Bruselas propone extender por un año la autorización de uso del glifosato en la UE

La Comisión Europea propuso este miércoles extender la autorización del glifosato, una sustancia herbicida que despierta oposición de algunos Estados miembros, por un periodo de entre 12 y 18 meses.

La Unión Europea (UE) debe decidir si renueva esa autorización que expira el 30 de junio.

El comité de expertos que debe decidir del futuro del glifosato, ampliamente utilizado por la industria agrícola, compuesto por representantes de los 28 países de la UE, volverá a reunirse el 6 se junio, en un tercer intento por definir el futuro de la sustancia.

Ante el bloqueo, la Comisión rebajó en la última reunión de 15 a 9 años el periodo de autorización. Pero aún así no se dibujó entre los Estados miembros una mayoría cualificada para aprobar la decisión.

Para desbloquear la situación el comisario europeo de Salud, Vytenis Andriukaitis, anunció este miércoles que la propuesta será la de extender "por 12 a 18 meses" la actual autorización a la espera de una opinión de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA).

"Los Estados miembros no necesitan esconderse detrás de una decisión de la Comisión", lanzó el comisario Andriukaitis que recordó que aunque el glifosato sea autorizado en la UE los Estados miembros pueden restringir su uso en su territorio nacional.

El lobby que agrupa a la industria agroquímica presente en Europa, el Glyphosate Task Force, lamentó en un comunicado que los Estados miembros no hayan aún alcanzado un consenso y estimó que extender temporalmente la autorización a la espera de la opinión de la ECHA "sienta un precedente que es desproporcionado".

El principal sindicato de la industria agrícola, Copa-Cogeca, llamó nuevamente a renovar la autorización "ante la ausencia de una alternativa".

La Comisión anunció además que preparaba una segunda propuesta para "minimizar" el uso del glifosato en los jardines, parques y espacios públicos así como en los campos antes de las cosechas.

"Es lo mínimo: restricciones estrictas para limitar la exposición humana", dijo Franziska Achterberg, de la ONG Greenpeace, en un comunicado.

El futuro del glifosato interesa en el más alto nivel a Estados Unidos en donde estiman que la UE está basando su decisión sobre consideraciones políticas y no científicas, lo que afectaría las negociaciones comerciales en curso para un tratado de libre comercio.

Los estudios sobre las consecuencias del glifosato difieren. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) juzgó como "improbable" que el glifosato fuera cancerígeno.

Una opinión aplaudida por la industria agroquímica, pero en contradicción con la emitida antes por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por su siglas en inglés), de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que calificó al glifosato, presente entre otros en el Roundup de Monsanto, uno de los herbicidas más vendidos en el mundo, de cancerígeno "probable para el hombre".

Un reciente estudio conjunto de la OMS y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), estima por su parte como "poco probable" que el glifosato sea cancerígeno "en los humanos expuestos a través de la alimentación".

El glifosato está presente en los herbicidas fabricados, entre otros, por Monsanto, Syngenta, BASF, Bayer, DuPont o Dow Agrosciences.

El uso de herbicidas que contienen glifosato se generalizó rápidamente desde que salió al mercado en la década de 1970. Con el desarrollo de cultivos transgénicos resistentes a esa sustancia, como la soja RR (Roundup Ready) de Monsanto, su uso se generalizó aún más.

pa/jz

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