Primera decisión en su mandato

Murtra se estrena en Indra y pone el freno a más prejubilaciones en Defensa

La división de Sistemas decide cerrar definitivamente la reestructuración, pese a la fuerte demanda entre la plantilla por las condiciones ofrecidas en el ERE.

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Marc Murtra, presidente no ejecutivo de Indra.
Nerea de Bilbao

Primera decisión de calado en el mandato de Marc Murtra en Indra. La compañía semipública ha cerrado la puerta a ampliar el número de prejubilaciones voluntarias dentro de su división de Defensa y Transporte (Sistemas). La fuerte demanda entre la plantilla, que había dejado en 'lista de espera' a 150 empleados que la solicitaron, llevó a las organizaciones sindicales a reclamar que se ampliara el periodo de aceptación hasta finales de año. Sin embargo, desde la empresa han descartado esta opción al entender que no necesitan más salidas para afrontar un periodo de reactivación económica como el actual.

El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de Indra fue retirado para posteriormente ejecutar un paquete de 220 salidas: 135 prejubilaciones y 85 bajas incentivadas. Esta negociación se produjo a finales del año 2020, cuando aún dirigía la compañía con plenos poderes el entonces presidente ejecutivo, Fernando Abril-Martorell. Unos meses después se produjo el terremoto que acabó con su salida, en plena confección de esos recortes laborales. Marc Murtra lo sustituía, aunque sin esa capacidad de ejecución, pues ésta residiría en los consejeros delegados de las dos áreas principales. Ahora deciden dar carpetazo definitivo a esa reestructuración.

El ERE inicial implicaba el despido forzoso de 240 empleados de la división. Las medidas voluntarias iban destinadas a un total de 220, es decir, una ligera reducción. Ahora, con la baja demanda de las bajas incentivadas -que reciben la indemnización que les corresponda por su actividad- el recorte laboral se ha situado en torno a las 150. La decisión tomada por el equipo directivo, con Ignacio Mataix, consejero delegado de Defensa, y Marc Murtra, deja esa cifra intacta y no mete más la tijera. Así se lo trasladaron hace unos días en una reunión a los representantes de los trabajadores, según confirman fuentes sindicales. 

La razón esgrimida por la empresa es, precisamente, que no necesitan una mayor reducción de empleo en este área. A finales del año pasado, marcado especialmente por el impacto de la pandemia del coronavirus, alegaba para ejecutar un ERE la caída en los resultados de la filial, junto con los cambios estructurales del sector con una disminución de la demanda. Desde los sindicatos insistían en que la elección de la compañía por parte del Gobierno como "coordinador nacional" del futuro avión de combate europeo, el FCAS, que sustituirá al Eurofighter y tendrá un coste total de cerca de 100.000 millones de euros, generaba actividad más que suficiente.

Ya en la Junta General de Accionistas que tuvo lugar el pasado 30 de junio, el consejero delegado de Sistemas, Ignacio Mataix, persona de total confianza de Abril-Martorell que fue nombrado a principios del año 2018, defendió que el negocio de Transporte y Defensa es "muy sólido" y con "excelentes perspectivas estratégicas", pese a defender la necesidad de mayor eficiencia en la estructura. Puso de ejemplos los "decisivos éxitos" en la reordenación de la división hacia los grandes programas públicos; el fuerte crecimiento de la cartera y la contratación, y, precisamente, el rol estratégico en el FCAS. En el primer trimestre, el beneficio neto creció un 255% y los ingresos aumentaron un 5,5%.

Otra gran compañía que también tenía sobre la mesa la decisión de ampliar o no el número de prejubilaciones en el marco de un ERE es Orange. La operadora de telecomunicaciones francesa había recibido, al igual que Indra, la petición por parte de los sindicatos, pues casi 40 empleados, un 20% más del tope planteado inicialmente, se había quedado en la 'lista de espera'. Finalmente, el equipo directivo liderado por Jean François Fallacher ha dado luz verde, algo que ha sido aplaudido por los sindicatos. 

Respaldo en los tribunales

Esta es la primera decisión relevante ejecutada en el mandato de Murtra, arrancado formalmente a finales de junio. Su llegada a la compañía se produjo después de todo un terremoto político, con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) forzando la salida de Abril-Martorell y los consejeros independientes peleando para que el empresario catalán cercano al PSC no fuera nombrado presidente ejecutivo. Su aterrizaje conllevó una estructura atípica con dos consejeros delegados cuya gobernanza amenazaba con complicarse.

Al margen de las prejubilaciones, las organizaciones sindicales mayoritarias de Indra Sistemas han logrado el respaldo de los tribunales sobre la negociación del ERE. En concreto, la Audiencia Nacional acaba de rechazar un recurso presentado por CGT, que había demandado a UGT, CCOO y la compañía al entender que el acuerdo marzo de relaciones laborales que se suscribió en el marco de esas conversaciones era nulo al haberse pactado "con manifiesta mala fe negociadora". Ese pacto se firmaba por primera vez en las dos últimas décadas lo que implicaba algunas mejoras más y garantizaba varios derechos.

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