Contrato en ciernes de 24 millones

Repsol convoca a las Big Four para rotar de auditor en plena transición renovable

La mayor petrolera española tiene previsto relevar a la consultora PwC en el control de sus cuentas a partir de 2023, aunque la ley le permitiría extender su relación con esta firma hasta 2028.

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, camino junto al consejero delegado de la compañía, Josu Jon Imaz
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, camino junto al consejero delegado de la compañía, Josu Jon Imaz
Repsol

Repsol vuelve a agitar el tablero de la auditoría en el Ibex 35. Las primera petrolera española ha convocado a todas las Big Four para que preparen sus ofertas por el control de las cuentas del grupo a partir de 2023, según fuentes financieras consuladas por La Información. La iniciativa de la compañía que dirige Josu Jon Imaz supone adelantar cinco años una rotación que, por ley, podría haber dejado para el año 2028, cuando el grupo estaría obligado a romper su relación con Price Waterhouse Cooper (PwC), actual auditor de la entidad. 

Repsol puso a PwC en la supervisión de sus números en 2018, después de que la energética dejara atrás 28 años de relación con Deloitte, en el contexto de la entrada en vigor de la reforma de la Ley de Auditoría de Cuentas. Este ajuste normativo obligó a las entidades de interés público a cambiar de auditor cada diez años. 

Por ley, aquellas compañías que llevaban más de veinte años manteniendo el mismo supervisor de sus estados financieros pudieron posponer la rotación hasta 2020. Repsol formaba parte de este grupo, dado que acumulaba dieciséis años de relación con Deloitte y otros doce con Arthur Andersen, firma que se integró en la primera en 2002. La petrolera optó por adelantarse a la imposición y PwC auditó las cuentas de Repsol de 2018.

Ahora, la compañía que preside Antonio Brufau vuelve a adelantarse para sorpresa del mercado, donde se daba por hecho que el grupo energético mantendría su relación con PwC hasta agotar el margen de diez años que concede la ley. La llegada de las cartas de invitación ha abierto el apetito de las otras tres grandes firmas del sector -EY, KPMG y Deloitte-, dado que la auditoría de Repsol es una de las referencias más apreciadas del índice selectivo español para las firmas de servicios profesionales.

La convocatoria de Repsol ha pillado por sorpresa al mercado, donde se daba por hecho que el grupo agotaría con PwC los 10 años de margen que permite la ley

El grupo energético también ha invitado a PwC a participar en el proceso, pues, según ha indicado Repsol en conversaciones con La Información, la idea del grupo no es necesariamente cambiar de auditor, sino valorar las nuevas ofertas que las Big Four puedan poner sobre la mesa de la compañía. La convocatoria se limita a estas cuatro firmas, que exhibirán músculo ante Repsol antes de la próxima Junta General de Accionistas, cuando el grupo prevé tomar una decisión al respecto previa propuesta de la Comisión de Auditoría de la compañía.

El eventual ganador del control de las cuentas de Repsol se embolsará alrededor de 7,7 millones de euros al año por estos trabajos, incluida la revisión de los estados financieros de Repsol y el resto de sociedades controladas por la petrolera, así como por el desempeño de otras tareas asociadas a este trabajo. Tales son los honorarios con los que la empresa retribuyó a PwC al cierre de 2020. La idea de Repsol es que el futuro auditor comience a revisar sus cuentas de 2023 y que el contrato se prorrogue, de primeras, durante los tres años siguientes, por lo que el monto total del contrato superaría los 23 millones de euros.

El eventual relevo en el control de las cuentas de Repsol tendrá lugar en un momento clave para la compañía, con su plan estratégico 2021-2025 ya en marcha, después de que la energética haya disparado su apetito renovable en su carrera por el mercado verde contra otros gigantes del sector. A principios de octubre, el grupo que capitanea Imaz elevó a 20.000 megavatios sus objetivos de renovables para el 2030, un 60% más que el hito que se había fijado en la hoja de ruta que presentó al mercado en noviembre de 2020. Esta ambición renovada conlleva un ingreso 'extra' de unos 1.000 millones para la compañía en el citado periodo.

 

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