"La invasión de Ucrania por parte de Rusia está generando importantes consecuencias en todos los órdenes". Así arranca el preámbulo del real decreto contra la guerra, en vigor desde el pasado 31 de marzo. Cuarenta y tres páginas y media en las que Moncloa pone en valor la gestión de económica del Gobierno y excusa cada síntoma de crisis económica aduciendo al conflicto bélico. Precisamente estas líneas de homenaje y justificación al trabajo del Ejecutivo y de su presidente, Pedro Sánchez, que es quien firma el real decreto, ha puesto a la oposición en la encrucijada.
En las líneas del preámbulo, el Gobierno achaca a la ofensiva militar del Kremlin la abrupta subida de los precios de la energía y las materias primas. Y, aunque reconoce que España está entre los Estados miembros de la Unión Europea "menos expuestos a los efectos directos de la invasión", asegura que el conflicto bélico es la causa de "un aumento de la tasa de inflación y una ralentización del ritmo de crecimiento".
Lo cierto es que estos dos últimos fenómenos azotan a España desde mucho antes del estallido de la guerra. Tanto la subida sostenida de los precios y los síntomas de desaceleración del crecimiento económico nacional ocupan la agenda política del Ejecutivo desde el pasado septiembre, cuando arrancó la reactivación de la economía tras los peores meses de la crisis sanitaria. En ambos casos, España se sitúa a la cabeza de Europa. En nuestro país, el índice de precios al consumo (IPC) en tasa interanual del mes de marzo ha pulverizado los últimos máximos históricos al situarse en el 9,8%, según la última revisión del Instituto Nacional de Estadística (INE), muy por encima de la media de la Zona Euro.
Tras su roadshow por Europa, Sánchez tiene por delante menos de un mes para convencer a sus socios de legislatura y a los partidos de la oposición de que concedan su voto favorable al real decreto. Esta previsto que la norma sea sometida a votación en el Congreso de los Diputados a finales de abril. Para la oposición, el preámbulo del real decreto supone un escollo a la hora de respaldar la batería de medidas del Gobierno, sobre todo en el caso del Partido Popular.
El principal partido de la oposición ha convenido públicamente la necesidad de adoptar medidas urgentes y excepcionales contra los efectos de la guerra, sobre todo, para atajar la acuciante crisis energética que está azotando a sectores clave del tejido empresarial español. Pero los 'populares' también son conscientes de que dar un voto de apoyo pleno al real decreto reforzaría a Vox dentro del bloque de oposición al Gobierno de coalición.
En el Partido Popular califican el preámbulo del real decreto contra el impacto de la guerra como una "loa" a la gestión de Pedro Sánchez
Así lo asegura un diputado del PP en conversaciones con este diario, que califica esa primera parte del real decreto como una "loa" a la gestión de Sánchez. La formación es, por tanto, plenamente consciente de que dar un voto de apoyo pleno al real decreto reforzaría a Vox, que como portavoz de la oposición al Gobierno de coalición, en tanto que las primeras páginas de la norma avalan la gestión económica del Ejecutivo. Esto complica las cosas al PP, que vive un momento especialmente delicado dada su profunda reorganización interna.
La próxima votación del plan 'antiguerra' de Sánchez, por tanto, será un punto de inflexión que determinará las posiciones de los dos partidos de referencia de la derecha española, según conviene un consultor especialista en la materia. En los mentideros del sector energético admiten que el paquete de medidas era necesario, pero lo califican como "el mayor movimiento intervencionista que ha vivido el sector en España en años". Según convienen varias fuentes del sector, si el plan antiguerra de Moncloa logra pasar el filtro de la oposición "es solo gracias al carácter temporal de las medidas".
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