Sánchez se juega la legislatura con Torra y le ofrecerá mejoras en la financiación

  • Moncloa marca como trascendental la cita de este lunes. Sánchez escuchará las demandas de la Generalitat y propondrá negociar aspectos económicos.
Pedro Sánchez comparece en Moncloa
Pedro Sánchez comparece en Moncloa
EFE
Pedro Sánchez comparece en Moncloa
Pedro Sánchez durante su única comparecencia en Moncloa / EFE

Pedro Sánchez considera que se juega la legislatura en la reunión privada que mantendrá este lunes en La Moncloa con el presidente de la Generalitat, Quim Torra. El equipo del jefe del Ejecutivo ha preparado esta cita a conciencia, consciente de la trascendencia que tiene para el presidente un encuentro marcado en rojo en su agenda y que se produce tras casi un año de bloqueo absoluto entre Barcelona y Madrid. La 'operación Cataluña' es para Sánchez una piedra de toque, como también lo fue para Rajoy, que marcará para bien o para mal su Gobierno.

Moncloa califica la visita de Torra como "clave". De hecho, en el Ejecutivo se da por hecho que del resultado de esta cita dependerá lo que queda de mandato de Sánchez, tanto si se muestra dispuesto a dialogar con los nuevos dirigentes de Cataluña y asume con fortaleza la previsible confrontación, como si cae en algún error y pasa a ser percibido como un dirigente que aplica la misma política del Gobierno de Rajoy. El presidente, por tanto, asume esta primera reunión como un punto de inflexión en su mandato, consciente de que hace apenas dos meses estaba apoyando al PP en la aplicación del 155.

Diálogo y Constitución, la actitud de Sánchez

Las fuentes consultadas por La Información explican que Sánchez recibe a Torra para escuchar sus demandas y dispuesto a negociar, esencialmente, aspectos económicos importantes para los catalanes y que llevan pendientes de materializarse varios años. La estrategia de distensión, en definitiva, ya ha comenzado y el presidente quiere saber en este cara a cara qué actitud tiene su interlocutor y, sobre todo, qué es lo que le pide.

"Diálogo con la Constitución en la mano" es el mantra que repiten en Moncloa una y otra vez cuando se refieren a la nueva relación que quieren inaugurar con la Generalitat. En el Gobierno tienen claro que el referéndum será una medida que el president catalán traerá en su carpeta, pero están preparados para ello. Incluso no descartan un órdago similar al del 1 de octubre y los días posteriores, un escenario para el que el presidente ya está prevenido y que le llevaría a aplicar un 155 que él apoyó.

El presidente sí está dispuesto a negociar con Torra algunos aspectos de las históricas demandas de la Generalitat. Para conocerlas es necesario remitirse a los 46 puntos que Puigdemont presentó a Rajoy en su reunión del 20 de abril de 2016 en La Moncloa. Fueron una serie de peticiones encabezadas con el requerimiento de celebrar un referéndum, pero el Gobierno central dijo entonces que hablaría sobre todo, las 45 peticiones restantes, menos sobre la consulta. La gran mayoría de esos puntos se encuentran completamente estancados.

Financiación, inversiones...

Sánchez, por tanto, está dispuesto a hablar con Torra de cómo mejorar la financiación de Cataluña y cómo destinar, en definitiva, más recursos del Estado a esta comunidad. También está abierto a hablar de inversiones y ahí es donde el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, entra en juego. Hay pendientes compromisos para mejorar la red de Cercanías, las instalaciones del aeropuerto de Barcelona-El Prat o impulsar el Corredor Mediterráneo. Hay que recordar que Rajoy ya anunció un ambicioso plan de inversiones en Cataluña, el llamado 'plan Soraya', que nunca se llegó a ejecutar.

Asimismo, el Gobierno quiere poner fin a los conflictos en el TC que eran una tónica habitual en la anterior etapa con el PP. La Generalitat incluso había hablado de "persecución por parte de la Delegación del Gobierno en Catalunya de múltiples actuaciones contra los consistorios y municipios catalanes". Sánchez también pretende que los representantes catalanes vuelvan a los órganos de negociación múltiples, como el Consejo de Política Fiscal y Financiera, y que se pongan en marcha comisiones bilaterales en diferentes materias. Una campaña de deshielo en las relaciones, en definitiva.

Torra llega a Moncloa con el anuncio del Gobierno central de presentar un recurso ante el TC para impugnar la moción soberanista del Parlament, un escenario que recuerda al vivido en la etapa de Rajoy y Sáenz de Santamaría con Puigdemont y Junqueras. Pero Torra también entrará en el complejo presidencial con los exdirigentes de la Generalitat en prisiones catalanas, lo que ha sido valorado como un gesto de Sánchez en favor de recuperar la normalidad. 

Para concretar esta política de apaciguamiento entre Moncloa y Generalitat, Sánchez cuenta con las gestiones de varios ministros considerados capitales en la 'operación Cataluña': Batet, al frente de Política Territorial; Montero, en Hacienda; y el citado Ábalos, en Fomento; todos ellos coordinados por la vicepresidenta Carmen Calvo.

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