Con el apoyo de Brookfield

Riberas y Benjumea prevén cuadruplicar ventas con Powen por el 'rally' eléctrico

El grupo renovable se ha marcado el objetivo de incrementar su facturación por encima de los 80 millones a final de año, al calor de la desbocada subida de la luz y la expectativa de una lluvia de ayudas públicas.

José Benjumea, CEO de Powen
José Benjumea, consejero delegado de Powen
POWEN

Nunca llueve a gusto de todos. En pleno maremágnum eléctrico, Powen aspira a batir sus previsiones este año, cuadruplicando su facturación anual respecto a 2021 al calor de la desbocada escalada del precio de la luz y la expectativa de una lluvia de ayudas públicas. La compañía participada por la familia Ribera y una rama del 'clan' Benjumea, aspira a cerrar el ejercicio con más de 80 millones de ingresos, todo un hito para la empresa de autoconsumo que cuenta con el gigante canadiense Brookfield como inversor estratégico.

La empresa vive un buen momento. La sostenida escalada del precio de la luz, el gas y los hidrocarburos está empujando al autoconusmo a nuevos perfiles de clientes. A José Benjumea, consejero delegado de Powen, no le tiembla la voz al asegurar que el mercado potencial de este negocio podría oscilar entre los 20 y los 30 gigavatios (GW) para 2030. La previsión duplica las cifras que baraja el propio Gobierno.

Además del encarecimiento de la factura, Powen sustenta sus expectativas de crecimiento en el aliciente del aumento de fondos públicos destinados al autoconsumo. El Ministerio para la Transición Ecológica, de hecho, ha ampliado recientemente el plan de ayudas para este fin en 505 millones de euros, lo que eleva a 1.320 millones la dotación total del programa gestionado por el IDAE con cargo a los fondos europeos. 

Con este paquete de subvenciones, el departamento que dirige Teresa Ribera busca incorporar 1.850 MW renovables al mix energético nacional. El horizonte de ayudas públicas ha avivado la fiebre del autoconsumo que, por el contrario, se ha visto sosegada a raíz del retraso en la ejecución de las mismas y a causa de un persistente tapón administrativo, que está ralentizando el despliegue renovable. 

Con todo, desde Powen se mantienen optimistas. La compañía de soluciones energéticas cerró el año pasado con poco más de 20 millones de ingresos. Solo en el primer trimestre de 2022, el grupo superó con creces esta cifra al reportar ventas por 40 millones de euros. Fuera del mercado residencial -el año pasado alcanzó las 5.000 instalaciones-, Powen ha logrado abrirse hueco entre clientes industriales como Ence, Toyota, Urbaser o Merlin.  El grupo ha cerrado alianzas comerciales con FNAC y Banco Santander.

Powen se está abriendo hueco en el mercado industrial con clientes como Ence, Toyota o Urbaser

Powen nace como marca en 2017, aunque el recorrido del proyecto es anterior. Su germen, el hólding Kishoa, comenzó su actividad un año antes en los mercados de España y México. Entre los socios de la compañía se encuentran los hermanos Benjumea, José y Rafael Benjumea, sobrinos de Felipe Benjumea, el expresidente de Abengoa. Además del presidente de Powen, Rafael es el 'número uno' de la patronal fotovoltaica UNEF. 

Los hermanos Riberas, Jon y Francisco, propietarios de Gestamp, también participan en la compañía desde su inicio. Desde el pasado marzo, Brookfield cuenta con dos asientos en el consejo de Powen. El fondo de infraestructuras se hizo con una participación en el capital a cambio de un compromiso de inversión por parte del gigante canadiense, con el que la compañía busca consolidar su posición en el mercado ibérico y mexicano, así como ganar músculo para abrirse a nuevas geografías. La dirección de la empresa descarta incorporar nuevos socios al capital en el corto plazo.

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