El mes de septiembre se estrena en España con dos novedades que afectan a dos consumos básicos de cualquier hogar: la luz y el coche. En el primer caso, las bombillas halógenas que aún brillen en las casas españolas tienen los días contados porque desde hoy mismo ya no se podrán fabricar ni vender, una vez que ha entrado en vigor la normativa europea que tiene como objetivo favorecer el uso de tecnologías LED más eficientes y sostenibles. Y sí, son más caras, pero organizaciones de consumidores y expertos consideran que, al mismo tiempo, suponen un ahorro económico en el gasto de luz de hasta un 11% a la vez que duran más tiempo.
La nueva normativa, concretamente, afecta a las bombillas halógenas clásicas que generalmente están hechas de cristal, emiten luz omnidireccional, tienen casquillo E27 ó E14, así como algunas bombillas no direccionales con casquillos G4 y GY6.35. No obstante, los distribuidores podrán vender los stocks almacenados hasta fin de existencias.
Al mismo tiempo, el 1 de septiembre da el pistoletazo de salida a una nueva etapa en cuanto a las emisiones máximas que pueden producir los coches. Se trata del procedimiento Mundial Armonizado para Ensayos de Vehículos Ligeros (WLTP, por sus siglas en inglés), que entra en vigor en toda Europa este sábado como un nuevo método para medir el consumo y las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los vehículos teniendo en cuenta datos de conducción reales.
La norma WLTP, que ayudará a simular una conducción más realista y a obtener unos datos más fiables, sustituye al Nuevo Ciclo de Conducción Europeo (NEDC, por sus siglas en inglés), diseñado en los años ochenta y vigente desde 1992. A efectos prácticas, todas estas siglas significan, según fuentes del sector, una penalización en el impuesto de matriculación que puede afectar a uno de cada cinco nuevos coches que hasta ahora estaban exentos de pago.
Por esta razón, las marcas han motivado políticas comerciales beneficiosas para los consumidores con el objetivo de acabar con sus stocks en el último tramo del mes de agosto. Tanto es así que el mercado automovilístico español preveía registrar cerca de 35.000 matriculaciones en los dos últimos días del mes, una cifra que supondría casi el 30% de las ventas totales de dicho mes.
El nuevo procedimiento de ensayo tiene un ciclo de conducción modificado y especificaciones que incluyen un tiempo de medición más largo y una velocidad máxima superior. De este modo, con el WLTP se miden cuatro intervalos de velocidades: hasta 60 km/h, hasta 80 km/h, hasta 100 km/h y por encima de 130 km/h. Además, el vehículo frena y acelera repetidamente durante dichas fases. Así, hasta el próximo 31 de diciembre, las marcas podrán seguir vendiendo el denominado "fin de serie" de algunos modelos que no estén homologados con el WLTP. El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo permite que se matricule bajo este paraguas hasta un 10% del volumen de ventas contabilizado por cada marca durante 2017.
Mejora y desconocimiento
En declaraciones a Europa Press, y de vuelta a las novedades respecto a las bombillas, el responsable de Energía de Ecologistas en Acción, Javier Andaluz ha indicado que la aprobación de esta medida implica "un gran paso". Sin embargo, aunque cree que es "una gran noticia", opina que en una vivienda la iluminación es un factor "pequeño" de consumo porque hay otros aparatos "más contaminantes" como grandes electrodomésticos o tener varios televisores. "Si coges la factura total de una casa, contamina más la lavadora o la calefacción que una bombilla", afirma.
Según un estudio realizado por Ledvance, uno de cada dos consumidores en Europa desconoce esta prohibición y el 67% ignora cuáles son sus consecuencias. De hecho, hasta un tercio de los encuestados todavía incluye en sus listas de la compra viejas tecnologías de iluminación como bombillas halógenas (un 29%) o bombillas incandescentes (un 27%).
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