EY se afianza como ganador en la pelea de auditoras por las grandes tech en España

  • La compañía revisa las cuentas de cuatro de las cinco mayores compañías del sector, en mitad del debate sobre su estructura fiscal.
Sede EY en Madrid
Sede EY en Madrid
EP

Son compañías cuyo negocio real en España suma varios miles de millones en España. Con su estructura fiscal, las filiales en el país de las grandes compañías tecnológicas tienen una relevancia mucho menor y con unas ventas muy inferiores a esa cantidad. Sin embargo, siguen siendo un negocio interesante para las auditoras. En esta batalla por quién se queda estos contratos, EY es el ganador indiscutible. Revisa año tras año las cuentas de cuatro de los cinco gigantes del sector.

En juego hay algo más de medio millón de euros anuales en honorarios de todas las filiales de las cinco grandes: Microsoft, Apple, Google, Amazon y Facebook. Entre todas estas compañías suman diez sociedades con las que operan en el país y que presentaron cuentas en España en el último ejercicio. Solo el gigante del comercio electrónico suma la mitad de todas estas. El pastel en honorarios es muy inferior al de gigantes del Ibex que apenas suman la capitalización de uno de estos gigantes. Y la razón es ese tamaño menor de su negocio local, debido a la estructura fiscal y operativa para prestar servicios a través de internet.

En este contexto, EY es el ganador de la pugna por hacerse con los contratos de estas compañías. En concreto, desde hace años, es el auditor de confianza de cuatro de las cinco grandes: Amazon, Google, Facebook y Apple. Solo esta última le ha sido 'infiel' con Deloitte hace más de una década en su filial principal (Apple Marketing Iberia). Esta última firma de análisis es la que estudia las cifras de Microsoft que, a la postre, es la que tiene unos honorarios más jugosos, según las cifras hechas públicas en sus memorias anuales.

En algunos casos, se ha traspasado el periodo de una década de contratación planteado en la 'ley de auditoría' y a partir del cual la compañía debe rotar a su auditor. Sin embargo, esta normativa operaría sobre empresas de interés público en España, una calificación en la que no se incluirían ninguno de estos gigantes tecnológicos, que son cotizados en Estados Unidos.

Las salvedades

Este es el reparto de las auditoras. Pero, ¿cuál ha sido el resultado de sus análisis este tiempo? Según los informes adjuntos a las cuentas de la última década, consultados por La Información, las salvedades que han planteado a la cúpula de Amazon o Facebook están vinculadas con la falta de información sobre ejercicios anteriores o sobre las operaciones vinculadas de las filiales con las matrices, radicadas sobre todo en Irlanda o Luxemburgo.

La clave de bóveda de toda la estructura fiscal de estas compañías se basa en esas operaciones vinculadas con las matrices de otros países. Muchas de ellas hacen las veces de comisionistas de estas, que son las que realmente cobran por el servicio digital. En este caso, las auditoras han repetido el mismo esquema en prácticamente todos los informes: entienden que los precios de transferencia cobrados por los servicios ofrecidos se basan en las condiciones de mercado.

Algunas de las filiales de estos gigantes tienen una trayectoria muy corta. Este factor y, sobre todo, su menor tamaño -tanto en activos como en negocio- hacen que en los primeros años de actividad no sea obligatoria la auditoría de las cuentas. En el caso de Amazon, que ha ido creando las sociedades vinculadas a su logística o al negocio publicitario en los últimos años, EY se ha ido curando en salud. "No hemos podido determinar el efecto sobre las cuentas anuales, si hubiera alguno, que pudiera ponerse de manifiesto como consecuencia de inspecciones fiscales futuras", aseguran en el caso de Amazon Web Services (nube) Amazon Spain Fullfilment. Se refiere a firmas que tienen abiertos a inspección ejercicios que no han sido auditados por ellos.

En pleno debate sobre fiscalidad

Con todo, los honorarios de auditoría en estos tamaños son muy pequeños en comparación con los pagados por los grupos del Ibex 35. Desde 2010, Google ha pagado a EY un total de 273.000 euros, con una media anual de 34.000 euros. En ese mismo tiempo, Microsoft, con un tamaño mayor, ha pagado 841.000 euros en total, con una media de 93.500 euros.

Todo esto se ha dado en los años en los que las compañías han estado más señaladas por su estructura fiscal, de la que se ha valido para poder reducir su factura fiscal. En los últimos años, Hacienda ha aflorado algo más de 25 millones de euros después de diferentes inspecciones lanzadas en el sector.

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