Elecciones el 4-M

Aguado da un paso al lado: Edmundo Bal aspira a ser el candidato de Cs en Madrid

El exvicepresidente madrileño desvela que le ha pedido al diputado en el Congreso que se presente a las primarias del partido. El abogado del Estado aumenta su proyección y admite que tiene un reto difícil. 

Edmundo Bal
Aguado da un paso al lado: Edmundo Bal aspira a ser el candidato de Cs en Madrid
EFE

Giro de Ciudadanos para las elecciones madrileñas. El líder en la autonomía, Ignacio Aguado, ha anunciado que dará un paso al lado y que no se presentará a los comicios del 4 de mayo. En su lugar, la propuesta tanto de él como de la dirección de la fuerza naranja es que su puesto lo ocupe Edmundo Bal. Lo que eleva el peso político del diputado en el Congreso y portavoz adjunto del grupo de Cs en la cámara baja, que se presentará a las primarias que se prevé que se celebren en las próximas semanas. Y que despeja las dudas que había sobre Aguado, al que numerosas voces vinculadas a la formación no querían que repitiera como líder de la lista en la CCAA. 

El exvicepresidente madrileño ha anunciado su decisión en una comparecencia desde la sede de la calle Alcalá, en la que ha asumido que se acababa su etapa política en la autonomía tras seis años como líder regional desde que fuera fichado por Albert Rivera. Esto pone fin a la presión que tanto él como Inés Arrimadas tenían encima para que hubiera un giro total en los comicios madrileños. Algo motivado por las dudas de que Ciudadanos pueda volver a tener presencia en la Asamblea de Madrid, dada su debilidad electoral. Hasta hace unas horas, tanto él como su equipo insistían en que la campaña se estaba preparando bajo su liderazgo. Circunstancia que cambió tras una llamada de teléfono de este a Bal. 

El ahora aspirante a liderar la candidatura en Madrid ha desvelado que fue Aguado el que le instó durante la noche del miércoles que se presentara a las primarias y le sucediera como jefe de filas en la comunidad que aún preside Isabel Díaz Ayuso. El abogado del Estado de profesión asegura que ha aceptado porque el exvicepresidente se lo pidió. Pero también porque quiere evitar que "nos quiten el centro". Aunque ya ha avisado de que sabe que afronta un reto muy complicado. Lo que asegura que es solo un paso como el que dio hace dos años, cuando Rivera le convenció de que fuera en sus listas al Congreso. 

En su presentación oficial como aspirante a la candidatura, Bal ha reivindicado su figura como madrileño y como persona que conoce bien el ámbito político y el judicial. Una experiencia que se prevé que Ciudadanos explote en campaña, ya que formó parte del cuerpo de Abogados del Estado que llevaron casos como Gürtel o el procés catalán. De hecho, su llegada al partido estuvo marcada por las discrepancias que tuvo con sus jefes de la Abogacía del Estado. Él apostaba por reclamar una condena por rebelión para los imputados. Pero cargos más altos impusieron la sedición, que fue por lo que finalmente se condenó a Oriol Junqueras y al resto de implicados. 

Edmundo Bal negó hasta el mismo miércoles que fuera a dar el paso de jugársela por su partido en Madrid. En todo momento insistió en que su lugar estaba en el Congreso. Días atrás, también se autodescartó, en la línea de lo que hizo Begoña Villacís. Pero según su explicación, la llamada de Aguado es lo que ha cambiado todo. Lo que permite a Ciudadanos contar con un aspirante que es de la máxima confianza de la dirección que lidera Arrimadas. Y que ha sido el elegido para salir a defender los intereses naranjas frente a quienes han anunciado su baja como afiliados sin renunciar a sus escaños en Congreso o Senado. 

Con este movimiento, Ciudadanos da el giro que se le reclamaba internamente y que también demandaban sectores afines a su causa. Lo que vuelve a colocar a un 'riverista' en la posición de salida de unas elecciones determinantes como las de la Comunidad de Madrid. Por lo que 'imitan' así los giros que han dado Unidas Podemos o Más Madrid, que apostarán por debutantes en la autonomía como Pablo Iglesias y Mónica García. Un golpe de efecto con la que quieren impedir la sangría a la que apuntan las encuestas, que incluso estiman su salida del Parlamento madrileño. Situación que los naranjas tienen asumida, por lo que su objetivo más optimista ahora mismo es perder los menos diputados posibles

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