Momentos decisivos

Los retos del avispero electoral andaluz: un PP sin Vox y una izquierda hundida

Las encuestas anuncian que puede llegar el principio del fin para el presidente del Gobierno. Es cierto que queda mucha tela que cortar, pero hasta el CIS de Tezanos pronostica una estrepitosa caída del socialismo.

Juanma Moreno
Los retos del avispero electoral andaluz: un PP sin Vox y una izquierda hundida.
CONTACTO vía Europa Press

Llega la hora de la verdad para Pedro Sánchez, casi tanto o más que para Juan Espadas, candidato socialista a las elecciones andaluzas. Llega la hora de echar mano de los primeros auxilios para minimizar los daños, es decir, del famoso “Manual de resistencia” que luce en el frontispicio de Moncloa a modo de recordatorio de que todo es posible para los audaces, incluido triunfar en una moción de censura, no exenta de cierta locura política. Sin embargo, el manual de resistencia se hace más urgente cuando la tormenta electoral se avecina.

Como dicen los sabios, todas las horas hieren, la última mata. Las campanas empiezan a repicar y algunos muertos a sudar, las encuestas anuncian que puede llegar el principio del fin para el presidente del Gobierno y su “sanchismo" galopante, aunque venderá cara su piel y su derrota, en todos los sentidos y con todos los improperios que sean necesarios y uno pueda imaginarse. Es cierto que queda mucha tela que cortar y mucho partido por jugar, incluso en la campaña de las andaluzas las cosas pueden cambiar, pero hasta el CIS falsario de Tezanos pronostica el 19 de junio una estrepitosa -aunque aún no del todo decidida- caída del socialismo y de su extrema izquierda paralela.

A pesar de los pronósticos hay muchas dudas en el ambiente. ¿Cómo afectará la situación nacional que sufre el país en las urnas de Andalucía? Estamos hablando de la región más poblada y con más peso electoral de España, que siempre influye en buena medida en el comportamiento de futuros comicios. ¿Quién se llevará el sabroso pastel de un partido en vías de descomposición, como Ciudadanos; o el pellizco de los no pocos indecisos, para quién será; o la mordida de la abstención de 2018 que fue muy elevada, y que al PSOE de Susana Díaz le costó 400.000 votos menos, y tuvo que renunciar a la presidencia de San Telmo, en beneficio de Moreno Bonilla?

En todos los países de occidente donde impera el libre mercado lo primero que hacen los votantes es analizar -antes de depositar su papeleta- cómo está su bolsillo y cómo va su poder adquisitivo. Si este decae o entra en crisis aguda, como es el caso actual, la mayoría tiende a hacer un cambio de “caballo”, independientemente de los motivos que provoquen la situación o la inflación. Los ciudadanos no se acuerdan mucho de las pifias de Pegasus, del cese de la directora del CNI, o si la Fiscal General es una militante acérrima del PSOE y pone en peligro la justicia del sistema o al sistema de Justicia, estas cosas siendo muy importantes no son las que determinan el futuro electoral de un presidente. Por encima, muy por encima está la economía, señora y dominadora de la política en todos sus niveles u órdenes; y los candidatos -Núñez Feijóo, Sánchez, Juanma Moreno, Juan Espadas, etc.-, del partido que sea lo saben e intentan convertir los datos en milagros o en espejismos imposibles de creer.

Pero veamos las claves y defectos principales de los competidores de esta especial carrera por Andalucía. El caballo ganador parece garantizado de antemano: el líder del PP renovará sin grandes problemas su victoria. Lo fundamental para él es saber por cuánto, ya que su aspiración y “felicidad” plena sería gobernar en solitario, y no cargar con el “peso” político de Vox. La probable llave que abriría cierta tranquilidad para Juanma Moreno sería conseguir más votos que todos los partidos de izquierda juntos, algo que podría darle alas a la hora de exigir una gobernanza en solitario. Sin embargo, todo apunta a que Vox conseguirá un buen resultado y forzará al PP a compartir el gobierno para lograr la mayoría absoluta en el parlamento andaluz. Interesante ver funcionar el tándem Moreno-Olona; el hombre tranquilo del brazo con la explosiva dama de la derecha.

