Folleto a la CNMV

Unicaja se cura en salud y advierte de eventuales pasivos ocultos en Liberbank

El nuevo grupo no descarta tener que enfrentarse a contingencias inesperadas de la entidad absorbida que hagan aflorar costes adicionales debido a las limitaciones de la 'due diligence'.

Manuel Azuaga, presidente de Unicaja Banco, y Manuel Menéndez, consejero delegado.
Manuel Azuaga, presidente de Unicaja Banco, y Manuel Menéndez, consejero delegado.
EP / Archivo / L. I.

Unicaja Banco prefiere ser claro con los inversores. La entidad admite que el balance de Liberbank que le ha sido transferido por sucesión universal tras la fusión podría ocultar pasivos u otros elementos problemáticos que hasta ahora no han podido ser detectados debido a las propias limitaciones de la 'due diligence' realizada previamente a poner en marcha la operación de consolidación. Habla así de contingencias derivadas de actuaciones pasadas de la entidad asturiana que el grupo andaluz desconoce o no ha podido identificar y anticipar. 

El banco que capitanean Manual Azuaga y Manuel Menéndez ha registrado un nuevo folleto en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) como consecuencia de la emisión de 500 millones de euros, adelantada por este medio, y en el que pone de manifiesto que estos potenciales problemas encubiertos podrían dar lugar al afloramiento de costes adicionales no esperados. Unicaja incluso contabiliza el impacto sobre su situación financiera que por el momento ha tenido el acuerdo de fusión: cerca de 1.180 millones de euros. 

Primero fue la decisión de aplicar un saneamiento en Liberbank cuando tomó su control por importe de 994 millones de euros. A este ajuste contable se le suman otros 17 millones de euros en gastos de adquisición, 22 millones de euros por restructuración de la red de oficinas y de los sistemas tecnológicos, así como 143,2 millones de euros en provisiones constituidas para anticipar el gasto de prejubilar a 730 empleados de la absorbida previo a la fusión. Ahora, Unicaja no descarta que en el futuro alumbren nuevos impactos que no hayan sido contemplados. 

Saneamientos, gastos de adquisición y reestructuración y provisiones que suman ajustes contables de 1.180 millones

Esta aclaración se introduce en el documento sobre factores de riesgo a los que está expuesto el grupo después de tropezar con varias 'piedras' en el camino de su fusión. Desde el primer intento de integración en 2018 quedaron marcadas las importantes desavenencias existentes entre ambos equipos, sobre todo al más alto nivel de gobernanza. En la segunda vuelta lograron llegar a un acuerdo, pero justo en la recta final y semanas antes de recibir todas las autorizaciones necesarias y de definir los poderes del nuevo consejo de administración salió a la luz las conclusiones de una inspección rutinaria que el Banco Central Europeo (BCE) hizo sobre Liberbank y que activó las alarmas de la desconfianza en la andaluza. 

El organismo supervisor europeo habría emitido un informe relativo a las inspecciones in situ y de modelos internos que lleva a cabo de forma habitual entre las entidades en el que se detallaban algunas deficiencias de Liberbank. Poco después se abrió otro frente con la CNMV. La autoridad presidida por Rodrigo Buenaventura obligó al banco absorbido a corregir las cuentas correspondientes al ejercicio 2020 resultado de una mala anotación de comisiones de Caser, restando del beneficio 25,2 millones de euros netos. Esto provocó inmediatamente que las ganancias reportadas el año pasado por importe de 41 millones de euros cayeran a apenas 15,7 millones de euros, un 61,7% menos de lo que presentó.

Unicaja también recuerda que la propia integración puede resultar de una enorme complejidad y dar lugar a dificultades que se escapan de su control. Los costes, los beneficios esperados o incluso las sinergias calculadas, que por ahora ascienden a 290 millones de euros en 2023, podrían no estar en línea con las expectativas. Pero a los problemas operativos y técnicos se le añaden otros más difíciles de dominar y solventar. El nuevo grupo se plantea la posibilidad de que se produzca una incompatibilidad cultural en el 'matrimonio' o la aparición de conflictos relativos a las políticas comerciales, la prestación de los servicios u otras decisiones de negocio.

Todas estas dificultades podrían afectar de manera material y adversa al grupo, tanto a su reputación, como a su situación financiera y hasta a la capacidad de Unicaja de mantener relaciones con algún cliente o socio tras la fusión, dando lugar a indemnizaciones, costes y otros gastos imprevistos. Igualmente reconoce que es un riesgo que el consejo de administración esté poniendo todos sus esfuerzos en cualquier cuestión relacionada con la integración con Liberbank y olvidando un poco la deriva del negocio ordinario, especialmente teniendo en cuenta la delicada situación económica en España.

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