Torra se marcha y propone convertir las próximas elecciones en otro plebiscito

Quim Torra ha comparecido en la Galeria Gòtica del Palau de la Generalitat este viernes a las 18 h el mismo día en que el Tribunal Supremo (TS) ha confirmado su inhabilitación. La condena que se le impuso el pasado diciembre le obliga a permanecer un año y medio lejos de la presidencia del Govern —además de a pagar 30.000 euros de multa— por colgar una pancarta en el balcón del edificio de la institución a favor de los presos catalanes en plena campaña electoral. Durante su discurso, ha anunciado que las elecciones a la presidencia de la Generalitat se llevarán a cabo "en unos meses" y que los catalanes deben tomárselas como "un nuevo plebiscito que impulse el mandato del referéndum del 1 de octubre". Además, ha aseverado que el hecho de que "él no esté en condiciones de seguir el camino, no quiere decir que estemos reculando". 

Por otra parte, ha afirmado que "los catalanes solo podemos encontrar justicia en Europa" y no en unos magistrados españoles que "actúan por venganza". Sus palabras han ido dirigidas en todo momento a un pueblo catalán, que, según ha dicho él mismo, es "un país que siempre emerge". A continuación ha asegurado que ese pueblo es "la esperanza para salir del pozo en el que nos quiere meter de nuevo el estado español" y los encargados de luchar por la "ruptura democrática, pacífica y desobediente", que es la forma, desde su punto de vista, de lograr el objetivo secesionista catalán. En esa línea, ha dicho que "la única manera de dejar atrás el régimen del 78 es el independentismo en Catalunya". 

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Sin embargo, Torra ha iniciado su comparecencia dedicando unas palabras a las familias que han perdido a seres queridos a causa de la pandemia de coronavirus y agradeciendo todo el trabajo al personal sanitario y al resto de trabajadores que "arriesgan su salud" para salvar la vida a los ciudadanos, al tiempo que ha subrayado que tanto él como su equipo se están dedicando "en cuerpo y alma" a batallar contra la crisis sanitaria y económica. "Es a vosotros y a la libertad de Cataluña a quien me debo como presidente", ha completado.  

"Situación de provisionalidad en plena pandemia"

Antes de agradecer a todos sus más estrechos colaboradores y empleados de las institución catalana el apoyo, ha criticado duramente al aparato judicial español por "empujar" a la comunidad autónoma a "una situación de provisionalidad política en plena pandemia". Taxativo, ha clamado que a esos jueces "les importa más la sed de venganza que la salud de las personas". En cuanto a la sentencia, el 'expresident' ha querido dejar claro que "ni abandono, ni me resigno ni acepto la sentencia" del Tribunal Supremo. A los catalanes, por otro lado, los ha emplazado a decidir entre "democracia y libertad" (representadas, desde su óptica, por las instituciones catalanas) y la "represión", que él vincula a los aparatos políticos y judiciales españoles. 

"Uno de los obstáculos de la independencia es la propia autonomía", ha apuntillado en los últimos compases del discurso, al ritmo que ha prometido que no él será "un obstáculo en el camino" para la consecución de la independencia y ha asegurado que seguirá trabajando "sin descanso" desde donde pueda "ser útil y sumar". Aunque no ha hablado con claridad de su futuro más inmediato, sí que ha dejado caer que transmitirá a Europa los ideales independentistas. En clave coronavirus, ha deslizado que "ningún independentista ha aprovechado la pandemia para hacer campaña por la independencia, pero es verdad que con unos recursos propios hubiéramos gestionado mejor la pandemia".

Concentraciones en varios puntos del territorio

Al tiempo que el 'expresident' hablaba en el interior del Palau de la Generalitat, se han ido iniciando concentraciones en varios puntos del territorio catalán. Uno de los más concurridos ha sido la propia plaza de Sant Jaume, delante del edificio, pero también se han llevado a cabo manifestaciones frente a los Ayuntamientos de muchas localidades, dando respuesta a la llamada a la movilización desde las cuentas de varias instituciones y partidos políticos, entre ellos, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), a través de las redes sociales, con el fin de demostrar su rechazo a la inhabilitación.