400.000 votos socialistas perdidos

De convertirse en realidad este “matrimonio” de conveniencia entre el centro derecha y la derecha extrema, sería también un aviso para los navegantes de izquierda, ya que se demostraría de manera palpable como en una tierra que durante 40 años ha sido feudo del socialismo acaba apoyando o aceptando en buena medida y sin tanto miedo a un partido vilipendiado por todos como Vox. El ardid de que llega la terrible ultra derecha no parece que vaya a frenar las buenas expectativas de su líder, Macarena Olona. Para Sánchez será un aviso a tener en cuenta de que la extrema derecha está siendo tan aceptada (incluso mucho más votada) que la extrema izquierda, aunque ello le obligue a romper su estrategia de cara a las generales.

El techo de cristal que parece más de acero para Juan Espadas es el de 33, el número de escaños que sacó Susana Díaz en 2018 y que marcan la línea roja para no hundirse los socialistas más de la cuenta. Todo lo que sea subir será un punto a favor para el ex alcalde de Sevilla, aunque no consiga derrotar al PP; pero si pierde las cosas se pondrán más duras ya que Susana Díaz podría tener la tentación de pasar factura y reivindicar su espacio. Lo que tiene que hacer el PSOE-A es recuperar los 400.000 votos perdidos, algo que parece casi imposible ya que las encuestas no muestran síntomas de recuperación.

La mala política de los últimos años de Gobierno socialista, junto a la gran corrupción de los ERE, y el hecho de que Moreno haya sido un presidente tranquilo que ha controlado en gran medida la situación, hacen que pueda optar a la reelección con garantías de éxito. La meta son los 55 escaños de la mayoría, pero él se confirmaría con llegar a los 49-50 que le dan las encuestas más optimistas. El PP tiene ahora 26 escaños y ha gobernando con la ayuda de Juan Marín y los 20 de C’s, que en esta ocasión perderá en buena medida su éxito y no superará los 2 ó 3 escaños. Los posibles 18 restantes de C’s irán a Juanma Moreno que logrará en torno a los 44-46, salvo que mejore sus expectativas “robándole” votos a los desencantados del PSOE, y no los gane por otro lado un Vox que tira con fuerza en sectores agrícolas y del campo. El partido verde de Abascal ha hecho una gran apuesta poniendo de candidata a uno de sus pesos pesados en el Congreso. Habrá que ver si es el miedo o la curiosidad por Olona lo que despierta más interés, movilizando el voto de la izquierda o motivándolo hacia un PP para que pueda gobernar en solitario.

Muchos quieren ver en la caída del socialismo andaluz el primer torpedo en la línea de flotación contra el “sanchismo”

Las cosas para la extrema izquierda no parecen pintar nada bien, además de mostrarse algo perdidos y con una grave falta de pulsión política. Empezaron divididos y acabaron formando una primera agrupación, en una especie de rompecabezas difícil de encajar para un votante que tendrá una amplia oferta de papeletas y no sabrá muy bien quién es quién en cada una de ellas. La coalición “Por Andalucía” engloba a IU, Podemos y Más Madrid, pero los morados en teoría están fuera porque llegaron tarde a la inscripción. Enfrente, por si no hubiera suficiente desconcierto, están los de “Adelante Andalucía” cuya líder y candidata es Teresa Rodríguez, circunstancia que no sería criticable si no hubiera sido también líder de Podemos, incrementando con ello aún más la confusión. Los resultados que se esperan para unos y para otros son bastante demoledores.

Volviendo a Pedro Sánchez, estas también son sin duda sus elecciones, no sólo porque las autonómicas sean un termómetro de las generales, sino porque se convierten en un claro síntoma de futuro para la gobernanza; y Sánchez es el que apostó y eligió a Espadas como candidato socialista. Recordemos un dato histórico, el hundimiento de Zapatero se inició con las elecciones autonómicas de mayo de 2011, desde entonces ya no levantó cabeza y perdió con estrépito en 2012. Muchos quieren ver en la caída del socialismo andaluz el primer torpedo en la línea de flotación contra el “sanchismo”, pero no hay que tirar la toalla cuando hablemos de un Pedro Sánchez capaz de todo por mantenerse en el poder. Quedan muchas batallas por disputar y muchas urnas que llenar.

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