Guindos replica y recuerda que Bankia manipuló cuentas y cotización con Rato

  • El ministro se escuda en el FMI y el BCE para justificar las leyes de saneamiento de la banca. Subraya que alertaron del problema de Bankia.
El ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, comparece en la Comisión de investigación de la crisis financiera y rescate bancario, hoy en el Congreso de los Diputados de Madrid. EFE/ Emilio Naranjo
El ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, comparece en la Comisión de investigación de la crisis financiera y rescate bancario, hoy en el Congreso de los Diputados de Madrid. EFE/ Emilio Naranjo
El ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, comparece en la Comisión de investigación de la crisis financiera y rescate bancario, hoy en el Congreso de los Diputados de Madrid. EFE/ Emilio Naranjo
El ministro de Economía, Luis de Guindos, comparece en la Comisión de investigación de la crisis financiera y rescate bancario EFE/ Emilio Naranjo

No defraudó. El Ministro de Economía, Luis de Guindos, ha realizado hoy una férrea defensa de la contundente actuación del Ejecutivo del PP para atajar la crisis económica y financiera culpando al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de inacción, refutando los reproches de Rato y dibujando un escenario castástrofista de no actuar: “La alternativa al rescate financiero hubiera sido el concurso de todas las entidades financieras, una incertidumbre inimaginable y hubiera arrastrado a todo el sector”, el Fondo de Garantía no hubiera podido atender la cobertura de los depósitos que solo en las entidades con ayudas ascendía a 250.000 millones, y hubiera acabado casi “con el rescate completo de la economía o bien la expulsión de la zona euro”.

“Sirvió para evitar la expulsión de la zona euro como consecuencia de la mala gestión de las entidades financieras”, relató en la Comisión de investigación sobre el rescate financiero del Congreso, poniendo el dedo en la llaga abierta días atrás por el expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, y quien fuera entre 1996 y 2004 su jefe durante los dos mandatos de José María Aznar.

Rato había acusado al ministro de provocar un problema con la banca con la aprobación de los dos reales decretos de saneamiento que sembraron dudas sobre el sector financieros provocaron una estampida de 250.000 millones de euros de sus balances. Guindos refutó la tesis amparándose en que las “señales de alarmas eran constantes” desde que el PP relevara al PSOE en Moncloa a finales de 2011 y el problema de la banca era de tal clamor que grandes dirigentes internacionales pedían actuar.

“En diciembre de 2011 era el principal foco de incertidumbre del sector español y Bankia era el principal problema de la economía”, mientras que España “era el mayor riesgo del euro” y “así nos lo dejó claro el Fondo Monetario Internacional (FMI)”. Según su relato, él mismo recibió peticiones para actuar sobre el sector de importantes dirigentes en sus reuniones en el Foro de Davos, del FMI, el G-20, el Eurogrupo e, incluso, en sus varias entrevistas con el secretario del Tesoro de EEUU. “Todos ellos pusieron de manifiesto su preocupación por el sistema financiero español y la necesidad de tomar medidas sobre ello”, sostuvo.

En su relato, durante el que Guindos fue buscando desmontar uno a uno los dardos de Rato sin mencionarlo, explicó que los 50.000 millones de déficit que él indicó y que según el expresidente de Bankia habían sembrado el pánico en la banca los cifró el Banco de España. Los 22.424 millones inyectados en la nacionalización del banco salieron de test de estrés efectuado por Oliver Wyman, después de una avalancha de informes de la banca de inversión desde antes de que el PP llegase a Moncloa en noviembre de 2011. En septiembre, refirió, Deutsche Bank estimó en 12.000 millones las necesidades de Bankia, que Goldman y Morgan Stanley elevarían después a 18.000 y 20.000 millones de euros.

Los conocidos como Decretos Guindos llegan a partir de febrero del año siguiente y obligaron a la banca a provisionar más de 80.000 millones. El Banco de España, según su relato, aprobó el plan de Bankia para encarar el primero de esos requerimientos a cambio de un plan de ajustes, aumento de la profesionalización de su gestión y un plan de desinversiones. “El ministerio de Economía trabajó -con el banco- para hacer el plan creíble”, espetó, a la vez que reprochó a Rato plantear "varias fusiones que no se concretaron”.

Rato había referido en la misma comisión parlamentaria que la acción del banco colapsó después de que el ministro pidiese su dimisión, mientras éste explicó que fue el expresidente de Bankia quien le notificó su renuncia voluntaria y las acciones acumulaban “hasta mayo” del 35%.

Contradice a Rato

“Me informó de su intención de dimitir, de haber decidido pasar el testigo porque lo consideraba lo más conveniente”, refirió, para hacer después énfasis en hasta tres irregularidades de la etapa de Rato al que jamás mencionaría en sus largas cuatro horas de intervención. La primera que recordó es que la CNMV puso al banco una sanción en octubre por “manipulación de acciones propias” con operativas “en las semanas previas a su dimisión" que incrementaron de forma notable la autocartera cuando las acciones caían en bolsa.

La segunda tacha es que presentase las cuentas de 2011 sin el preceptivo informe de auditoría, que luego se reformularían convirtiendo los beneficios reportados a pérdidas por aplicación de las provisiones. Y por último, señaló el fallo judicial que consideró que Bankia salió a cotizar con balances falseados obligando a devolver el dinero captado a inversores minoristas y ahorradores a los que se entregó títulos a cambio de sus participaciones preferentes.

La sentencia, subrayó, decía que salió al parqué con “graves inexactitudes” y “al borde de la insolvencia”, con “pérdidas no confesadas”; lo que derivó en una compensación de 1.850 millones a 190.000 pequeños ahorradores a sumar a casi 5.000 millones a los preferentistas. “La devolución no era sido posible, en ningún caso, si no se hubiera llevado a cabo el esfuerzo de rescatar la entidad”.

Tras un minucioso relato de las medidas articuladas por el Ejecutivo de Rajoy para solventar la crisis, Guindos culpó Zapatero de dar “ayudas a fondo perdido” en lugar de actuar como probaba que buena parte de las cajas de ahorros receptoras de ayudas volviesen a necesitar auxilio en 2011 (ocurrió en Bankia, Novagalicia -hoy Abanca- y CatalunyaCaixa). Cuando el PP accede a Moncloa a finales de 2011, asegura que “las señales de alarma eran constantes” mientras que el PSOE apenas había actuado, con medidas que no eran más que "parches" como el Plan-E de inversión municipal para revitalizar la economía. En contraste Guindos reivindicó que el PP “afrontó la situación de manera ejecutiva e integral” con las medidas que, según Rato, hicieron trastabillar a la banca.

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