Una ofensiva en la frontera sin precedentes

Diario de una semana crítica: así puso Marruecos a España contra las cuerdas

Las señales de la avalancha que se avecinaba eran visibles desde hacía tiempo, pero el uso por parte de Rabat de la inmigración como arma nunca había alcanzado tal magnitud. El pulso no acaba aquí.

Ángel Martínez. Ceuta
Efectivos de las Fuerzas Armadas trasladan a un menor marroquí en la playa del Tarajal.
Ángel Martínez. Ceuta

"Me pregunto dónde están los servicios de inteligencia porque esto se veía venir". Un agente de las fuerzas de seguridad con décadas de experiencia en la frontera observa, resignado, a los grupos de menores marroquíes que caminan por el paseo marítimo hacia el paso fronterizo del Tarajal. Vuelven  voluntariamente a su país. Es miércoles, el punto de inflexión en una crisis en la que Ceuta vivió la mayor llegada de migrantes en un día de la historia de EspañaLa estrategia de Marruecos ('jugar' con la inmigración y con su población) no era nueva, pero nunca antes la había ejecutado a un nivel semejante. Rabat lanzó como munición humana a miles de personas que ignoraban que eran víctimas de una enorme operación de desinformación. El pulso no acaba aquí. Los focos apuntan ahora a Melilla.

Lunes: la ofensiva de Rabat en la frontera

Las señales de la avalancha que se avecinaba eran visibles desde hacía tiempo. El día en que Marruecos lanzó un agresivo comunicado contra España por haber acogido y tratado en un hospital al que consideran uno de sus principales terroristas, el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, el Gobierno minimizó el tema. La tensión fue creciendo, mientras en las principales capitales económicas marroquíes solo se hablaba de la traición española, tal y como informó este diario.

Sin embargo, cuando se inició la avalancha de migrantes por el espigón del Tarajal, no había más de 20 efectivos de las fuerzas de seguridad en el paso fronterizo. "Tras el refuerzo, unos 60", dice a La Información un agente ceutí de la guardia civil. Así, más de 5.000 migrantes de toda la región -de Castillejos, de Rincón, de Tetuán...- entraron sin ningún control por parte de Marruecos ni por parte española y los servicios de asistencia se desbordaron. 

En las naves del Tarajal permanecían unos 700 niños mientras sus padres intentaban localizarlos desde Marruecos

Martes: miedo e incertidumbre en Ceuta

Ceuta reaccionó el martes con una especie de confinamiento por la incertidumbre. La cifra de migrantes que habían entrado en la ciudad ascendía a más de 8.000 -los 'caballas' discutían en todas partes sobre la cifra, 10.000, 20.000...-. La avalancha migratoria casi paralizó la ciudad mientras los jóvenes marroquíes vagaban por la calle sin rumbo fijo ni objetivo concreto. Más de 2.000 menores habían entrado desde el lunes. En todo el Paseo del Revellín, la artería comercial, solo abrió una tienda, y la mayoría de los ceutíes no llevaron a sus hijos al colegio. A medianoche parecía una ciudad fantasma, salvo por los cientos de marroquíes que buscaban un lugar para dormir. Muchos eran niños

En el terreno diplomático, Rabat no cedía un milímetro. "En las relaciones entre los dos países) hay actos que tienen consecuencias, y se tienen que asumir", decía su embajadora, en referencia a la decisión del Gobierno de trasladar a España a Ghali mientras Pedro Sánchez evitaba responsabilizar a Marruecos -"un país socio y amigo"- de la situación y pedía cooperación para resolver la crisis.

Ángel Martínez. Ceuta
Dos menores marroquíes llegan a nado a la playa del Tarajal

Ángel Martínez. Ceuta

Miércoles: miles vuelven a casa voluntariamente

Tras varios intentos de entradas por el mar a primera hora de la mañana, las devoluciones 'en caliente' se convirtieron en la nota dominante y frenaron en seco la entrada de migrantes por el Tarajal. Mientras, cientos de menores marroquíes llegaban en pequeños grupos hasta la frontera para regresar a su país de forma voluntaria. Tras dos días deambulando por la ciudad buscando comida y un lugar para dormir, el 'engaño' del que habían sido víctimas se hacía cada vez más evidente. Los traslados a la Península que les habían 'prometido' nunca ocurrieron. También descubrieron los 'bulos', como que Cristiano Ronaldo jugaría un partido en Ceuta. No tenían dónde dormir, no encontraban comida salvo pidiendo en la calle o en un CETI desbordado. En las naves del Tarajal, junto a la frontera, permanecían unos 700 niños mientras sus padres intentaban desde Marruecos contactar con familiares o conocidos para que los localizaran.

Ángel Martínez
Un grupo de migrantes marroquíes en los muelles de Ceuta.

Ángel Martínez

En el centro de una ciudad que volvía poco a poco a la normalidad, Beni, el dueño de una cafetería que dejaba pagar a los migrantes en dirhams, resumía el sentir de muchos ceutíes: "Vienen a probar el sueño español, pero el sueño español no lo conocemos ni nosotros". Ceuta tiene el mayor porcentaje de paro de España (28,5%) y se encuentra en el puesto 16º de las comunidades autónomas según el PIB per cápita, un buen indicador del nivel de vida. 

El número total de devoluciones ascendía entonces a 4.800, según datos de Interior, que no diferenciaba entre expulsiones y retornos voluntarios.

Ángel Martínez. Ceuta
Dos menores marroquíes exhaustos tras llegar a nado a la playa del Tarajal.

Ángel Martínez. Ceuta

Jueves: las redadas se intensifican y Castillejos estalla

La tormenta se trasladó al otro lado de la frontera. La calma en la playa del Tarajal, llena de los restos de la avalancha, contrastaba con las protestas que habían estallado en Castillejos (Fnideq), donde la población se lanzó a las calles por el 'engaño' del que ha sido víctima. Las redes sociales se llenaron de mensajes de padres marroquíes en los que denunciaban que se habían llevado a sus hijos de los colegios en autobuses para trasladarlos a la frontera.   

Mientras, en Ceuta, las redadas se intensificaron. La madrugada del jueves supuso para los migrantes un punto de inflexión, después de que Interior pactase con Rabat la expulsión colectiva, un acuerdo que comenzó a ejecutarse esa misma noche. Fue entonces cuando se avivó la 'búsqueda y captura' y las expulsiones. Ante este nuevo capítulo en la crisis sin precedentes, los adultos marroquíes -cuya presencia en el centro de la ciudad ya era mucho menos perceptible que la de los menores- intentaron esconderse.

Viernes: el foco se traslada a Melilla

La calma en la frontera dio paso a la tensión diplomática después de que Rabat lanzase una nueva advertencia sobre el líder del Frente Polisario, Ghali: su salida de España sin ser juzgado supondrá que Madrid "prefiere colaborar con los enemigos de Marruecos que reforzar sus relaciones" tras esta crisis histórica. El foco se traslada ahora a Melilla, donde, a plena luz del día, 40 migrantes marroquíes lograron entrar tras forzar la verja en la zona entre los ríos Oro y Farhana. Se sumaron a los 30 adultos que accedieron a la ciudad autónoma en diferentes intentos de salto a la valla durante la noche. El Gobierno ha respondido con un despliegue de las Fuerzas Armadas para pasar a "un segundo escenario con una vigilancia más reforzada". En el perímetro fronterizo de Ceuta también hubo intentos de salto de marroquíes adultos que, según las fuerzas de seguridad, emplearon la violencia.

Dos menores marroquíes en la playa del Tarajal
Dos menores marroquíes en la playa del Tarajal
Ángel Martínez
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