¿Cuál fue la verdadera herencia?

Finca con solar: el legado real del abuelo Florenci tras el que actuaron los Pujol

El clan logró ocultar una ingente fortuna en Andorra que atribuyeron al banquero pero no consta ni en su testamento de 1967 ni en el de su mujer. 

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La mujer de Jordi Pujol sí acreditó dos donaciones de su madre de los años noventa. 

Ha sido el argumento esgrimido por la familia Pujol Ferrusola desde el arranque de la investigación en el año 2012: la fortuna que amasó el clan en Andorra y que les deja a un paso del banquillo de la Audiencia Nacional provenía de un legado oculto del abuelo Florenci. Un dinero -según reconoció el expresident en mayo de 2014- que no estaba regularizado y del que se vio incapaz de prescindir porque tenía como últimos beneficiarios su mujer y sus siete hijos. Sin decir la cuantía ni tampoco cómo lo había conseguido -"una actividad económica de la que ya se ha escrito y comentado"- el exlíder de la extinta CiU intentó salir al paso de las especulaciones que seis años después se han convertido para el magistrado de la Audiencia Nacional en evidencias: no existió tal herencia. 

En ocho años de investigación penal por presuntos delitos de organización criminal, blanqueo y contra la Hacienda Pública, la macrocausa apenas suma documentación sobre el abuelo Florenci más allá del testamento que redactó en 1961 y el cual no incluye ni rastro de este legado andorrano. Sin embargo, Jordi Pujol sí recoge en su libro 'Memòries' anécdotas que demuestran que su padre fue un hombre de negocios  y que, aunque arrancó su andadura profesional en el sector textil, pronto dio el salto al mundo de la banca hasta llegar a adquirir Banca Dorca D'Olot (Banca catalana).  

"Era un hombre espabilado. Lo demuestra el hecho de que, desde la condición subalterna, con el tiempo, llegó a ser un bolsista muy considerado a base de observar cómo invertían en bolsa los clientes del banco. Se ganó bien la vida aunque no consiguió una posición sólida hasta los años cuarenta", explica el expresident en su libro autobiográfico. Sin embargo, este relato de hechos lo escribió Pujol sin sospechar que siete años después tendría que volver a referirse a él pero esta vez para justificar una fortuna familiar que encontraron en Andorra. Pese al estatus de Florenci, lo cierto es que ese legado, al menos de manera oficial, no pasa de un inmueble con terreno para él y su hermana.   

Herencia entre hermanos

Así lo expone el instructor en el auto por el cual transforma este caso en procedimiento abreviado proponiendo juzgar a un total de 27 personas, entre ellas los nueve miembros de la familia Pujol Ferrusola. El magistrado explica que el testamento que Florenci firmó ante notario en marzo de 1967 se limita a recoger que deja la herencia al expresident y su hermana María Pujol (tuvieron un tercer hermano que falleció) aunque nombró como heredera universal a su mujer María Soley. Tampoco en el testamento de ella (de mayo de 1981) hay referencia alguna a este posible legado oculto al fisco español más allá de la finca arriba mencionada. Curiosamente, en lo que respecta a Marta Ferrusola -la cual se hacía llamar 'madre superiora de la congregación'- se encontraron dos documentos, uno de los cuáles recogió una donación que le hizo la madre por un importe total de 4,5 millones de pesetas. La otra donación, efectuada también a mediados de los noventa, era de 3,5 millones de pesetas.

Estas cuantías, no solo no justifican por sí solas la inmensa fortuna que la familia pudo haber amasado en Andorra sino que tampoco están vinculadas a ninguna entidad andorra, tal y como sostiene el juez. De la Mata apunta que el dinero tiene procedencia ilícita y que en estos años de diligencias "no se ha aportado elemento alguno" que permita contrastar la versión de los Pujol Ferrusola. El primogénito, Jordi, dijo en sede judicial que la entidad que gestionó el legado fue Crèdit Andorra, donde se invirtió en "láminas financieras". "Esta manifestación no impidió que, en su última declaración judicial prestada en febrero de 2020, manifestara que las transferencias bancarias en sus cuentas de Andbank correspondían en realidad a la liquidación de aquellas transacciones económicas realizadas con el legado que ahora resulta que estaban en Andbank y no en Crèdit Andorra", zanja De la Mata.  

¿De dónde salió pues todo este patrimonio que amasó  la familia desde 1992 hasta 2014? Según el instructor, por un lado de fuentes desconocidas y, por otro, de terceros, generalmente empresarios, que hicieron pagos "multimillonarios" a la familia a cambio de hacerse con adjudicaciones y licitaciones "a lo largo y ancho del espacio geográfico catalán". El auto, que recalca en varias ocasiones que se trató de una estructura muy bien jerarquizada y con los roles perfectamente definidos, insiste en la idea de que la familia del expresidente de la Generalitat se aprovechó de su estatutos en la vida política y social catalana para enriquecerse. Parte de esa fortuna se fue gestionando desde cuentas en Andorra y luego, ya en 2012, se ocultó en sociedades 'offshore' vinculadas en su mayoría al hijo mayor. 

Pieza Drago

Aunque otorga un papel secundario al resto de hermanos asegurando que se fiaron de lo que el mayor les aconsejaba, el juez mantiene la lupa puesta en el menor de ellos. De hecho, Oleguer seguirá siendo investigado en una pieza separada que ha abierto el magistrado y que ha bautizado con el nombre de Drago. Según explica en este auto separado y al que ha tenido acceso La Información, el asunto está relacionado con diversas operaciones  inmobiliarias del pequeño de los Pujol con Drago Capital, empresa que fundó Luis Iglesias Rodríguez Viñas. De hecho, el yerno de Eduardo Zaplana también está investigado en esta parte concreta del caso junto con Oleguer Pujol y otras seis personas más por los mismos delitos que integran la causa principal; esto es: organización criminal, delitos fiscales, falsedad documental y blanqueo de capitales.  

La investigación, que proviene de un procedimiento previo abierto en el juzgado que dirige Santiago Pedraz, se incluyó en la causa contra los Pujol tras acreditarse que el dinero que invirtió en estas operaciones (entre las que se encuentran la compraventa de 1.152 locales de sucursales bancarias del Banco Santander), provenía de un "lugar común a sus hermanos". Se trata de una cuenta en la entidad Andbank y que se nutría con transferencias e ingresos en efectivo producidos desde 1992 hasta el año 2000. El importe total que llegó a aglutinar este fondo supera los 116 millones de pesetas (unos 698.000 euros).

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