Un año de su lanzamiento

Sólo el 20% del patrimonio en fondos se une al Código para Inversores de la CNMV

Un 'proxy advisor' y seis gestoras se han adherido a esta guía de Buenas Prácticas, que pretende reforzar la influencia de los accionistas en las empresas en la que toman posiciones y su política de voto en las juntas. 

El presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura
El presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura
Europa Press

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) alumbró hace justo un año el nuevo código de buenas prácticas para inversores institucionales, gestores de activos y asesores de voto. El organismo liderado por Rodrigo Buenaventura busca con este 'stewardship code' español promover una mayor implicación (influencia) de los accionistas en las sociedades en las que invierten y fomentar una mayor proactividad en el voto de las juntas. Sin embargo, pasados doce meses desde su puesta en marcha, apenas hay adheridas siete compañías a esta iniciativa de carácter voluntario. 

Además del 'proxy advisor' Corporance, que participó en su elaboración, también se han apuntado Santander AM, Santander Pensiones, Fonditel Pensiones, Caser Pensiones, Gestión de Previsión y Pensiones (BBVA) y CaixaBank AM, que ha sido la última en hacerlo, según consta en la página web del supervisor. Estas seis firmas gestionan algo más de 160.000 millones de activos en conjunto, el equivalente a algo más del 21% del total. Esto supone que sólo una quinta parte del patrimonio bajo gestión en España se ha sumado hasta la fecha.

Así, por el momento, sólo hay dos gestoras de fondos inscritas. Una de ellas es Santander AM, que concentra un volumen de activos de 53.391 millones, y CaixaBank AM, la líder en el segmento de los fondos españoles, con más de 82.241 millones al cierre de 2023, según datos de la patronal Inverco. Las otras tres desempeñan su actividad en el área de pensiones y su adhesión se asocia a la licitación para gestionar el Fondo de Pensiones de Empleo de Promoción Pública (FPEPP), ya que recibían puntos en la adjudicación. 

Pese a ello, los expertos confían en que el número de miembros aumente de aquí en adelante. El objetivo de esta guía pasa por reforzar el marco legal que obliga a las gestoras de activos a determinar su voto en las juntas de accionistas, así como a explicar detalladamente las políticas que seguirán. No obstante, uno de los requisitos más controvertidos es que una vez que decidan dar el paso, deben cumplir todos los principios recogidos en el documento, que contempla estrategias vinculadas al auge de los criterios ESG. 

Para adoptarlos cuentan con un periodo transitorio que se extiende hasta 2026 en el cual deben presentar un calendario anual concreto de adaptación para alcanzar dichas metas y el grado de avance en cada una de ellas. Precisamente, es esta cláusula la que explica la 'baja' participación registrada hasta el momento, según los expertos. El Código está dirigido principalmente a gestoras de activos como empresas de seguros o fondos de pensiones de empleo, aunque también a asesores de voto, y consta de siete principios. 

Uno de los más relevantes es el 'principio 6',  en el que se hace referencia a la gestión de los conflictos de intereses y, por tanto, es necesario aplicarlo desde su incorporación por ser consustancial con la operativa de cualquier gestor o inversor. Asimismo, en el documento también se abordan otras cuestiones como la necesidad de contar con una inversión a largo plazo para incrementar su valor, tener un conocimiento exhaustivo de las sociedades en las que abren posiciones y realizar un seguimiento habitual tanto de sus estrategias como de los objetivos de rentabilidad. Otro de los 'puntos calientes' está no sólo en revelar la orientación del voto, sino detallar su postura al respecto y ponerla a disposición del público en su página web.

"Lo anterior podría evitar la necesidad, en determinadas ocasiones y asuntos concretos, de emitir instrucciones específicas ad hoc, en la medida que estén contemplados por la política, y se indique además en esta cuál debe ser en tales ocasiones el sentido del voto", destacan en el informe, que está disponible en la CNMV. Cabe destacar que cada vez es más gestoras han comenzado a adquirir un papel más activo en lo relacionado con la orientación del voto, tendencia especialmente notable en inversores de perfil internacional. En la práctica, se espera que el diseño de estas políticas contribuyan a ejercer presión en ámbitos como el cambio climático o la gobernanza en aras de lograr una gestión empresarial "más eficiente". 

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