El mismo día en que Franco salía de su tumba del Valle de los Caídos para pasar a mejor vida en Mingorrubio, el hombre fuerte de la Generalitat sentado a la derecha de Torra, Pere Aragonès, protagonizaba un desayuno en Madrid para hacer una defensa a ultranza de su mensaje independentista, sin ningún miembro del Gobierno ni de algún otro partido político relevante en el acto. En plena campaña electoral nadie ha querido arriesgarse a salir en la foto con el vicepresidente de la Generalitat, por más que todo apunte a que puede ser un firme candidato a sustituir a Torra, de forma que el político más relevante en el evento fue el portavoz del grupo parlamentario (ERC) de su partido en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián.
No se perdió el evento el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, sentado en al mesa principal, junto a un director general del Ministerio de Política Territorial y representantes de segundo nivel de otras instituciones del Estado, el Parlamento Europeo y la Generalitat en Madrid. Se echaba de menos la presencia de algún representante del PSOE o del Gobierno, así como de alguno de los empresarios de las grandes sociedades con origen o presencia en Cataluña, que también brillaban por su ausencia.
Dos días después de la presentación oficial del pacto entre las asociaciones empresariales catalanas, en el que se dejaron notar también sus diferencias con respecto al independentismo y las actuaciones de los grupos radicales en Barcelona, Foment del Treball mandó a escuchar a Aragonès a uno de sus asesores en Madrid, mientras que Pimec, la asociación más separatista, colocaba a su delegado en la capital de España. Junto a ellos, el presidente de la asociación de autónomos UPTA (vinculada a UGT) y un responsable de la CEOE. Del lado empresarial, el mayor nivel lo daban el presidente de PricewaterhouseCoopers, junto al consejero delegado de KPMG.
Opinadores y tertulianos profesionales
De las casi 20 mesas que se llenaron en el desayuno organizado por Europa Press para Pere Aragonès, la mitad contaba con esa corta representación empresarial y política, mientras que más de ocho mesas posteriores estaban repletas de periodistas, tertulianos y opinadores profesionales, sobre todo del ámbito político. Es decir, que lejos de despertar un interés político claro en pleno enfrentamiento del centralismo de Madrid con la Generalitat, el evento sí despertó la curiosidad de los medios de comunicación, muy pendientes de los pasos que da el líder catalán de ERC.
Lejos de defraudar con sus palabras, Aragonès dejó muy claro que todo en su ideario pasa por la independencia de Cataluña y la instauración de una república en ese territorio, algo que no va a frenar la sentencia del procés ni la indiferencia de Sánchez a los últimos llamamientos al diálogo que se hacen tras los enfrentamientos violentos de la última semana en las calles de la Ciudad Condal.
Eso sí, no faltaron las palabras amables de apertura y disposición al diálogo, con el objetivo de que ese sea el camino que conduzca a culminar la independencia catalana. A su entender, el acuerdo de Pedralbes que se alcanzó con Sánchez puede ser una buena base sobre la que empezar a hablar, si bien no le vendría mal añadir la posible amnistía a los presos del ‘procès’ y la autodeterminación como derecho.
Aunque la mayor parte de los asistentes al evento ya conocían el mensaje, la base de la posible negociación con Sánchez la dejó muy clara: un diálogo sin condiciones, basado en decisiones tomadas por amplia mayoría, con garantías de cumplimiento de lo que se decida, pero eso sí, partiendo de la base de que la unidad de España no existe.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios