Su propia agenda legislativa

Podemos quiere esquivar el calendario de Calvo: dosificará la presentación de leyes

Pablo Iglesias Nadia Calviño Carmen Calvo Teresa Ribera
Pablo Iglesias Nadia Calviño Carmen Calvo Teresa Ribera
EFE

La agenda legislativa del Gobierno de coalición para este 2020 ya está en marcha. El Ejecutivo sabe que su plan de aprobar hasta 92 nuevas leyes solo en este año suena muy ambicioso, ya que eso supondría que cada semana hubiera al menos dos proyectos sobre la mesa del Consejo de Ministros. Pero en el lado de Unidas Podemos pretenden evitar que las medidas que impulsen desde sus ministerios se solapen entre sí. Es decir, no quieren presentar cada semana más de una ley que corresponda a la vicepresidencia y los cuatro ministerios en los que tienen competencias, como ha podido saber La Información. Algo que puede entrar en conflicto con la estrategia marcada para 2020 por la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, que es la principal abanderada de la misma.

El mejor ejemplo de la dosificación de proyectos que plantean los morados está en las fechas de presentación de la reforma de la ley de libertad sexual, más conocida como la del 'solo sí es sí', y la de Protección de la Infancia y la Adolescencia. Aunque las dos ya están listas para iniciar su camino en la Administración y las Cortes, la primera tendrá su protagonismo el próximo martes 3 de marzo, mientras que la segunda se reservará para la semana siguiente, la del 10 de marzo. Así, todo el protagonismo legislativo de Podemos se lo quedará el Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero, coincidiendo además con la semana que finalizará con la manifestación del 8-M. Siete días después, toda la atención estará sobre la Vicepresidencia de Derechos Sociales de Pablo Iglesias.

De esta manera, Podemos pretende tener su propio ritmo y no lanzarse con todo lo que tenga entre manos a la vez. Lo que puede chocar con los planes de Carmen Calvo, que quiere sacar adelante todas las normas novedosas que sean posibles para cumplir con su calendario de los 92 leyes. Esto puede motivar un nuevo choque entre ambas partes, ya que la vicepresidenta es la que preside la reunión preparatoria entre secretarios y subsecretarios de Estado que marca los asuntos que se discutirán en el Consejo de Ministros. Y los de Iglesias lucharán por distintos motivos para que se les respete esa dinámica que quieren imponer.

Las razones para dosificar

El objetivo de Iglesias y los suyos es no gastar sus 'balas' por la vía rápida, ya que su campo de acción es mucho más limitado al tener solo cinco departamentos frente a los 17 que están capitaneados por ministros del PSOE. Esto quiere decir que la vicepresidencia Derechos Sociales y Agenda 2030 y las carteras de Trabajo, Igualdad, Universidades y Consumo no van a tener prisa con sus proyectos, ya que consideran que lo que hagan en el Gobierno es lo que marcará su devenir en el futuro. La única excepción en esta dinámica ha sido la reforma del 'solo sí es sí', ya que el acuerdo de coalición establecía que los cambios en lo que a libertad sexual se refiere tenían que estar listos para la gran jornada de movilización por el Día Internacional de la Mujer.

La otra razón para no solapar sus propios proyectos, con los que así podrían marcar la agenda semanal de todo el Ejecutivo, es el simbolismo que se quiere dar a cada medida. Podemos siempre ha buscado que cada propuesta que hacían tuviera una implicación social, para demostrar así su cercanía con la ciudadanía mas proclive a votarles. Y por eso, cada nueva norma estará acompañada de una intensa estrategia mediática que además contará con la correspondiente carga emocional. Algo que es aún más importante por su debut en un Consejo de Ministros, cuestión que quieren explotar de cara a su electorado. Todo porque su objetivo desde que nacieron no era más que alcanzar la Moncloa. 

Hasta ahora, el plan se ha cumplido. La ley para proteger a los menores de abusos y agresiones sexuales no ha iniciado su andadura porque había otros asuntos que se consideraban más urgentes. Y que además podían venderse como una promesa cumplida. El primero fue la subida del SMI a 950 euros, medida a la que se comprometieron y que fue el primer gran logro de la coalición. Después llegó la derogación del despido por baja, que fue impulsado desde el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz. Ahora le tocará el turno a Irene Montero y su reforma de la libertad sexual, y esta será la que entregue el testigo al vicepresidente Iglesias y a su proyecto más ambicioso.

Mientras, la relación de los ministros de Unidas Podemos con algunos de sus compañeros del Ejecutivo de Pedro Sánchez sigue marcada por ciertas tiranteces. Como ya contó este diario, Iglesias y su entorno consideran que otros departamentos no quieren dejarles marcar el ritmo en ciertos asuntos. El principal ejemplo es la reforma del Código Penal, que los morados quieren acelerar para que se solucione de una vez lo que rodea a la reforma del delito de sedición. La idea no es otra que sacar la cuestión de Cataluña del debate político y mediático, lo que facilitaría que incluyesen su agenda social en el día a día.

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