Talgo toma velocidad de crucero y se acerca a los 300 kilómetros por hora. La constructora ferroviaria cerró su tercer trimestre fiscal del año con una subida del 33,5% en los ingresos, que crecieron de 352,2 a 470,3 millones de euros desde el pasado septiembre hasta el actual. Esta mejora, junto a un importante incremento de los márgenes, que crecen 2,1 puntos hasta el 13%, tiene su reflejo en un Ebitda que aumenta un 68% respecto al mismo período del año anterior y pasa de 38,5 a 64,5 millones.
La compañía achaca estos buenos números al aumento de la actividad de fabricación durante un tercer trimestre muy activo para Talgo, en el que firmó la extensión de importantes contratos para suministrar flota a los ferrocarriles estatales de Alemania (Deutsche Bahn) y Dinamarca (DSB). Es precisamente el contrato alemán el que explica la subida de los márgenes, tras concretar un ingreso de 160 millones de euros adicionales por indexar este pedido a la inflación.
La firma dirigida por Gonzalo Urquijo hace también mención a los ingresos recurrentes y estables de la actividad de mantenimiento y los avances con el pedido de fabricación de locomotoras y remodelación de trenes para Renfe, que han contribuido al crecimiento de estos ingresos. Talgo tiene en marcha la construcción de la serie 107 de Renfe, que tiene su origen en antiguas ramas de Trenhotel que serán transformadas a alta velocidad, y que se complementarán con la entrega de los Avril de la serie 106 que debería tener en su poder la operadora española antes de fin de año.
Cartera de pedidos en máximos históricos
La reciente homologación del Avril y el acuerdo sellado con Deutsche Bahn para el suministro de nuevas unidades del modelo ICE L están disparando el interés de las operadoras por contar con la tecnología de Talgo. En los nueve primeros meses del año logró adjudicaciones por valor de 1.900 millones de euros, lo que ha elevado la cartera de pedidos hasta los 4.200 millones, récord en su larga historia.
Casi la mitad de esta cartera, un 46%, está en manos del área de mantenimiento, de la que la compañía destaca su potencial para generar ingresos recurrentes y caja a largo plazo, así como crecimientos futuros de la mano de las nuevas flotas que entren en operación. Prueba de ello es la extensión del contrato de mantenimiento sellada con Renfe para sus trenes de la serie 130 y 730. Siguen sin firmar, en cambio, el contrato con el operador egipcio ENR, con el que selló un preacuerdo para fabricar 7 trenes nocturnos por 280 millones de euros.
Este empuje ha invitado a la cúpula directiva a redefinir al alza sus previsiones para el cierre del actual año 2023. Sin entrar en detalles, han previsto una mejora de ingresos, márgenes operativos y grado de ejecución de la cartera actual, que se situará en el 45% a fin de año frente al 40% inicialmente previsto. También mejora su estimación de Ebitda ajustado, que eleva un punto hasta el 13% dado el incremento de la rentabilidad.
