Uno de los grandes nombres de la VTC

Riberas y Castellanos se reparten trece millones tras el rescate de Moove Cars 

Mirtosan Spain, que controla el 21% del gigante de las VTC tras vender un 9% a la americana, lo reparte como devolución de la prima de emisión tras recibir el repago de préstamos ofrecidos a la gestora de flotas.

Castellanos Moove Cars
Moove Cars fue rescatada por Uber en el mes de febrero tras el duro impacto de la pandemia.
EFE

Son dos de los nombres más ilustres en el accionariado de Moove Cars, el gigante de la VTC que fue rescatado por Uber a principios de este año ante los problemas derivados de la pandemia del coronavirus. Jaime Castellanos y Juan María Riberas irrumpieron hace más de tres años en la gestora. Tras el balón de oxígeno del gigante estadounidense, los empresarios se han repartido casi 13 millones de euros. Lo hacen después de que la refinanciación de la deuda del grupo, gracias a la financiación aportada por la plataforma, les haya permitido recibir el repago de los casi 28 millones de euros prestados al grupo en forma de deuda a largo plazo.

A finales del pasado mes de febrero, Moove Cars recibió el oxígeno que necesitaba. El frenazo de la actividad de transporte por la Covid-19 llevó a la banca a importantes reticencias para refinanciar su deuda después de meses de negociación. Esto llevó a Uber a mover ficha: hasta 190 millones de dólares (5 iniciales y otros 185 en base a objetivos) por el 30% de la empresa, junto con una línea de crédito de hasta 230 millones para refinanciar toda su deuda. De esta forma, la cotizada americana se aseguraba ocho años de provisión de vehículos en un mercado como el español, con una fuerte limitación regulatoria del número de licencias VTC.

Mirtosan Spain, la sociedad que comparten Riberas (Gestamp) y Castellanos -grandes fortunas económicas en España-, vendió el 9% de las participaciones que mantiene en Garment Investment, cabecera que engloba todas las VTC de Moove. El resto hasta el 30% lo entregó el 'hedge fund' británico King Street Capital, que ostentaba el otro 70% de los títulos. En el precio de venta, como ya adelantó La Información, se incluyeron "contraprestaciones contingentes" en función del cumplimiento de una serie de hitos, relacionados "con los rendimientos económicos de Moove Cars y del estatus de las licencias VTC", tal y como queda reflejado en la memoria anual de 2020 recién presentada en el Registro Mercantil.

Justo después de esa transacción con Uber, la sociedad de ambos acordó en una junta general de accionistas celebrada el pasado mes de marzo repartir un total de 12,9 millones de euros en una suerte de dividendo en forma de devolución de la prima de emisión. Se trata de la mitad de la prima de las acciones acumulada después de las diferentes ampliaciones de capital. Y lo hacían gracias a que se había producido una reducción importante de la deuda de la sociedad tras la refinanciación ejecutada por la estadounidense.

En concreto, Mirtosan recibió de manos de Uber el repago de la totalidad de los préstamos que se formalizaron a una de las sociedades del entramado que construyeron para la gestión del grupo de VTC, Siargao Directorship, y que hace las veces de 'financiador'. En concreto, cancelaron casi 30 millones de euros de diferentes transacciones, tanto a largo como a corto plazo. Esto abría la puerta precisamente a reducir ese patrimonio neto a través del dividendo distribuido entre los socios.

Un sector golpeado

La situación económica de Moove Cars era especialmente delicada, pero no hay números aún oficiales. El grupo no ha presentado cuentas y desde la cabecera del grupo con sede en Luxemburgo no se ofrecen más datos. Riberas, Castellanos y otros empresarios de renombre vinculados a Torreal -el holding de Juan Abelló- se sumaron a finales del año 2017 a la oleada de inversiones en el sector de la VTC con la promesa de una fuerte rentabilidad por cada uno de los permisos, muchos de ellos solicitados -y autorizados- a través de procesos judiciales. Sin embargo, el estallido de la pandemia ha trastocado todos los planes.

El oxígeno para salir de ese atolladero llegó de Uber, que se estaba jugando el acceso a más de 4.000 licencias VTC en toda España y un acuerdo de exclusividad clave para su operativa en el país. La compañía hizo toda una excepción en su estrategia, entrando en el accionariado, aunque manteniendo una posición minoritaria. Esta operación llegaba después de que Cabify hiciera lo propio con la compra del 60% de Vector Ronda Teleport a Rosauro Varo para controlar unas 2.000 licencias y financiara con más de 30 millones de euros la compra de licencias VTC por el otro gran gestor de licencias, Auro New Transport, liderado por el exjefe del taxi, José Antonio Parrondo. Los dos grandes grupos necesitan ese suministro. Y máxime en un entorno competitivo en el que habrá más rivales.

Además de Free Now, que opera en el sector del taxi -al que aterrizaron tanto Uber y Cabify hace un tiempo-, ambos deberán verse las caras en España con Bolt, la empresa estonia que ha puesto en marcha una flota de varios cientos de VTC en Madrid y que tiene ambición de ganar posición a base de reducir de manera importante las comisiones a los conductores. A esto hay que sumar otros rivales que también han aterrizado en los principales mercados europeos, como es el caso del gigante chino DiDi, que también 'revolotea'.

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