Psoe. Carme chacón da un paso adelante con un documento que sienta las bases para un "cambio de rumbo"


La ministra de Defensa en funciones, Carme Chacón, ha dado este martes un paso adelante en su postulación como aspirante a la Secretaría General del PSOE, al suscribir públicamente un documento titulado "Mucho PSOE por hacer", que sienta las bases para un "cambio de rumbo" del partido.
El documento ha sido colgado en la web www.muchopsoeporhacer.com para recibir las aportaciones y sugerencias de todo el que quiera reflexionar sobre el futuro del partido.
Entre quienes figuran como contribuyentes al documento figura Carme Chacón y también Delia Blanco, José Borrell, o Ximo Puig. También el hasta hace poco presidente del Senado, Javier Rojo; el exministro de Zapatero Juan Fernando López Aguilar, y Cristina Narbona, que formó parte del equipo electoral de Alfredo Pérez Rubalcaba.
La reflexión comienza con la idea de que los siete millones de ciudadanos que votaron al PSOE el pasado 20 de noviembre y los miles de militantes que esa noche culminaron el esfuerzo de la campaña son la base más sólida “para levantarnos de la mayor derrota electoral de nuestra democracia”.
Sin paños calientes, el documento subraya que esa derrota se suma a la de mayo, en la que el PSOE perdió “cientos” de municipios y todas las comunidades autónomas en las que hubo elecciones. Se perdieron dos de cada diez votos obtenidos en los anteriores comicios, y en el caso de las generales, casi cuatro de cada diez de los cosechados en 2008.
Aunque el PP ha obtenido su mayoría absoluta con menos votos que el PSOE en 2008, su concentración de poder es tal que “amenaza con convertir su hegemonía política en una hegemonía social y de valores que suponga un verdadero retroceso en los avances alcanzados por la sociedad española a lo largo de las últimas décadas”.
Pese a todo, subraya que hay “motivos para reivindicar lo que hemos aportado a nuestro país” en la etapa de Rodríguez Zapatero, una “auténtica revolución en derechos civiles”. “No debemos renegar de nuestros logros, ni tampoco minimizar la magnitud de la derrota, ni simplificar o tergiversar sus causas”.
Por muy dura que haya sido la derrota, dice el documento, entraña “una oportunidad para enderezar el rumbo” y dar una señal a los millones de personas que esperan del PSOE “una respuesta sincera y una rectificación clara”.
Por eso, añaden, lo importante ahora no es señalar quién pudo equivocarse, porque esos errores son ya parte de la trayectoria colectiva, igual que los aciertos. Lo capital es “explicar en qué nos hemos equivocado y también por qué”, en un ejercicio de “honestidad y transparencia” clave para recuperar la credibilidad y la confianza.
Los firmantes del documento parten de la base de que todos los gobiernos se han deteriorado con la crisis, y que el de Zapatero se ha guiado siempre por la defensa del interés general y se vio “forzado” a adoptar medidas que supusieron un fuerte coste de popularidad, y frente a una actitud “destructiva e irresponsable” de una oposición que ha actuado como “parásita” de la crisis.
AUTOCRÍTICA
Sin embargo, reconocen que la gestión de la crisis también ha contribuido a la derrota, cuando “tardamos” en reconocerla, cuando aplicaron aunque “obligados” políticas “ajenas a nuestra orientación ideológica”, y sobre todo cuando “no fuimos capaces de equilibrar los esfuerzos y sacrificios que dichas políticas imponían a los sectores más débiles de nuestra sociedad con la carga fiscal que debería haberse exigido a los más poderosos”.
También, añaden, “cuando hemos justificado la limitación de nuestras prácticas democráticas internas con el argumento de las dificultades a las que nos enfrentábamos, en lugar de ver en la amplia participación de los militantes una vía de solución a nuestros problemas”.
Por todo ello, creen necesario “cambiar el rumbo de parte de nuestras políticas y la vida de nuestra organización” con un proyecto que extraiga las lecciones de los aciertos y los errores.
Por ejemplo, explican, hay que reconocer que desplegar una política social y civil progresista requiere primero una política económica progresista, que mantenga “a raya” a la especulación y erradique las “injusticias” fiscales.
Creen también que el diálogo debe ir acompañado de “energía” para que no se interprete como debilidad, para “poner freno a los poderes no democráticos que pretenden imponer sus privilegios o su moral a toda la sociedad” y, con ello, para reafirmar la autonomía de la política frente a los poderes económicos.
Los firmantes reivindican la diversidad de España como fuente de riqueza colectiva pero también la cooperación eficaz, y claman por una “verdadera fuerza socialdemócrata europea”, con líderes y programa capaces de enfrentarse a los retos pendientes.
Con la premisa de que la democracia arraiga cuando se amplía la participación, abogan por practicarla “al máximo” en el partido y en las instituciones. Recuperar la credibilidad, dicen, no se consigue con “bruscos giros basados en cálculos tácticos” ni con un “mero cambio de caras”, sino preservando la coherencia entre las ideas y los actos.
Sentencian por ello que el por qué de la derrota está en la erosión de la democracia interna y en el progresivo aislamiento social del partido por una “exclusiva concentración en las tareas institucionales y el ensimismamiento orgánico”, así como una “lealtad mal entendida que ha hecho que se omitieran críticas necesarias”.
El cambio que proponen pasa por “la amplia participación regular de militantes y simpatizantes, la máxima transparencia en todos los niveles y una transformación profunda de nuestra organización que convierta al PSOE en modelo de democracia”, incentivando los comportamientos éticos y responsables y la máxima autonomía de los militantes.
Guiados por la defensa del bien común, garantizan que la oposición del PSOE será “responsable” aunque trazando con nitidez una alternativa de gobierno progresista, autónoma pero no aislada, de la mano de los movimientos ciudadanos y, especialmente, de los sindicatos, y colaborando con otras fuerzas políticas progresistas además de abrir el partido a todos los ciudadanos que se sientan identificados con sus ideas.
Con todas esas reflexiones, creen que la etapa abierta con el congreso federal debe estar marcada “por el debate profundo y sereno, la revisión de nuestra organización y el restablecimiento de los lazos con la mayoría social de progreso” y eso no concluirá en febrero, sino que deberá ser impulsado por la dirección integrando “generaciones y sensibilidades”.
Llaman por ello a cada socialista a tomar posición “más allá de cualquier cálculo personal” y de forma libre, en conciencia. Eso es lo que se pretende con el documento, dicen, “aportar idea a un debate que de ningún modo pretendemos agotar sino, simplemente, poner en marcha; porque queda mucho socialismo por hacer, mucho PSOE por hacer”.
El documento concluye anunciando nuevas aportaciones de los firmantes en asuntos concretos como municipalismo y socialismo; crisis europea y política socialdemócrata; la organización internacional de los socialistas; la relación entre partido-sociedad y mejoras en la democracia.

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