Un impacto negativo de 35 millones

El beneficio de ACS se hunde más de un 40% lastrado por el desplome de Abertis

La constructora española ganó 574 millones de euros al cierre del pasado ejercicio, impactada por la caída de 280 millones de la aportación de su filial de autopistas respecto a 2019

Florentino Pérez junta ACS bolo
El beneficio de ACS cae más de un 40%, lastrado por el desplome de Abertis
José González

ACS recortó su beneficio más de un 40% en 2020, lastrada por el desplome de la aportación de Abertis -controlada en un 49,9% por la compañía que preside Florentino Pérez-, que pasó de sumar 245 millones en 2019 a restar 35 el pasado ejercicio, una diferencia de 280 millones motivada por las restricciones de movilidad a causa de la pandemia. La constructora española ganó 574 millones de euros al cierre del último año y  su cifra de negocio descendió un 10,5% hasta 34.937 millones.

La crisis sanitaria ha golpeado a la compañía, que cerró el pasado ejercicio con un resultado bruto de explotación (ebitda) de 2.3976 millones de euros, un 21% menos que el año anterior. Si se deja al margen el impacto negativo de Abertis, el beneficio neto ordinario de ACS se ha recortado un 11%, algo que la constructora achaca a la partida negativa de 28 millones vinculada a la venta de Thiess, minera australiana participada de forma indirecta por ACS  en casi un 40%.

En detalle, los ingresos de Abertis cayeron a los 4.000 millones de euros, un 18% menos que en 2019, debido a una rebaja promedio del tráfico del 21% a causa de la pandemia. El ebitda de la concesionaria se recortó un 23%, hasta los 2.630 millones, y el beneficio neto de la filial de ACS se hundió un 66%, hasta 365 millones. Por su parte, Abertis se hizo con dos nuevos activos fuera de las fronteras nacionales. Se trata de dos 'jugosas' concesiones en EEUU y México, con los que la firma espera aplacar el impacto de la reversión al Estado de las principales autopistas de peaje que la empresa opera en España a través de Acesa. 

Además, las cuentas anuales de la compañía recogen que la deuda del grupo creció a 1.820 millones el año pasado, frente a los 54 millones de 2019, un cambio que estuvo aupado por las inversiones en proyectos de renovables e inversiones financieras del grupo español. En esta línea, la constructora elevó durante dicho ejercicio su posición, tanto en Hochtief, como en Cimic, con la inversión de 443 millones.

El negocio de servicios, que ACS opera a través de su filial Clece, también sufrió el impacto de la pandemia, debido, principalmente, al parón de la actividad económica que acarrearon los meses de confinamiento estricto. . En consecuencia, el impacto negativo en el ebitda de Clece fue de 33 millones de euros y de 21 millones para su beneficio neto. Tampoco el negocio de Construcción y Servicios Industriales se salvó del azote de la crisis sanitaria, sin embargo, estas actividades también sufrieron caídas en la producción y en los resultados operativos que rondaron el 10%. Así, la actividad de Construcción obtuvo un beneficio neto ordinario de 322 millones.

Las medidas sanitarias que trajo consigo la Covid-19, implantadas desde mitad del mes de marzo, calaron en la mayoría de los países en los que está persente ACS, lo que amplió la onda expansiva de los recortes. Al cierre de 2020, el reparto de los ingresos que generó el grupo español en todo el mundo -de los que España supone un 14%- se dividió en un 52% para en América del Norte, un 21% en Europa, un 15% en Australia, un 5% en Asia, un 6% en América del Sur y el 1% restante en África.

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