Dos meses por delante

Reino Unido toma el guante de Hutchison y pone bajo la lupa la inversión de Cellnex

  • La CMA pide información a las partes para tomar una decisión sobre si da luz verde a la compra de la gestora de torres Arqiva por 2.500 millones.
Tobías Martínez, consejero delegado de Cellnex.
Tobías Martínez, consejero delegado de Cellnex.
L. I. / Archivo

El regulador de la competencia británico pone la lupa sobre la gran compra de Cellnex con la que dio un golpe sobre la mesa en Reino Unido. La CMA inicia el estudio a fondo de la adquisición de la cartera de torres a la gestora Arqiva por 2.500 millones de euros. Se abre ahora un periodo de dos meses para analizar si sigue adelante con la investigación o da luz verde definitiva. La sombra del grupo hongkonés Hutchison sigue sobrevolando después de que alertara de un riesgo de que la cotizada española se situara en una posición de dominio.

En octubre, la compañía española hizo un movimiento estratégico: comprar la británica Arqiva para adquirir de una tacada más de 8.300 torres para comercializarlas en aquel mercado. De esta forma, ganaba un peso decisivo en el escenario y se convertía en el gestor de infraestructura más grande, al margen de los propios operadores como BT, Telefónica o Vodafone (estos dos últimos tienen la compañía conjunta Cornerstone bajo la que tienen más de 16.500 emplazamientos).

Varios meses después, el regulador de la competencia de aquel país, conocida por las siglas CMA, inicia un proceso para estudiar a fondo esta adquisición y si, realmente, supone un monopolio en el segmento de la gestión de infraestructuras de telecomunicaciones. Así, este lunes comunicó de manera formal a las partes el inicio de la investigación en una primera fase. Arranca así un periodo que va a ser clave para que la operación llegue a buen puerto.

¿Cuál será la posición de Cellnex si sale adelante? La combinación de la española, que contaba con casi un millar de emplazamientos después de la adquisición a British Telecom en 2017, y de Arquiva (controlada por el Canada Pension Plan y el megafondo Macquaire) sumaba entre el 70% y el 80% de la cuota de mercado al margen de los operadores de telecomunicaciones. La compañía británica ya es un monopolio de facto en el sector de las torres de televisión y radio en el mercado.

La hongkonesa Hutchison ha sido una de las que más ha empujado para que el regulador paralizara la compra, al entender que se consolidaría un monopolio en un momento especialmente delicado para el sector, con el despliegue de 5G en ciernes. "Los reguladores podrían oponerse a algunas ofertas de torres que incluyen el intercambio de redes o implican menos competencia en el sector de la infraestructura", advertía la agencia de calificación Moody´s en un informe reciente.

Sea como sea, ahora se inicia la primera fase de estudio por parte del regulador. Esta se alarga durante dos meses a contar desde este pasado lunes. Es decir, a finales de abril se deberá tener un veredicto: luz verde o se pone en marcha la fase 2, en la que se busca profundizar aún más, según la legislación británica. Quedan dos días para que no sólo las dos compañías implicadas sino también el resto de competidores presenten sus alegaciones en este caso.

Lo que queda pendiente

El veredicto de la operación no es el único escollo pendiente. Junto a todas las autorizaciones, también de los proveedores financieros de Arqiva, se encuentra la ejecución de un acuerdo clave con un cliente bajo ciertos términos acordados con la comprada. ¿Los detalles? No han sido explicados por parte de Cellnex. También hay otros aspectos que podrían implicar ajustes del precio final -fijado en 2.000 millones de libras-.

Este es el movimiento más destacado de una carrera de adquisiciones que ha consolidado a la compañía como uno de los gestores de torres independientes más destacados de Europa. En 2019, al margen de Arqiva, se gastaron algo menos de 5.000 millones en diferentes operaciones que le permitieron sumar más de 15.000 emplazamientos a su portfolio. Entre ellos destacaron las compras de las firmas Iliad y Salt. Esta posición compradora coincide con un momento especialmente álgido para este segmento, con numerosos fondos de infraestructuras pujando por los activos y las grandes operadoras de telecomunicaciones con necesidades de hacerlos líquidos para reducir deuda y afrontar las fuertes inversiones del despliegue de las redes ultrarrápidas de 5G.

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