Sin grandes transacciones de venta

La falta de 'megarrondas' empuja a la baja la inversión de fondos en las startups

Los primeros meses mantienen un guión similar al final de 2023, con escasa actividad en compañías grandes. Vuelven las operaciones de deuda y las gestoras de capital se rearman con el dinero público aún por desplegar.

Travelperk
Travelperk protagonizó la única gran megarronda el primer trimestre.
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La ausencia de megarrondas o la escasez de rondas medianas ha vuelto a empujar a la baja la inversión en startups en España a la espera de un rebote post-ajuste. Los primeros meses del año se completan con una algo más de competencia en fases iniciales y una escasa actividad de fondos internacionales. El recurso de la deuda sigue eligiéndose por las compañías -sin dilución y sin un nuevo examen a la valoración pero con presión para su devolución- y el caso paradigmático ha sido el de Factorial. Las gestoras de capital riesgo se rearman con mucho dinero público del Fondico y de la iniciativa de Campeones Europeos del Banco Europeo de Inversiones aún por desplegar.

Entre enero y marzo, las cifras de inversión, incluyendo también la deuda, se sitúan en algo más de 550 millones de euros, según los datos del Observatorio de la Fundación Bankinter. Esto representa un nuevo descenso respecto al mismo periodo de 2023. Hay que tener en cuenta que el mercado español es muy dependiente de grandes operaciones y la división en trimestres suele generar distorsiones por la ubicación de las mismas. Si se incluyen los primeros 15 días de abril, la inversión de General Catalyst a través de un modelo de deuda de circulante en Factorial y otras elevan la cifra a unos 700 millones. Con todo, la comparación seguiría arrojando una caída al compararlo con el mismo periodo del año pasado, aunque menos pronunciada -entre un 10% y un 20% en función de las inclusiones que se hagan en este grupo-.

Más allá de los grandes números, hay elementos que han cambiado poco en el guión de los últimos tiempos en el mercado español. Uno de ellos es esa ausencia de megarrondas de capital relevantes apoyadas por inversores internacionales. La gran excepción es la de Travelperk con Softbank de 95 millones firmada en enero. Sólo hay una operación más de tres cifras y es la de 140 millones de ID Finance, pero es sólo de deuda estructurada y no de capital. En el mismo periodo del año pasado se firmaron las operaciones de Fever o Wallapop con Goldman Sachs y la coreana Naver, que eran ampliaciones internas cubiertas con socios ya existentes.

Otro de los aspectos que se repite es una competencia creciente en rondas más pequeñas, con cifras reducidas y más fondos españoles pugnando por entrar. Todas las fuentes del capital riesgo consultadas confirman que hay mayor dinamismo en estas edades, aunque con sectores mucho más mimados que otros y manteniendo la tendencia hacia los negocios de empresas y no tanto de consumidor. En este sentido despunta la transacción de 25 millones de la firma de software de tecnología cuántica Multiverse Computing o los 15 millones que se invirtieron en Embat con Creandum (socio significativo de Factorial) como líder.

La deuda sigue siendo un recurso utilizado por las startups en un contexto como el actual. Se trata de un recurso que no genera dilución -aunque haya garantías o contraprestaciones en acciones en algunos casos- y que permite no abrir de nuevo el accionariado a un socio externo para que vuelva a poner a examen la valoración. En estos primeros meses destaca la operación de 75 millones de Factorial con General Catalyst. También se han firmado otras transacciones como la de 15 millones de Cabify con BBVA Spark; la de 6 millones de Sateliot con Banco Santander, o los 4 millones de Exoticca también con BBVA.

Según explicaban desde Factorial hace un par de semanas, la transacción de General Catalyst no tiene garantías en base a los activos de la empresa o a la propiedad intelectual. En el ‘venture debt’ tradicional, esto sí que se suele incluir. Sea como sea, el peso de los pasivos ha empezado a tener relevancia en las grandes compañías del sector. A partir de ahora en la plataforma de recursos humanos, pero ya lo está siendo en Jobandtalent, Cabify o Wallbox. En la primera se está tratando de renegociar la deuda con Blackrock de 354 millones con tipos de interés superiores al 13%. En la última se ha multiplicado por casi cuatro veces el gasto de intereses ante la subida de los tipos.

En estos meses se ha consolidado el ICO como un inversor directo de startups. En el ‘top 10’ de transacciones más relevantes ejecutadas entre enero y marzo, el fondo público Next Tech anunciado formalmente su participación en dos: inyectó 20 millones de euros en Wallapop y 10 millones en Paack. Tal y como queda reflejado en su folleto, modificado en el año 2022, pasaba de respaldar a fondos a ‘compartir’ rondas -o extensiones de las mismas- con algunos de ellos. Todo apunta a que habrá más operaciones de este tipo.

Las gestoras de capital riesgo siguen lanzando más fondos. Según los datos recopilados por iDeals-M&A Community, se ha puesto en marcha en estos primeros tres meses una quincena de nuevos fondos de capital riesgo específico para startups en España. La captación de recursos está siendo especialmente dura, no sólo en el mercado español sino también fuera entre otros aspectos por la escasez de ‘exits’ y el contexto macroeconómico. El que también se está cocinando es el nuevo que estaría dotado con hasta 1.000 millones de euros del European Championship Initiative del Banco Europeo de Inversiones y el Fondo Europeo de Inversiones.

Esa escasez de desinversiones se refleja también en las cifras. Apenas ha habido operaciones relevantes de venta de compañías respaldadas por capital riesgo. No es algo excepcional de este 2024, sino que se ha venido sucediendo en los últimos años. La falta de ‘exits’ otorga menos liquidez a las gestoras en sus fondos que lleva a menores distribuciones entre sus accionistas. Hay dos transacciones relevantes, aunque con un único socio: Idealista y Freepik. Ambas están o han estado sobre la mesa en los últimos meses. No se han cerrado aún pero se trata de compañías controladas precisamente por el ‘private equity’. 

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