Polémica por la falta de medidas

La Covid-19, en los cuarteles: "Hay una gran incidencia... y se está ocultando"

Asociaciones de Militares se quejan ante el Ministerio de Defensa por "el descontrol, el desconcierto y la sospecha de la gran incidencia" de la Covid 19 en las Fuerzas Armadas y denuncian que se ocultan datos.

La última entrega de despachos en la Academia General Militar de Zaragoza se celebró a puerta cerrada.
La última entrega de despachos en la Academia General Militar de Zaragoza se celebró a puerta cerrada.
MINISTERIO DE DEFENSA.

España, noviembre de 2020. Noveno mes de la pandemia y en los cuarteles hay ruido de... Covid-19. "Por un lado nos hemos estado implicando en la lucha contra el virus, pero por otra parte tengo la sensación de que somos el principal foco de contagio". Quien así habla es un oficial del Ejército de Tierra destinado en "un cuartel de Colme" (en esta localidad, Colmenar Viejo de Madrid, se encuentran el Cuartel General de la FAMET o la Base Logística San Pedro), y no quiere dar muchas explicaciones, pero señala: "En los cuarteles hay descontrol, desconcierto y una gran incidencia de la Covid, que está siendo ocultada, con una gran opacidad, por parte del Ministerio de Defensa". Así lo denuncian a La Información dos de las principales asociaciones de militares que existen en España, la Aume (Asociación Unificada de Militares Españoles) y la Atme (Asociación de Tropa y Marinería Española).

El citado oficial destinado en Colmenar cuenta que "alguien tendría que mojarse y establecer unos criterios. Uno de los problemas de la sanidad militar es que en la mayoría de los cuarteles no tenemos médicos. Tenemos enfermeros, ATS... Y estos, lo primero que dicen es, ‘uf, yo no voy a decir nada, eso lo tiene que decir un médico’. Los jefes, lo mismo: ‘yo, ¿qué voy a decir? Yo no soy médico’. En Madrid, por ejemplo, que es el lugar que conozco, es imposible guardar las distancias en los vestuarios, ni se han establecido horarios ni nada parecido... ¿Qué distancia vas a guardar en unas maniobras, en una tienda de campaña para doce personas, en un carro de combate o en un helicóptero? Hay unidades en las que por las mañanas "te toman la temperatura, fantástico. Ahora bien, llega un soldado y da 37º, 36,8º... No sabe nadie qué hacer. ‘Bueno, tú que has dado 37º de temperatura, haz lo que tú quieras. Si quieres vete para casa, si no quédate en el cuartel... Es que no hay nada establecido. Parece que es, ‘vamos a tomar la temperatura porque queda bonito’. Es un desconcierto total".

Además, está el problema que tiene el Ejército con las aseguradoras privadas. Él mismo dio positivo, pero tuvo que hacerse la prueba por su cuenta y pagársela como tal. "Esto es una empresa privada y hay que mirar por el dinero", cuenta que le dijeron en una aseguradora. El médico de la misma, tras 10 días aislado sin síntomas, le quiso dar el alta sin hacerle una PCR de confirmación. "Casualmente esa tarde comenzaron los síntomas y me hice una PCR, que me la pagué de mi bolsillo, por precaución, porque nos íbamos de maniobras, y volví a dar positivo". 

"El principal problema es que nadie nos da directrices, y yo también soy un mando, de cómo actuar. Porque los militares somos muy mandados y si tenemos unas órdenes claras las cumplimos a rajatabla. En mi compañía, que no llega a 100 personas, ha habido seis positivos, y a veces nos hemos pasado de prudentes y hemos mandado a toda la compañía para casa, pero también hay hasta negacionistas. Mi jefe me ha llegado a reprochar que me hiciera una PCR y eso que di positivo", continúa explicando.

Lo cierto es que un día sí y otro también se conocen brotes positivos en las academias militares de Zaragoza, Toledo... El 10 de septiembre el propio ejército confirmó 22 positivos en las tres unidades de la Brilat en Pontevedra, Asturias y Valladolid; en la Academia Básica del Aire de León, con casi 20 positivos hace un par de semanas, o a mediados de octubre en el batallón Legazpi del Regimiento Tercio Viejo de Sicilia del cuartel de Loiola, San Sebastián (Gipuzkoa), donde hubo varios positivos y casi 100 personas aisladas tras una maniobras en Badajoz. 

"No se cumplieron los protocolos sanitarios", denunciaban entonces varios soldados. "Hacíamos la instrucción sin mascarilla, sin guardar la distancia, bebíamos varios de la misma botella y estas botellas se rellenaban de agua para ser reutilizadas el día siguiente...". Tanto AUME como ATME denuncian que "la Covid está descontrolada en los cuarteles, en una buena parte de ellos, porque no vamos a meter a todos en el mismo saco y hay algunas unidades en las que se están haciendo las cosas bien, pero en otras..." 

Las asociaciones también denuncian "la opacidad y el oscurantismo de Defensa a la hora de hacer públicos los datos de la incidencia del coronavirus en los cuarteles y en las Fuerzas Armadas". Pero, "por lo que vemos y por lo que nos cuentan y denuncian nuestros asociados, en algunos sitios hay una situación crítica y la Covid-19 campa a sus anchas por los cuarteles". "Si te dan algún dato en Defensa sobre la incidencia en el Ejército, que lo dudo, ten en cuenta que la realidad debe multiplicarla por 15 o por 20", confesaba a este periódico un asociado a la AUME.

