13.000 euros de beneficio anual

Alerta roja en la 'vieja' Pescanova ante el riesgo de quiebra si la Nueva no paga

El último informe de auditoría incluye un párrafo de énfasis que avisa de que la continuidad de la firma gallega depende del cobro de los 44 millones en créditos a empresas que vencen en 2022.

Pescanova gana 32,09 millones de euros en 2009, un 24,55 por ciento más
El expresidente de Pescanova S.A., Manuel Fernández Sousa.

Las últimas cuentas anuales de la 'vieja' Pescanova han agitado el mar revuelto de la sociedad holding. El informe de auditoría incluye un párrafo de énfasis que alerta del riesgo de insolvencia para la sociedad si la Nueva Pescanova no paga los créditos que adeuda al grupo pesquero que fue su germen, cuya fecha de vencimiento es el año 2022. Al cierre del pasado ejercicio, la compañía se anotó 44,2 millones de euros pendientes de cobro, correspondientes a los créditos a empresas que aún siguen en el aire. La práctica totalidad de esta cantidad corresponde al pasivo que deberá asumir Nueva Pescanova, aunque nominalmente permanezca en la antigua, tal y como marcan los términos de la operación de segregación que dio lugar a la empresa heredera en 2015.

La continuidad a largo plazo de la original Pescanova pende de un hilo, en concreto, de la capacidad de Nueva Pescanova de liquidar sus obligaciones con la primera. A dicho riesgo se suman los "pasivos adicionales que pudieran surgir (...) y los apoyos financieros y de otro tipo" que pudiera contraer la sociedad heredera, tal y como reza el citado párrafo de énfasis. Para el auditor, el fuerte impacto que producen las decisiones del grupo que preside José María Benavent en la antigua Pescanova evidencia "una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la sociedad para continuar como empresa en funcionamiento". La puntualización del auditor llega en mitad del crudo rifirrafe judicial entre ambas compañías.

Los antiguos accionistas del grupo matriz contaron con el 20% del capital social de la empresa heredera en el momento de su constitución. Esta participación (bajo la cotizada Pescanova S.A.) se ha ido diluyendo hasta limitarse al 1,65 %. En paralelo, la participación del 80% que obtuvo en 2015 la banca acreedora de la multinacional gallega -La Caixa, Sabadell, BBVA, Popular, Abanca, Bankia y el UBI italiano- se ha concentrado en la entidad que preside Juan Carlos Escotet, que el pasado febrero elevó su posición por encima del 97% y capitalizó 542 millones de la deuda concursal de Nueva Pescanova (correspondiente al 84% del total en manos de Abanca), que la sociedad pesquera heredó de la suspensión de pagos que su matriz declaró en 2013. 

Pescanova S.A. anunció que impugnaría la operación, que ha reducido la deuda derivada del concurso de acreedores a 100 millones, y que llevaría los acuerdos aprobados en la última junta de accionistas a los tribunales. La tensión entre Pescanova S.A. y los accionistas mayoritarios de la Nueva es evidente y los frentes de la compañía original se multiplican. El pasado 6 de octubre, la Audiencia Nacional (AN) condenó a la matriz a desembolsar 166 millones de euros en concepto de indemnización por los hechos atribuidos a los antiguos administradores y directivos responsables de la quiebra del grupo pesquero. 

El pasado octubre, la Audiencia Nacional condenó a Pescanova a pagar 166 millones por los hechos atribuidos a los antiguos administradores responsables de la quiebra de la entidad en 2013

El auditor advierte que Pescanova S.A. ha recurrido la sentencia por lo que "no es factible cuantificar a la fecha el total impacto de este procedimiento". Los asesores legales de la cotizada señalan que la citada contingencia podría tener la consideración de deuda concursal "sometida a quitas de hasta el 97,5%". En tal caso, el desembolso por la gestión de la directiva pilotada por el hoy encausado  tendría que asumirlo Nueva Pescanova. Con todo, la sociedad ha provisionado 32 millones de euros para afrontar el eventual 'agujero'.

Nueva Pescanova surgió del traspaso de activos y pasivos de la multinacional gallega en septiembre de 2015, en el marco de una estrategia de reestructuración que dejó en manos de la banca acreedora el control de la nueva empresa. La operación dotó a la entidad neonata de un patrimonio positivo de 60 millones de euros, pero generó un lastre de más de 1.000 millones de deuda. Tras la segregación, el papel de la 'vieja' Pescanova se redujo al de una sociedad de cartera con la citada participación del 20% en la sociedad constituida bajo el control de la banca acreedora como principal activo. Tras la reciente capitalización encabezada por Abanca, la empresa heredera todavía soporta cerca de 120 millones de euros de deuda concursal.

La cantidad no es cosa menor y queda en manos de alrededor de setenta acreedores con participaciones muy bajas y entre los que destacan varuios fondos de inversión. Las últimas previsiones de Nueva Pescanova -que aún no ha publicado las cuentas anuales de 2020- anticiparon unos números rojos de 21 millones al cierre del pasado ejercicio. Las ventas del grupo pesquero cayeron un 19% durante los peores meses de la pandemia, pero las sensaciones en la entidad son positivas. "La compañía está saneada, con unos fondos propios robustos y con la capacidad de desarrollar su negocio sin el lastre que suponía la deuda anterior", aseguró José María Benavent tras la citada capitalización. La Pescanova original obtuvo 13.000 euros de beneficio en 2020, un salto notable sobre los 827.000 euros de pérdidas con que cerró 2019.

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