio disponible en la cabecera sur de la capital permiten cambiar los planes.
La estación pasante supone la culminación definitiva del plan original para el tercer "túnel de la risa", que tras su apertura en 2022 permitió conectar las líneas de alta velocidad del norte de España con las del sur tras invertir 338 millones de euros. Atraviesa la capital de norte a sur bajo la calle Serrano, a unos 45 metros de profundidad.
También en Atocha están arrancando los trabajos para remodelar la marquesina histórica y el edificio de servicios con el fin de dotar de una nueva identidad a la estación y prepararla para el crecimiento de pasajeros que se espera tanto por la liberalización como por el nuevo apeadero subterráneo. En un futuro, todavía sin fecha, también está prevista la ejecución de un nuevo vestíbulo sur que conectará las terminales de alta velocidad y Cercanías, a rematar junto a un nuevo parking en altura.
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