Ante la consolidación de las telecos

Francia aprieta a Orange España para que apueste por la fusión con Másmóvil

Fallacher defiende que en la filial española trabajan en los números comerciales para volver al crecimiento. Richard presiona insistiendo en que la prioridad debería ser contar con un papel activo en este baile.

Jean François Fallacher, consejero delegado de Orange España.
Jean François Fallacher, consejero delegado de Orange España.
L.I.

"No somos pasivos y no estamos esperando a que las cosas pasen". Las palabras pronunciadas por el que dentro de unas semanas dejará de ser consejero delegado de Orange, Stephane Richard, resonaron en el centro de operaciones de la filial española en Madrid. El jefe global de la operadora de telecomunicaciones gala apretó el acelerador ante la presión de los analistas por lograr la tan ansiada reducción de la competencia en el mercado español. Desde París aseguran que se está trabajando activamente, con conversaciones principalmente con Másmóvil aunque con otras opciones sobre la mesa. Pero desde España tratan de sacudirse la presión. El máximo responsable en este país, Jean François Fallacher, asegura estar centrado en la recuperación del crecimiento en ingresos y rentabilidad, "que es lo que el mercado espera de nosotros"

A Richard le quedan unas semanas como consejero delegado. Pero antes de marcharse, en la última presentación de resultados, dejó claro el sentir de la matriz de Orange -con el Estado francés como principal accionista con el 23% de los títulos-  en el proceso de consolidación que se vive en el mercado español. "Estamos trabajando activamente", apuntó ante los analistas. En el pasado, el grupo francés ha optado desde su 'cuartel general' por un papel más de espectador en las diferentes transacciones. Delante de ellos sucedió la negociación de Vodafone con Másmóvil o la compra del grupo vasco Euskaltel por ésta última, incluso la oferta pública de adquisición (OPA) lanzada por KKR, Cinven y Providence sobre el cuarto operador. Se llegó a hablar incluso de una potencial contraoferta que el propio Richard descartó en aquel mes de junio de 2020. Ahí tampoco movió ficha.

A su homólogo en España se le preguntó por esas palabras y si eso significaba que estaba cerca un acuerdo final con Másmóvil, después de que se hayan intensificado los contactos entre ambas partes. Fallacher, que precisamente sonó como el sustituto para el puesto de primer ejecutivo en la sacudida en la cúpula ante la condena de Richard por un caso de corrupción, aseguró: "Pregúntenselo a Stephane Richard". Ante esta frialdad en la respuesta, intentó disipar las dudas de potenciales diferencias de criterio entre una y otra parte, pero la forma de hacerlo también dejó claro que desde España esta potencial fusión, en la que se podría perder parte  o todo el poder de decisión en este mercado, se plantea de una manera menos apasionada.

Fallacher quiso frenar ese ímpetu 'fusionador'. Insistió en que la posición de Orange a nivel global no se ha modificado, pues apoyará cualquier tipo de consolidación, tanto estén o no incluidos dentro. "La prioridad debe ser formar parte", avisó en su intervención desde París unas horas antes el CEO global. El primer ejecutivo español coincidió en que existe una ola de consolidación, pero en toda Europa. "La situación que existe en Europa no es sostenible a largo plazo", aseguró. De nuevo, un intento por no trasladar urgencia. Y también para trasladar el problema al resto del continente y no sólo en España. Hay que recordar que en los últimos tiempos se ha especulado con la posibilidad de que la comisaria europea de la Competencia, Margrethe Vestager, sería más proclive a una fusión entre grandes grupos europeos que entre filiales de cada uno de los mercados.

Richard, para cuya sustitución como CEO sonó el propio Fallacher, avisa que la prioridad debe ser firmar una operación

En lo que sí conciden ambos directivos es en afirmar que no sería ningún drama no cerrar un acuerdo y quedarse fuera. Como sucediera con Telefónica con la venta de activos, Orange trata de transmitir que podrían vivir si finalmente se quedan de pie en el baile de sillas. El objetivo es evitar que el más pretendido del baile, Másmóvil, no 'huela la sangre'. Este papel fue más ejercido por Richard que señaló las dos potenciales consecuencias en caso de no firmar una unión en territorio español. 

Por un lado, apuntan a una reducción de los ingresos mayoristas "a corto o medio plazo", pues Másmóvil no tendría que pagarle el alquiler de las redes. Aunque advierte que no es algo "automático". Es decir, que hay cláusulas en el contrato que podrían implicar pagos importantes o aspectos vinculados al marketing o al desarrollo que ejercerían de freno. A esto hay que sumar que habría una mayor eficiencia en el mercado, de la que se beneficiarían los galos, al haber una menor competencia. "Aunque sigo pensando que nuestra prioridad debería ser tratar de ser parte del juego de consolidación, no creo que sea la peor noticia posible ver una consolidación sin nosotros", aseguró. Se estaba poniendo la venda ante los analistas.

En las últimas semanas, como aseguraban fuentes conocedoras, se han intensificado los contactos con Másmóvil para una potencial unión al 50% en una compañía. Sin embargo, no se cierra completamente la puerta al escenario de unión con Vodafone. Todo está sobre la mesa, según apuntó al propio Fallacher. Sí se excluye, lógicamente, a Telefónica de cualquier movimiento, por su posición de 'ex-monopolio' con poder de mercado. Ahora bien, la unión de los británicos y los franceses implicaría unos 'remedios' muy importantes que irían destinados, con toda probabilidad, a Másmóvil y a otros más pequeños como la rumana Digi. Por último, sigue estando como última opción, en caso de que no salga ninguna de las negociaciones -tanto por las valoraciones de los activos como por la gobernanza-, una fusión de las redes de estos dos últimos, algo en lo que se lleva trabajando los últimos meses que permitiría ahorrar costes pero no rebajaría ni un ápice la intensidad competitiva.

Este 'endurecimiento' del discurso por parte de Francia apostando por un papel mucho más activo en España en la consolidación coincide también con un movimiento similar en el primer ejecutivo de Vodafone, que en la última presentación de resultados fue mucho más claro. Nick Read aseguró hace varias semanas que no sólo planteaban una venta total, sino también la creación de 'joint ventures' en las que mantenga la mayoría o, incluso, la pierda. Se abría a cualquier escenario posible. Eso sí, lo hace un año después de levantarse de la mesa por una diferencia de valoración de la filial española de en torno a 300 millones de euros, según explicaban fuentes conocedoras.

El mercado español se ha convertido en un quebradero de cabeza para Orange. La rentabilidad ha vuelto a caer casi un 13%. En dos años, el resultado bruto de explotación (Ebitda) se ha reducido en torno a un 25%, es decir, en torno a 400 millones de euros anuales. La obsesión de Fallacher ahora es tratar de dar la vuelta a esos números. "Es lo que el mercado espera de nosotros", asegura el directivo, que cumple un año y medio al frente de la filial, a la que llegó para tratar de volver a la senda de crecimiento. Aún queda lejos en el calendario, pues lo hará a lo largo de 2023, sin aportar más precisión en las fechas. No quiere distracciones del equipo en las fusiones. Mientras tanto, el jefe global ya avisó a los inversores en Francia: "Es una prioridad participar".

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