El plan de Zegona para el quinto operador choca contra la alta deuda de Euskaltel

  • La teleco vasca mantiene su pasivo neto por encima de los 1.500 millones de euros, 4,5 veces su ebitda, por encima de Telefónica o Másmóvil.
Euskaltel tiene 1.570 millones de euros de deuda neta.
Euskaltel tiene 1.570 millones de euros de deuda neta.
EFE

El grupo británico de inversión Zegona quiere acelerar en Euskaltel. Trabaja en cerrar la ampliación de capital con la que completará la opa para convertirse en el accionista de referencia del operador vasco. Su objetivo: convertirlo en el quinto operador en España. La realidad es que, junto a la dificultad para cerrar esa adquisición de las acciones a las condiciones ofrecidas, hay que añadir un escollo significativo: la elevada deuda de la teleco. Supera los 1.500 millones de euros, 4,5 veces su resultado bruto (ebitda), uno de los niveles más altos entre los competidores en España.

Los británicos se convirtieron en el segundo accionista de referencia de Euskaltel a mediados del pasado año, cuando ésta última adquirió la operadora asturiana Telecable (en sus manos desde 2015 tras sacar la chequera y pagar 640 millones de euros) por 700 millones. Ahora busca superar a Kutxabank y ganar peso en el accionariado con la Oferta Pública de Adquisición (OPA). Antes de lanzarla, espera presentar oficialmente el prospecto durante esta semana.

Ambos pasos iniciales no van a ser fáciles. Por un lado, lograr la ‘luz verde’ de sus accionistas para la ampliación de capital -se celebrará, con toda seguridad, en la primera quincena de diciembre una junta general- que acarreará una deuda con Barclays por 256 millones de euros. Y, por otro, convencer a los accionistas de Euskaltel para que vendan sus participaciones al precio ofrecido (7,75 euros), que supone una mejora “muy limitada”, según advierten diversas fuentes del mercado.

El escollo de la deuda

Además de la consecución del apoyo de otros accionistas para lograr la mayoría suficiente, tiene un escollo añadido para su particular plan de expansión por el resto de España. Y es el endeudamiento, según advierten varios analistas consultados por La Información. La operadora vasca se encuentra hoy digiriendo las dos adquisiciones con las que quiso ganar tamaño en el norte de España: la de Telecable (700 millones) y la de R Cable (1.550 millones de euros). Ambas operaciones colocaron el endeudamiento del grupo por encima de los 1.500 millones, es decir, entre 4,5 y 5 veces su resultado bruto antes de impuestos (ebitda).

“El plan llegaría en un momento de fuerte endeudamiento de la compañía y no sería fácil que pudiera poner en marcha un gran plan de inversión para competir [contra Másmóvil, Vodafone, Orange y Telefónica]”, explica Javier Borrachero, responsable de análisis de telecomunicaciones en la firma Kepler Capital Markets.

Ese ratio de deuda respecto al resultado bruto de explotación (ebitda) está muy por encima de la mayoría de los competidores con los que tendrá que verse las caras a nivel nacional. so fructifica su plan: Telefónica (2,6 veces), Orange (2), Vodafone (4,5) y Másmóvil (2,4), de acuerdo a sus últimos balances.

Fuerte inversión por delante

Este factor no es baladí. El desembarco de una nueva marca como Virgin -que hoy opera en Reino Unido-, y el pago por la conectividad mayorista de fibra y móvil con alguno de los grandes operadores supondría una fuerte inversión en plena operación para tratar de rebajar el peso de esa deuda en el balance. Sus principales competidores temen un recrudecimiento de la competencia y una dura guerra de precios. De hecho, los tres principales unieron sus voces la pasada semana para reclamar una consolidación en el sector. En este contexto, no lo pondrían fácil para dar acceso a su infraestructura.

Zegona, fundado por dos ex ejecutivos de Virgin, ha querido doblar su apuesta en Euskaltel. Su situación no era sencilla, pues durante los últimos trimestres alertaron sobre la necesidad de una expansión más acelerada. Había dos opciones: salir pero con una escasa rentabilidad en su inversión o ganar peso para tratar de acelerar y elevar el valor de la compañía. El reto es grande. Aún más con su nivel de deuda.

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