Más de 2.700 millones

Ábalos guiña el ojo a Cataluña para que Alstom acoja el megacontrato de Renfe

Cuatro de los seis grandes fabricantes se han presentado a la licitación para la fabricación de trenes de Cercanías de gran capacidad. Además de la empresa francesa están Talgo, CAF y la suiza Stadler. 

Alstom se lanza a la compra de la división ferroviaria de la canadiense Bombardier. / E.P.
Ábalos guiña el ojo a Cataluña para que Alstom acoja el megacontrato de Renfe.
EP

El transporte de Cercanías es una prioridad para José Luis Ábalos, ministro de Transportes. Así lo recordó en su toma de posesión de la cartera el pasado mes de enero cuando puso sobre la mesa algunas de las inversiones que ya llevaban meses en marcha y que tienen como fin rejuvenecer el parque móvil y mejorar la calidad de los servicios. En este sentido, destaca la licitación lanzada hace más de un año que tiene por objeto un 'megacontrato' para la compra de trenes de Cercanías por parte de Renfe. En total, más de 2.700 millones de euros más IVA para adquirir convoyes de gran capacidad que den servicio a las Cercanías de Madrid y Barcelona cuya licitación encara ahora la fase final. 

A dicha puja se presentaron cuatro de las seis empresas más importantes del sector, Talgo, CAF, Alstom y Stadler, quedándose fuera solo Siemens y Bombardier -inmersa en una operación con Alstom-. Tal y como confirman a La Información fuentes del sector ferroviario, desde el Ministerio de Transportes se estaría haciendo un guiño a Cataluña tratando de que Alstom, empresa cuyas principales factorías están en esta comunidad autónoma, pueda acoger, al menos, una parte de este contrato. 

A falta de abrir las ofertas económicas, el peso de la parte técnica decantaría la balanza hacia el lado de dos favoritas: la propia Alstom y Stadler, cuyas fábricas están en Cataluña y Valencia, respectivamente, tal y como señalan fuentes del sector ferroviario. El factor territorial tendría un poder muy destacado en esta licitación, pues la empresa que finalmente resulte adjudicataria del contrato se quedará con el mayor encargo de la compañía pública que permitirá generar empleo a corto y medio plazo.

El volumen de trabajo de dicho encargo público sería tal que, de ser Alstom finalmente el adjudicatario, daría un balón de oxígeno a la castigada industria catalana, sobre todo después de lo ocurrido con la factoría de Nissan. La dinamización de este sector es crucial para evitar un nuevo golpe al tejido productivo y a nivel social, por lo que su concesión tiene, más allá de la parte técnica y económica, una repercusión territorial. 

Valencia y Cataluña son claves en este sentido. Por un lado, la delicada situación en la que ha quedado Barcelona tras los últimos movimientos de las automovilísiticas y, por otro, la predilección por la ciudad del Turia. Stadler, que ocupa las fábricas de la antigua Meinfesa/Macosa, tiene como objetivo convertir la ciudad en un centro tecnológico ferroviario de referencia a nivel mundial, por lo que un contrato de este estilo sería un gran empujón. 

Los detalles del 'megacontrato'

El 'megacontrato' que Renfe sacó a licitación en abril de 2019 y que aún no se ha resuelto consta de dos lotes que podrían ser adjudicados a un mismo fabricante o a dos diferentes, opción que parece la más factible dados los volúmenes con los que se trabaja. El primero de ellos, conllevaría la fabricación de hasta 152 trenes, repartidos de la siguiente forma: el suministro de hasta 76 trenes de Cercanías gran capacidad -normalmente en dos pisos- autopropulsados de 100 metros y la posibilidad de que estos se complementen con otros 46 trenes de 120 metros y 50 convoyes más de 80 metros. 

Además de su fabricación, el contrato incluye el suministro de piezas equivalentes hasta de cuatro trenes, utillajes para mantenimiento de primer nivel para hasta cuatro talleres y de segundo nivel para hasta dos talleres más. Complementariamente, el adjudicatario se compromete a realizar el diferentes tipos de mantenimiento de los citados trenes por un periodo de quince años. Este primer lote supone un importe de hasta 1.710 millones de euros más impuestos. 

El segundo lote está compuesto por el suministro de hasta veinte trenes de Cercanías de gran capacidad autopropulsados de 100 metros y 24 trenes de 200 metros. Al adjudicatario se le exige la posibilidad de aumentar estas cifras en hasta siete trenes trenes de 120 metros, hasta diez trenes de 240 metros y 20 convoyes más de 160 metros. Tal y como ocurre en la primera parte de esta licitación, la fabricación del material rodante va acompañada del suministro de diversas piezas y el mantenimiento por hasta quince años.

Esta segunda parte del contrato tendría un importe de 1.015 millones de euros más IVA. Más allá de las cuestiones técnicas, los nuevos trenes que llegarán a las Cercanías de Madrid y Barcelona deberán contar con conexión wifi, y la posibilidad de atender a personas con movilidad reducida. Para poder acceder a las licitaciones, las empresas tenían que acreditar una determinada solvencia económica -una facturación mínima de 100 millones de euros en los últimos ejercicios-, haber fabricado con anterioridad material rodante de características similares al que ahora se licita y haber realizado su mantenimiento. 

Renfe busca así 'rejuvenecer' las líneas de OSP -obligado servicio público- para las que cuenta con el apoyo financiero del Estado gracias al contrato programa de 10.000 millones de euros. Pese a que aún quedan varias semanas para conocer de forma oficial al adjudicatario o adjudicatarios de estos jugosos lotes, la pugna por conseguir el 'megacontrato' público que sustentará el sector en los próximos años va llegando a su fin tras más de 17 meses y una pandemia de por medio. 

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