La llamada del príncipe a rebajar tensiones sobre Cataluña marca la recepción

  • La convicción del príncipe de Asturias de que los políticos pueden llevar a buen puerto el debate sobre Cataluña si rebajan tensiones, actúan con responsabilidad y siguen el mismo rumbo ha destacado entre las conversaciones de la recepción ofrecida en el Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional.

Madrid, 12 oct.- La convicción del príncipe de Asturias de que los políticos pueden llevar a buen puerto el debate sobre Cataluña si rebajan tensiones, actúan con responsabilidad y siguen el mismo rumbo ha destacado entre las conversaciones de la recepción ofrecida en el Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional.

La recepción de este 12 de octubre ha marcado además un punto de inflexión en el protocolo de esta ceremonia, ya que la infanta Elena ha estado presente, pero no ha participado en el saludo protocolario de bienvenida a los invitados, ya que a partir de hoy sólo los reyes y los príncipes representarán a la Familia Real en los actos de máxima solemnidad.

"Este momento tenía que llegar", ha comentado doña Elena con naturalidad a los periodistas durante la recepción al referirse a este cambio de formato, que limita al "núcleo duro" de la Familia Real -el jefe del Estado, el heredero de la Corona y sus esposas- la representación institucional en este tipo de ceremonias.

Por este mismo motivo, la infanta no ha seguido tampoco esta mañana el desfile militar desde la tribuna principal, junto a los reyes y los príncipes, sino en la tribuna de autoridades, donde ha ocupado un asiento junto al líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Este cambio del protocolo no había sido anunciado antes de hoy, a diferencia de la ausencia de la infanta Cristina en el desfile y en la recepción, que se dio a conocer el pasado viernes, y se produce un año después de la última participación del duque de Palma, Iñaki Urdangarin, en una actividad oficial de la Familia Real.

La Casa del Rey ha introducido otra novedad en el protocolo de esta recepción, que previsiblemente sentará precedente para las próximas ediciones: los reyes y los príncipes han protagonizado la tradicional bienvenida en el Salón del Trono, con saludos uno a uno a los invitados, pero no a los cerca de un millar que han acudido, sino sólo a una representación institucional de unas 130 personas.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y los integrantes de su Gabinete -sólo se ha ausentado Luis de Guindos- han abierto esta línea de saludos, en la que han participado los representantes del Congreso, el Senado, el Tribunal Constitucional y el Consejo General del Poder Judicial, así como el fiscal general del Estado, la Defensora del Pueblo y el jefe del Estado Mayor de la Defensa.

Entre otros, también han sido recibidos por los reyes y los príncipes en este saludo protocolario los presidentes de las Comunidades de Aragón, Asturias, Castilla y León, Extremadura, Madrid, Murcia, Navarra, Castilla-La Mancha y el de la ciudad autónoma de Ceuta, además de la alcaldesa de la capital y el nuncio del Vaticano, como decano del cuerpo diplomático.

Ya en el comedor de gala, que, despojado de muebles, acoge todos los años esta recepción, el debate sobre Cataluña ha estado presente en muchas conversaciones.

Ante los periodistas, don Juan Carlos no ha querido pronunciarse sobre la apuesta independentista del presidente de la Generalitat, Artur Mas, mientras que el príncipe ha recalcado que "Cataluña no es un problema" y ha hecho un llamamiento a "rebajar tensiones".

Don Felipe está convencido de que los políticos y las instituciones pueden "arreglar" la situación si actúan con "responsabilidad", cumpliendo cada uno con su trabajo y, eso sí, "siguiendo el mismo rumbo".

En todo caso, ha querido distinguir entre la "Cataluña real", en la que confía, y lo que él llama "espuma" generada por los enfrentamientos y declaraciones políticas.

Quien sí se ha referido a las polémicas declaraciones de Wert ha sido el propio ministro, quien ha afirmado que se siente respaldado por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saenz de Santamaría, y ha añadido, en catalán, que está orgulloso de lo que dijo.

En el diálogo distendido que ha mantenido el rey con los informadores ha habido también menciones de don Juan Carlos a la "necesaria" austeridad del desfile militar, "acorde con los tiempos", y a la relevancia de su próximo viaje a la India, una visita en la que le acompañarán cuatro ministros y que tendrá trascendencia para España en infraestructuras y energías renovables.

También la reina ha comentado los preparativos del viaje de cooperación a Bolivia que emprende el próximo lunes y ha llamado la atención sobre la importancia de estas visitas para apreciar la gran cantidad de problemas que se pueden atender con la ayuda al desarrollo.

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