En este sentido, La Información ha solicitado esta semana esos datos al Ministerio de Defensa y no se han facilitado todavía. Pero, según el portal LaPolíticaOnline, entre los 130.000 miembros de las FFAA, Defensa tendría contabilizados en la actualidad 1.117 casos positivos y poco más de 3.000 aislados por ser casos sospechosos no confirmados. Incluso, la senadora de Vox por Ceuta, Yolanda Melero, ha solicitado oficialmente a Defensa las cifras de la incidencia del SARS-CoV-2 en los cuarteles. "Mucho me temo que no las van a dar. Hay una opacidad total y sospechamos, por lo que nos cuentan nuestros asociados y vemos nosotros, que la incidencia es enorme en el ejército, con compañías enteras que han estado aisladas. Nosotros hemos hecho multitud de preguntas en este sentido y unas veces contestan, otras no...", explican desde la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), que preside Marco Antonio Gómez.

Desde esta asociación se denuncia que "en muchas unidades no se están siguiendo los protocolos. Se está aislando a la gente en sitios solos, abandonados, como apestados. Como pasó en Pamplona, donde a la gente que daba positivo la aislaban en sitios apartados y le llevaban el desayuno y la comida, un termómetro y un papel con un número de teléfono donde les decían que tenían que llamar ‘si se encontraban muy mal’".

ATME se queja igualmente del "material que nos proporcionan para protegernos". Muchas veces no hay ni geles desinfectantes y "te dan una mascarilla, solo una, para una guardia de 24 horas". Por ejemplo, en Melilla, "con unos niveles de infección enormes", se "sacan a la gente de las unidades, juntándolas en los campos de maniobras; con jornadas de reconocimiento, de instrucción continuada, sin llevar a cabo las medidas de seguridad requeridas. Aparte de que creemos que no es el momento adecuado para estar moviendo a personal cuando las unidades no pueden salir de su comunidad autónoma". 

Y en ATME ponen como ejemplo que el Regimiento de Infantería ‘América’ 66 de Cazadores de Montaña, con sede en Pamplona, "ha estado en San Gregorio (Zaragoza) haciendo unas maniobras, cuando Navarra estaba con unos niveles de contagio de los más elevados de España. ¿Cómo se puede mover personal en estas circunstancias?". Los ejemplos se suceden: "como, por ejemplo, hacer una formación de compañía de orden cerrado y poner a la gente a 50 centímetros unos de otros". Por eso, "hemos hecho muchas preguntas a Defensa, porque mucho protocolo, mucho papel... Y luego los jefes de las unidades hacen lo que les da la gana. Maniobras, formaciones...". 

Incluso, "ha habido unidades como en Valencia en las que se prohibía a los soldados ponerse la mascarilla. Nos llamó un soldado, un compañero, y nos dijo: ‘es que el Ejército no me está dando ninguna mascarilla y no me permiten ponerme ni mi propia mascarilla. O me dan una, que solo vale para cuatro horas, para toda una jornada de trabajo de ocho horas, como mínimo’".

Por todo ello, desde ATME se insiste: "Ha habido unidades en los que en el mismo centro de trabajo, en las guarnicionerías, los talleres, ha dado positivo algún soldado, como pasó en Jaca (Huesca), en un taller, y mandaron a una señora con un mocho y un cubo con agua y lejía, le dieron un fregado y venga, a trabajar todo el mundo. ‘Bueno, pero yo he estado en contacto con esa persona que ha dado positivo...’ ‘No pasa nada, a trabajar’, te contestan. ¿Esa es manera de desinfectar? ¿De seguir un protocolo? Todo esto lo hemos preguntado nosotros al Ministerio, pero no están dando las cifras reales de incidencia en las unidades", sentencian en ATME.

Desde AUME, cuyo secretario general es Iñaki Unibaso, se incide en que "nosotros no hemos recopilado en esta segunda ola tantos datos como en la primera, pero nos están llegando continuamente quejas de compañeros y compañeras, sobre las condiciones en las que están en los acuartelamientos, sobre cómo van a las maniobras, los casos que está habiendo en León, en Calatayud, en la Academia de Zaragoza... Nos preocupa la situación. En algunas academias ya se les ha mandado para casa... Unidades que se van de maniobras, cuando nos dicen que extrememos la higiene, y se van de maniobras como se va, con poco más de un depósito de agua para asearte de vez en cuando". Por ello, "preocupa la salud de los compañeros en las unidades"

Sandra, nombre ficticio, asegura: "Tenemos miedo a las represalias". Es cabo en un cuartel de Madrid en el que en agosto hubo un brote con varios positivos por coronavirus. "Aquello fue un desastre", cuenta, "los mandos nos obligaban a trabajar cuando estábamos esperando la prueba de la PCR porque éramos contactos estrechos. Incluso, no se hacían las pruebas PCR en la unidad y nos mandaban a centros privados, a pagar 140 euros por prueba". Es más, "a compañeros que tuvieron que pasar la cuarentena de 15 días en el cuartel porque eran positivos o contactos estrechos de positivos les cobraron incluso el desayuno, la comida y la cena de esos días. Indignante". Ahora "ha habido otro positivo en el cuartel y parece que se están haciendo las cosas mejor", reconoce. "Por lo menos nos dan una mascarilla y unos guantes, aunque sean para 24 horas. Hay compañeros y compañeras en otras unidades que no han visto una mascarilla desde que en marzo empezó esta pesadilla".

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