Cuenta con el apoyo de Exteriores

Calviño destierra 'in extremis' a Valerio y configura un núcleo económico de afines

  • Nadie esperaba el cambio de José Luis Escriva por la exministra de Trabajo, una de las socialistas más cercanas a Sánchez en los últimos años.
Fotografía de Nadia Calviño y Magdalena Valerio / EFE
Fotografía de Nadia Calviño y Magdalena Valerio / EFE

La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, ha sido una de las grandes damnificadas en la composición del nuevo Gobierno, toda vez que el que era su ministerio ha quedado dividido en dos: una parte para la cuota de Podemos en el nuevo Ejecutivo, en manos de Yolanda Díaz; y otro apartado encargado de la Seguridad Social y el futuro de las pensiones, en el que la irrupción de José Luis Escrivá, procedente de la Autoridad Fiscal (Airef), ha sorprendido a todo el mundo. "Era un nombre que no estaba sobre la mesa hasta ayer mismo", señalaban varias fuentes cercanas a la negociación este viernes.

Desde el ámbito más cercano al área económica del Gobierno entienden que la exministra de Trabajo "ha sufrido" la reordenación que Nadia Calviño ha querido marcar en los ministerios que van a caer en su radio de acción como vicepresidenta económica, donde necesita 'peones' que no pongan demasiadas trabas a sus planteamientos liberales, sobre todo en lo que a la reforma del sistema de pensiones se refiere. Y en ese campo, es público que los postulados de Calviño para complementar el sistema de reparto con opciones como la 'mochila austriaca' u otros sistemas de capitalización similares no han sido nunca del gusto de la hasta ahora ministra de Trabajo.

En el entorno del Ministerio y de los agentes sociales se daba por hecho que esa parte de la Seguridad Social iba a caer en manos de Valerio, aunque solo sea porque ha sido la ministra socialista que más ha bregado con ese problema en la última década, muy de la mano de Pedro Sánchez y del partido, primero; y como miembro del Ejecutivo en el último año y medio, después. Valerio está considerada como una de las políticas más cercanas al presidente socialista, dada la fidelidad que siempre le ha demostrado en los peores momentos en los últimos años, que incluso le costaron enfrentarse a la parte del partido que entonces no se declaraba 'sanchista'. "Cuesta creer que Sánchez haya prescindido de alguien como Valerio", aseguraba el portavoz de un sindicato muy cercano al diálogo social, tras conocer la llegada de Escrivá.

Tras dejar a un lado a Valerio, la vicepresidenta Calviño ha logrado cerrar el círculo de toda el área económica del Gobierno con el expresidente de la Airef, para evitar un frente interno que pusiera en duda sus planteamientos sobre las pensiones, al que se añade el complemento de la nueva ministra de Exteriores, Arancha González Laya, conocida suya desde la etapa de Bruselas y vinculada a la economía. La nueva titular de Exteriores no es técnico comercial del Estado, pero se ha dedicado desde hace años a esa otra parte del comercio mundial que marcan organismos como la ONU o la OMC, menos centrados en las empresas y los sectores concretos y más en el comercio como ayuda al desarrollo de los países menos avanzados.

Con González Laya, la vicepresidenta económica pretende poner en marcha un plan de diplomacia económica exterior en el que la promoción internacional de las empresas y la economía del país sean parte importante de la acción de las embajadas y los diplomáticos, y no se quede todo en el área de las oficinas comerciales españolas en el exterior, controladas por los técnicos comerciales. Para poner en marcha esa iniciativa, Calviño contará además con el apoyo de la parte de Comercio y sus órganos de impulso a la internacionalización, que dependen del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, en el que repite esta legislatura Reyes Maroto.

Podemos con el paso cambiado

Fuentes cercanas a la negociación del nuevo Ejecutivo aseguran que Calviño ha estado muy cerca de Sánchez para poder cerrar ese círculo económico en torno al Gobierno y evitar en lo posible que se abran frentes entre las diferentes áreas. "Su poder es muy fuerte ahora -señalan-, una vez que ha salido Valerio y a pesar de que tenga una ministra de Trabajo procedente de Podemos". 

El 'veto' a Valerio también ha pillado con el pie cambiado a los de Pablo Iglesias. Desde que los 'morados' empezaran a filtrar los Ministerios que recaerían en Unidas Podemos en el Gobierno de coalición quedó claro que Yolanda Díaz pilotaría un departamento laboral despojado de la Seguridad Social. Esa siempre fue una línea roja de Sánchez: el PSOE, sí o sí, seguiría gestionando las pensiones públicas, política medular de los socialistas. Pero nunca entraron a las quinielas sobre quién ocuparía el nuevo Ministerio de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones.

Al menos, no se pronunciaron públicamente. Fuentes del partido que será socio minoritario del Ejecutivo comentan en privado que daban por hecho que la titular de la cartera de Seguridad Social sería Valerio. "No podía ser de otra manera", trasladan. No estaba acordado que el PSOE tuviera que informar a Unidas Podemos del reparto de sus ministerios, por lo tanto se enteraron al mismo tiempo que la opinión pública. Sin embargo, en sus 'porras' ganaba por goleada la hasta ahora titular de Trabajo y la irrupción de Escrivá les ha pillado, dicen, "por sorpresa".

Las fuentes consultadas aseguran que se trata de un movimiento "de última hora" y que "todo estuvo en el aire hasta el final". Revelan, además, que "ni el propio Gobierno lo tenía claro" y añaden que se trata de una decisión que ha dependido "exclusivamente de Moncloa". Ha sido el propio Sánchez el que, a petición de Calviño, ha tomado partido por Escrivá frente a Valerio, que finalmente se queda sin cartera. 

En Unidas Podemos el anuncio de la titularidad de la Seguridad Social no ha sentado del todo bien. No tanto por quien entra, sino por quien sale. Dicen que la futura ministra de Trabajo fue la primera sorprendida cuando saltó a la palestra el nombre de Escrivá. No esperaba un perfil tan técnico. Añaden, no obstante, que aunque no conocen al todavía presidente de la Airef, la predisposición para trabajar mano a mano con él es total y esperan los mejores resultados.

Díaz, sin embargo, prefería a Valerio. La abogada laboralista gallega, una de las personas de máxima confianza de Iglesias, ha mantenido una muy buena relación con su predecesora, en lo profesional y en lo personal. Junto con María Jesús Montero –la otra pata económica del Ejecutivo, en Hacienda– esperaba formar un dique de contención frente a los postulados liberales de Calviño en materia económica, laboral y de pensiones. Las discrepancias con la ministra de Economía no son pocas y salvarlas va a suponer uno de los grandes quebraderos de cabeza para Sánchez durante esta legislatura de convivencia obligada.

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