Telefónica y la asignatura pendiente de Latam para culminar su plan de ventas

  • Ultima la venta de los centros de datos, tras hacerlo en Centroamérica y con Telxius. Queda en el aire la salida de México y la OPV de Argentina.
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.
José González

Telefónica sigue completando su operación de adelgazamiento para reducir su deuda financiera. La venta de los centros de datos sigue su curso y está a falta de los últimos flecos para el cierre definitivo. Se suma a la salida de Centroamérica y la colocación del 10% de Telxius. Ante la ola de operaciones hay una certeza: la multinacional ha enfriado hasta ahora todas las operaciones que había arrancado en Latinoamérica. México y Argentina siguen aún en el aire meses después de haber acudido al mercado en busca de inversores.

Si se suman los 600 millones de euros que se barajan como precio final para los centros de datos, Telefónica logrará en un año un retorno de casi 2.200 millones de euros por todas las ventas. A esta última subasta se añaden los 379 millones del 10% de Telxius, adquirido por Amancio Ortega a través de Pontegadea, y los 1.200 millones por Centroamérica (el total superó los 2.000 millones, de los cuales sólo correspondían a Telefónica un 60%). Esta última logró múltiplos sorprendetemente altos.

México, a la espera

Estos han sido los logros. Pero en el 'debe' sigue estando  las filiales de su división del norte y del sur de Hispanoamérica. El equipo de José María Álvarez-Pallete diseñó una 'Operación Verónica' a la inversa. Se trataba de sacar a bolsa o vender una participación minoritaria de buena parte de esas divisiones, haciendo el movimiento contrario al que llevó a cabo a principios de los 2000.

Una de las más emblemáticas es México. Se iniciaron los movimientos después del verano pero fueron posponiéndose hasta hoy. Los fondos Cerberus o Advent fueron dos de los que acabaron pujando por los activos, pero no se llegó a un acuerdo. Todo apunta a que no lo hubo por diferencias con el precio. El presidente de la compañía repetía hace apenas dos meses el mantra que se repitió hasta la extenuación desde los primeros intentos de venta de Telxius en 2016: "No hay necesidad ni prisa ni urgencia de vender activos a cualquier precio"

Este retraso en la venta se produce mientras la competencia sigue endureciéndose en el mercado, con la batalla contra Telcel (Carlos Slim) y el gigante estadounidense AT&T. A esto hay que sumar los problemas regulatorios, sobre los que se refirió hace unos días ante medios locales el vicepresidente de regulación de la operadora en el país, Miguel Calderón. Y dio una cifra: el precio que paga por el espectro radioeléctrico representa el 15% de sus ingresos anuales, mientras que el promedio de todos los países en los que opera es del 4%.

Argentina, paralizada

La otra gran operación que se arrancó y que quedó en suspenso fue Argentina. Telefónica llegó a contratar a dos bancos de inversión para ingresar hasta 800 millones de euros en una salida a bolsa de la filial. Sin embargo, el rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI) obligó a posponer los planes ante los problemas que acarrearía una alta volatilidad y los problemas de depreciación del peso argentino. El escenario de hiperinflación ha golpeado de manera importante a sus cuentas en 2018 (con recortes fuertes en sus ventas y otras cifras). La situación no mejora, en absoluto, pues el país se vuelve a asomar al abismo con una prima de riesgo disparada y un mercado que teme de nuevo a una suspensión de pagos.

Estas son las dos grandes opciones que Pallete ha tenido sobre la mesa en los últimos meses. Ante las dificultades, especialmente en Argentina, analistas ponían también el ojo en Colombia como alternativa. Sobre estos activos no ha habido movimientos. Tampoco lo ha hecho el Estado colombiano, que tiene frenado el proceso de venta del 32,5% que tiene de la compañía de la operadora española en el país (valoró el total en 2.130 millones de euros). La primera fase de esta operación, en la que se daba la oportunidad a empleados activos, extrabajadores, sindicatos o entidades corporativas a plantear ofertas, se quedó desierta. ¿Y la segunda? Sin ningún movimiento.

En este escenario, hay una certeza hasta ahora. O2 no se vende. Al menos no hay planes a corto plazo para ello, tal y como reconoció el presidente de la operadora el pasado mes de febrero. Insistió en que no tiene necesidad de venderla y reconoció que la marcha del negocio es buena. ¿Y la salida a bolsa? No está en el horizonte, con unos mercados bursátiles muy pendientes del Brexit.

La cuenta atrás para el cierre definitivo de la venta de los centros de datos ya ha arrancado. Sería la tercera gran operación de desinversión en el último año. Latinoamérica sigue, al menos por ahora, olvidada a la espera de mejores momentos para lograr precios más altos por sus activos.

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