Sevilla tendrá cargo en la nueva directiva

Goiri pactó ser 'chairman' en apenas un día con plenos poderes para Gortázar

El presidente de Bankia no tendrá funciones ejecutivas, de manera que el poder real de la futura CaixaBank estará en manos del actual consejero delegado del grupo.

Goirigolzarri y Gortazar
José Ignacio Goirigolzarri y Gonzalo Gortazar, presidente y consejero delegado de la nueva CaixaBank.
David Campos

Bankia y CaixaBank han dado el primer paso para la fusión. Los consejos han aprobado la ecuación de canje y el gobierno corportivo de la nueva entidad y han presentado al mercado las líneas maestras que guiarán la operación. Las idas y venidas sobre la valoración de cada uno de los bancos de cara a la fusión retrasaron unos días la toma de esta decisión pero, desde el inicio, había una cosa muy clara: el gobierno corporativo. José Ignacio Goirigolzarri, actual presidente de Bankia, aceptó desde el minuto uno que su papel a partir de la aprobación del proyecto sería puramente institucional, cediendo el poder de gestión al que será el primer ejecutivo, Gonzalo Gortázar. Un asunto en el que no hubo discrepancias y que ha sido determinante para poder llevar a cabo la operación de manera rápida, tal y como señaló en su día el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos. 

"Este ha sido un tema que decidimos en un día", espetaba el propio Goirigolzarri, "no ha sido un tema de discusión". El presidente de Bankia siempre ha tenido una cosa clara que se deriva principalmente de su experiencia en otras fusiones que vivió cuando trabajaba en BBVA: la línea de mando de la entidad resultante tiene que estar absolutamente clara desde el principio. De esta forma, no habrá problemas en un futuro. "Gonzalo y yo tomamos la decisión de que Gonzalo tenía que ser el primer ejecutivo", relata. Y así ha sido. 

La relación entre ambos, fraguada a lo largo de los últimos años, da aspecto de excepcional y así se mostraron en la presentación del proyecto que tuvo lugar este mismo viernes en Valencia, ciudad que acogerá la sede de la futura entidad. Risas y bromas en una sede de CaixaBank que, por primera vez y seguramente última, acogía al logo de Bankia. La marca de la antigua Caja Madrid desaparecerá una vez que se complete la fusión y tan pronto como las imprentas puedan cambiar todos los letreros que pueblan España. 

Y este hecho, el decir adiós a un proyecto de ocho años que ha pasado por muchas vicisitudes, a Goirigolzarri le da "pena". "En 2012 era una marca muy tocada y gracias al esfuerzo de todos se ha revitalizado de una forma muy notable. Dicho eso, todavía tiene connotaciones negativas derivadas del pasado", señalaba. Más, si se tiene en cuenta que es inminente la sentencia sobre la salida a bolsa que se lleva redactando en la Audiencia Nacional desde hace meses. Sea como fuere, en el segundo trimestre de 2021 el denominado 'hombre de las fusiones' será el presidente de la nueva CaixaBank y lo será siguiendo una de las directrices del Banco Central Europeo (BCE), la separación de poderes entre el consejero delegado y el 'chairman', algo que en España no suele ser lo habitual. 

Esta especie de bicefalia no será tan clara como en el mercado anglosajón, pues pese a que Goirigolzarri se quedará varias áreas de la entidad - auditoría, comunicación y la secretaría del consejo, en concreto- y Gortázar con la parte de negocio, el poder seguirá siendo del consejo de administración. Los dos directivos bromeaban en este aspecto: "Tranquilo Gonzalo que no te voy a cesar", decía Goirigolzarri entre risas, dejando atrás el esquema anglosajón que encuadra al ‘chairman’ como todopoderoso.

El actual presidente de Bankia tendrá, por tanto, la tarea de apoyar a Gortázar y el resto del equipo "dando los mejores consejos", como él mismo ha reconocido. "El hecho de ser ejecutivo para mi lo que representa es una cosa muy importante, es que yo soy parte del equipo de este proyecto", apuntaba tras mostrarse confiado en aportar a la nueva CaixaBank un valor añadido. 

Pepe Sevilla, un puesto destacado

Goirigolzarri ha sabido buscar un puesto para su segundo en la antigua Caja Madrid. Pepe Sevilla, que no estará en el consejo de administración, tendrá un puesto destacado en la futura entidad financiera. "Pepe ha hecho un trabajazo increíble a lo largo de estos años y para que esta operación salga adelante", ha destacado Goirigolzarri. "Si alguien se ha partido el pecho, ha sido Pepe", se ha encargado de recalcar. Por ello, una vez que se configure la nueva estructura directiva, para lo que aún faltan unos meses, Sevilla tendrá en CaixaBank "una dirección de gran responsabilidad".

No está tan claro si el actual presidente de CaixaBank, Jordi Gual, tendrá encaje en la nueva entidad. Tras dejarle fuera del futuro consejo de administración, Gortázar se ha limitado ha señalar que "tendrá seguro la oportunidad de explicar cuales serán sus planes futuros". Sea como fuere, los directivos de ambas entidades confían en una fusión que sea un antes y un después en la historia de la banca española. "Compartimos muchos valores, nos hacen las cosas fáciles y tenemos la experiencia de otras integraciones. Somos conscientes de que es mucho trabajo pero también de que va a merecer la pena", señalaba el que será el primer ejecutivo de la entidad, Gonzalo Gortázar. Dentro de un mes se celebrarán nuevos consejos y se convocarán juntas de accionistas para noviembre. La nueva CaixaBank estará entonces a la vuelta de la esquina. 

Mostrar comentarios