A la espera de la ley del Clima

Pozos de petróleo casi agotados: la producción nacional roza la zona cero

Los cinco pozos activos produjeron en un año 80.000 toneladas de crudo, cantidad que no llega a cubrir el consumo de medio día.

Gráfico Hidrocarburos.
Gráfico Hidrocarburos.
Santiago Carcar

La extracción de hidrocarburos en España siempre ha sido testimonial. Pero roza el cero justo cuando se tramita el primer proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética para alcanzar la neutralidad de emisiones, a más tardar en 2050. En marzo, los cinco pozos en tierra y mar que aún producen petróleo aportaron 6.000 toneladas para cubrir una demanda que supera las 184.000 toneladas al día, según datos de la corporación de reservas Cores. La producción de los últimos doce meses -80.000 toneladas- no alcanza para cubrir un día de consumo. La nueva ley prohíbe realizar nuevas prospecciones para encontrar petróleo y gas.

Los datos de marzo colocan al pozo marino Casablanca, frente a las costas de Tarragona, como el único productivo en el mes del confinamiento. Es el más activo también en los últimos 12 meses, con 45.000 toneladas de producción. El resto de los proyectos en producción -los campos Boquerón, Montanazo-Lubina  y Rodaballo en Tarragona y Viura en La Rioja- muestran descensos de producción en el año. Todos juntos aportan un 0,15% al autoabastecimiento del país. 

"Son pozos maduros, que están en un proceso de producción menguante" explican fuentes de la petrolera Repsol, que explota Casablanca. Esta concesión se renovó a finales de 2018 para un periodo de diez años y se mantendrá, señalan, mientras tenga sentido. Con las nuevas leyes en tramitación, admiten las  fuentes, los proyectos en ningún caso van a  ir a más. Ni en inversión, ni en producción.

Prohibido investigar y explorar

La nueva ley del Clima en tramitación prohíbe las nuevas actividades de investigación y exploración de hidrocarburos tanto en el subsuelo marino como terrestre. La prohibición de nuevos permisos no afecta, sin embargo, ni a las explotaciones vigentes, ni a las solicitudes en tramitación. Actualmente hay cinco zonas de extracción de gas y petróleo activas y hasta 22 permisos de investigación de hidrocarburos solicitados. 

Gráfico pozos.
Gráfico pozos.

Si el proceso de enmiendas no amplía la prohibición, seguirán en pie proyectos como el autorizado a finales del pasado año a la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi (SHESA) para explorar en Subijana, localidad cercana a Vitoria, la existencia de una bolsa de hidrocarburos –gas- que podría garantizar la autosuficiencia energética del País Vasco durante 60 años. El Ministerio de Transición Ecológica concedió la autorización porque los compromisos asumidos por la empresa pública SHESA garantizan que no se utilizará la polémica técnica del fracking en los sondeos.

Pero el fantasma está ahí, en las páginas del BOE. La resolución ministerial recoge literalmente que “el sondeo ARMENTIA-2 se incluye en el permiso de investigación de hidrocarburos denominado Enara, de gas no convencional denominado así por la naturaleza de la roca «madre» en la que se encuentra el gas de forma diseminada, y que normalmente para su explotación necesitan técnicas de estimulación no convencionales entre ellas la fracturación hidráulica”.

La prohibición de los sondeos enfoca al país hacia la descarbonización.  España siempre ha tenido una alta dependencia energética de los combustibles fósiles. En 2008, esa dependencia registró un máximo histórico y llegó a alcanzar el 81,3%. Gracias a las renovables, esa dependencia fue disminuyendo  y 2013 se redujo al 70,2%.  La moratoria renovable, no obstante, la mantuvo en el entorno del 73%. Es una mala posición. Sin tener en cuenta la energía nuclear, la cual se considera autóctona, España  se sitúa cerca de veinte puntos porcentuales por encima de la media de los 28 países de la Unión Europea.

La ley del Clima es el intento de tomar posición para cumplir con los compromisos medioambientales asumidos. La realidad ha cambiado. Al fin se han cumplido las previsiones de la Agencia de las Energías Renovables (IRENA) que pronosticó para este mismo año 2020 cómo la electricidad producida a partir de energías renovables sería más barata que la generación con combustibles fósiles. Para 2020, señaló la agencia, "todas las tecnologías de generación de energía que ahora están en uso comercial" competirán en precio con los combustibles fósiles.

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