La celebración de la Supercopa en Arabía Saudí a cambio de 40 millones de euros para la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y otros 4 para la empresa de intermediación de Gerard Piqué para un periodo de seis años quedó prolongado por otros cuatro años más, hasta un total de diez convocatorias, cuando los saudíes pagaron su factura de enero de 2021 a pesar de que la competición se celebró en España a causa de la pandemia. Según se contempla en las cuentas anuales de la federación correspondientes al ejercicio 2020, como hechos relevantes posteriores el cierre del ejercicio, tras “el pago íntegro de las compensaciones económicas establecidas” se acordó con los representantes de la federación saudí que, “en paralelo, la RFEF asume la aplicación el contrato por el segundo periodo previsto de tres años, y se prolonga su duración por otros cuatro años más”.
En esas mismas cuentas anuales, auditadas por EY, se analizan los cambios en el convenio entre la federación y la Liga Nacional de Fútbol Profesional (LNFP) con especial hincapié en la Copa del Rey, la contratación del VAR y las modificaciones en la competición de la Supercopa tras el acuerdo con Arabia, que se concreta en un incremento considerable de los ingresos y los gastos de la RFEF, sobre todo porque “cabe señalar que los derechos audiovisuales de Supercopa y Copa del Rey han sido enajenados por un periodo de diez y tres años, respectivamente, desde la temporada 2019/20”. De una forma u otra, tanto para la disputa de la competición en la primera quincena de enero de cada año, como para los derechos de emisión, en la Federación que preside Luis Rubiales, se cuenta con una década por delante más que con los seis años que, en principio, contemplaba el contrato con Arabia Saudí.
El negocio de la RFEF con la Supercopa y el aumento de ingresos que supone se incluye de forma íntegra en las cuentas del ejercicio 2020, el mismo en el que la asamblea del organismo decidió un cambio importante en la estructura salarial de su presidente y de la mayor parte de los responsables de la federaciones regionales. Según consta en el acta de la asamblea general ordinaria de octubre de ese año, celebrada de forma telemática, la retribución de Luis Rubiales, reelegido como presidente para el periodo 2020-2024 un mes antes, contemplaría un sueldo base actualizado con al IPC de cada año (estimado en unos 160.000 euros por fuentes cercanas a la entidad), al que se añade una retribución variable del 0,15% de los "ingresos totales anuales liquidados", en los que influirá de forma importante en los próximos años el negocio de la Supercopa. Ese nuevo variable elimina el que hasta entonces tenía del 0,175%, que se desvincula de los ingresos relaciones con las actividades de patrocinio y marketing.
Ese nuevo cálculo es el que ha elevado la remuneración de Rubiales en el año 2021 hasta más de 634.500 euros brutos, que se traducen en 339.000 netos según ha reconocido la propia RFEF en su portal de transparencia. La retribución del presidente del fútbol español incluyen una ayuda para vivienda que no ha sido desvelada y los emolumentos que se lleva como vicepresidente de la UEFA, que fuentes del ámbito deportivo sitúan en el entorno de los 250.000 euros.
Para el año en curso, el organismo espera superar los 400 millones de ingresos totales con la vuelta a la normalidad de todas las competiciones, lo cual elevará también el variable del presidente. El organismo tiene pendientes de presentar las cuentas del año pasado, si bien es evidente que dejará atrás los 253 millones en que se quedó su balance en el año de la pandemia, en el que se registraron unas pérdida de 4 millones de euros.
Precisamente fue en ese ejercicio cuando -sin incluir todavía la nueva remuneración del presidente- los gastos totales en salarios y "asimilados" de la institución se disparan desde 19,5 a 25,5 millones de euros, a causa de la incorporación a la plantilla de los 130 árbitros que rigen en el fútbol español (129 hombres y una mujer), que colocaron el colectivo total que pagaba la federación a finales de 2020 en 402 personas. Si analizamos sólo la remuneración de la cúpula directiva de la entidad, ese coste pasó de 3,3 millones en 2019 a 4,2 un año después.
No obstante, la lupa del sector del deporte rey estará puesta en la presentación de las cuentas del año pasado, en las que se podrá comparar de forma real el incremento de gastos de personal directivo, toda vez que tanto desde el Consejo Superior de Deportes (CSD) como desde otras instituciones se ha puesto el foco en el contrato de Arabia, a la espera de conocer los detalles sobre la intermediación de la empresa de Piqué. El propio presidente del CSD, José Manuel Franco, ha advertido este martes que, si bien parece que todo lo establecido es legal, no resulta "ni ético ni estético" tal y como está planteado.
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