Dia, la compañía de supermercados de alimentación, anunció el pasado viernes que el magnate ruso Mikhail Fridman había adquirido un 3% de su capital. La operación, de algo más de 97 millones de euros y que culminará ampliando su participación hasta el 10%, se produjo solo días después de que el presidente del fondo de inversión Letterone consiguiera esquivar su imputación en el caso abierto en la Audiencia Nacional por el saqueo de la multinacional tecnológica Zed. Uno de sus socios figura entre los principales implicados en este caso que investiga el juez Manuel García Castellón.
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La investigación, iniciada por Anticorrupción tras la denuncia del presidente de Zed, Javier Pérez Dolset, ahora también imputado en el caso, apuntaba muy directamente al multimillonario. Los informes de la UDEF le señalaban directamente por haber participado supuestamente en las maniobras que provocaron el hundimiento de la teleco. Pero, finalmente, la fiscalía solo se querelló contra uno de sus socios, Vage Engibaryan, y dejó fuera a Fridman, al considerar que no existen pruebas de que estuviera al tanto de los manejos de su aliado.
Faltan pruebas de su conexión con los hechos, pero, según se desprende de la querella de Anticorrupción, Fridman estuvo sólo a un escalón de figurar en ella. Engibaryan, el principal imputado ruso en la trama, y Fridman son socios en Vimpelcom, el sexto operador mundial de telefonía móvil del que Fridman es el principal accionista. Vimpelcom forma parte de Alfa Group, el conglomerado empresarial del multimillonario ruso dueño de Letterone y, desde el viernes, de un 3% de Dia.
En caso de haberse producido, la imputación de Fridman hubiera supuesto un fuerte varapalo para él en vísperas de su entrada en la multinacional española de la alimentación. En Zed, según Anticorrupción, entró a través de su socio Engibaryan. Esa fiscalía da además al magnate una posición de dominio en la compañía fundada por los Pérez Dolset ya que, además de formar parte de su accionariado, era uno de sus principales acreedores gracias al préstamo que concedió a la firma uno de sus bancos, Alfa-Bank.
Como ocurrió el pasado viernes en Dia - cuyas acciones, tras la entrada de Letterone, se dispararon un 14%- la llegada de los socios de Fridman a Zed a finales de 2008 supuso un crecimiento espectacular para esta última compañía. Hasta que en 2013, los socios rusos de Pérez Dolset, decidieron supuestamente sumirla en el caos provocando su caída, según Anticorrupción.
Esa fiscalía señala al socio de Fridman como uno de los cerebros de lo que en ruso se denomina reiderstvo, el asalto o ataque con el objetivo de absorber ilegalmente Zed. “La finalidad última de este método criminal no sería únicamente apoderarse de forma ilícita de una parte de las ganancias de la compañía, sino que pretende el control sobre la totalidad de la misma”, según la querella.
Para ello, los socios rusos de Pérez Dolset -Engibaryan entre ellos- no habrían dudado en utilizar tácticas como el fraude, la obstrucción a la justicia, coacciones y amenazas derivadas de resoluciones judiciales y de gestión de la propia empresa, control de las decisiones de consejos y juntas de dirección, restricción de fondos al resto de socios o congelación de las actividades rentables de la empresa. El fin último habría sido conducir a Zed a la quiebra para hacerse con ella a precio de saldo.
Entre esas maniobras se encontraría, según la fiscalía, el ahogo financiero de la multinacional española. Lo habría provocado Vimpelcom -el grupo de Fridman y Engibaryan- mediante la rescisión de sus contratos con Zed. El gigante de telefonía era su principal cliente por la compra de contenidos digitales. El cese de la relación se produjo sin que conste ningún incumplimiento por parte de Zed, según Anticorrupción. Fue así como los socios rusos de Pérez Dolset participaron en la ruina de la compañía.
Fuentes de la investigación no descartan que, con el curso de las investigaciones, que dirige el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, Fridman pueda ser imputado en un futuro. Pero mientras siguen las pesquisas, el magnate ruso, la segunda fortuna de ese país, ha entrado en otra multinacional española, Dia. Y su llegada ha sido muy bien valorada por los mercados.
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