La salida de Torra paraliza Cataluña en plena recuperación del golpe del virus

Desde el momento en el que Quim Torra ha recibido el auto con su inhabilitación se ha cerrado la opción de adelantar el periodo electoral y Cataluña afronta un periodo de más de cuatro meses de parálisis institucional y económica en plena recuperación de la pandemia y elaboración de los Presupuestos. El Gobierno catalán quedará en manos de su vicepresidente y consejero de Economía y Hacienda, Pere Aragonés, pero con las opciones muy limitadas y sin la posibilidad de aprobar unas cuentas públicas autonómicas que aprovechen al máximo los fondos europeos que deben llegar para la salida de la pandemia, según advierten fuentes empresariales catalanas.

Una de las claves para salir del agujero económico en el que el coronavirus ha metido a todo el país es la presentación de proyectos de inversión que aprovechen los 140.000 millones que deben llegar de Bruselas hasta el Reino de España, algo para lo que todas las miras de los empresarios de la comunidad se ponen ahora en el Gobierno central, dado el frenazo económico que supone el periodo electoral largo y con las posturas muy distanciadas al que se enfrenta Cataluña, señalan desde uno de los despachos de derecho de los negocios más importantes de Barcelona.

Desde el ámbito empresarial advierten que la sentencia ha caído en el peor momento posible para la comunidad catalana, en las puertas de una recuperación económica que debe confirmarse a primeros del año que viene y para la que “la incertidumbre política que se genera no es la mejor de las situaciones para atraer inversión y captar proyectos sostenibles para el desarrollo catalán”, asegura un ejecutivo catalán acostumbrado a este tipo de procesos. “El dinero de los fondos internacionales quiere venir, pero no confía”, remacha.

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La Generalitat había advertido a primeros de mes una recuperación de los sectores de la alimentación químico y farmacéutico, fundamentales en el sector industrial catalán, así como en el de la automoción, a pesar de la crisis de la planta de Nissan, que se ha conseguido amortiguar. El parón institucional que supone la inhabilitación de Torra sin haber convocado elecciones será sobre todo perjudicial para mantener las inversiones en esos ámbitos y, sobre todo, para recuperar el consumo y el turismo, que ya habían mostrado retrocesos superiores al 25% al 35% en el segundo trimestre del año.

El Govern confía en las ampliaciones

Desde el departamento de Economía de la Generalitat señalaron este mismo lunes que aunque el Govern no pueda aprobar a partir de ahora proyectos de ley, al quedarse en funciones, sí puede hacer ampliaciones del presupuesto en vigor, el de 2020, aprobado a finales de abril y elaborado por el propio Pere Aragonès. Según informa Efe, ya estaban previstas tres ampliaciones del presupuesto para adaptar las cuentas de 2020 a la crisis de la Covid-19, por lo que faltan dos por llevar a cabo tras la realizada en julio, de 1.230 millones de euros.

El vicepresidente Aragonès, aseguró en julio que Cataluña preveía recibir un total de 3.225 millones de euros del fondo estatal habilitado para que las comunidades asumieran gastos extraordinarios por la pandemia. La idea del Govern es ir adaptando el presupuesto de 2020 a medida que vaya recibiendo recursos de ese fondo estatal, tal como hizo en julio. 

Mientras Aragonès negocia con el Gobierno desde una posición en funciones y con la campaña electoral coincidiendo con la elaboración y los pactos para los Presupuestos el Estado en Madrid, toda la responsabilidad de alargar o reducir el periodo electoral cae sobre el presidente del Parlament, Roger Torrent, que debe iniciar las entrevistas para ver si hay candidatos alternativos a Torra, celebrar una votación que será casi seguro fallida y poner en marcha los dos meses que apartan esa fecha de la convocatoria electoral. Todo apunta a que esa fecha no será antes del mes de febrero del año que viene.