Una decena de jueces ciegos ejerce en varios países


La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) aprobó el pasado martes un informe favorable a que los ciegos puedan convertirse en jueces, algo que ya ocurre en Gran Bretaña, Perú, Bélgica o Brasil, donde una decena de ellos dictan sentencias a diario. La legislación española conserva en su Ley Orgánica del Poder Judicial un artículo, el 303, que rechaza el ingreso en la carrera judicial a los “impedidos psíquica o físicamente”.
El CGPJ se ha pronunciado a favor de que una persona ciega pueda concurrir a las pruebas de acceso a la carrera judicial, aunque señala que deberá desempeñar sus “funciones en puestos compatibles o adaptados a sus capacidades” y estima conveniente introducir cambios legislativos en una norma que está en vigor sin cambio alguno desde 1985, para que supongan una cierta discriminación positiva para las personas con discapacidad.
La decisión es consecuencia de la consulta hecha por Gabriel Pérez Castellanos, vallisoletano y licenciado en Derecho de 23 años, que podría convertirse en el primer juez ciego de España si consigue superar las pruebas de acceso a la judicatura.
AYUDA DE LA TECNOLOGÍA
Son varios los países en los que ya ejercen jueces ciegos o con discapacidad visual. Uno de los casos más recientes es el de Edwin Béjar Rojas, que en 2010 se convirtió en el primer juez ciego de Perú.
Un año antes el procurador brasileño Ricardo Tadeu da Fonseca, que perdió la visión mientras estudiaba Derecho, acabó la carrera. En 1991 aprobó las oposiciones con una de las mejores notas pero en aquel momento se le denegó la plaza porque no podía leer los documentos relativos a los procesos, pero la digitalización de la justicia ha resuelto ese problema. Ahora juzga a unos 400 presos al mes.
En Bélgica, Bart Hagen, de 32 años también ejerce como juez desde hace varios años y en Gran Bretaña varias personas ciegas y con discapacidad visual fueron nombrados magistrados tras un proceso de selección minucioso. Los elegidos habían pasado por las mismas pruebas y condiciones que el resto de los candidatos y se someten a la misma formación.
El Reino Unido es pionero en esta materia. Ya en 1750, sir John Fielding, quien junto a un hermano magistrado puso en marcha el primer cuerpo de policía profesional en el país, los Brow Street Runners (los corredores de la calle Brow, entonces una de las más conflictivas de Londres), el germen del actual Scotland Yard, se convirtió en el primer juez ciego de Inglaterra.
También en Austria se están planteando la regulación del acceso de personas con discapacidad visual a la carrera judicial y, de hecho, existe un proyecto piloto para valorar la conveniencia de tener magistrados ciegos.
PRECEDENTE ESPAÑOL
En España, el precedente más destacado y reciente es el del juez instructor del 11-M, Juan del Olmo, que culminó la instrucción del mayor atentado terrorista en el país y dictó el correspondiente auto de procesamiento de 1.460 páginas tras ser operado de glaucoma en los dos ojos.
El juez que llevó al banquillo a las 29 personas contra las que logró reunir pruebas de su participación en el atentado de Madrid se hizo cargo de la instrucción desde que el 11 de marzo de 2004 le avisaron por teléfono del atentado, poco después de las 7.30 horas.
Durante dos años instruyó el caso en jornadas maratonianas de mañana, tarde y noche y los siete días de la semana desde el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional. El intenso trabajo y la presión mediática y social pudieron contribuir a que contrajera un glaucoma del que tuvo que ser operado.
En sus últimos tiempos en la Audiencia Nacional, Del Olmo trabajaba con una pantalla de ordenador de dimensiones especiales para facilitar su visión, y así completó las 1.460 páginas del auto de procesamiento. Después de esa instrucción, el magistrado se volvió a su tierra natal, Murcia, donde trabaja como magistrado de Sala en la Audiencia Provincial.

Mostrar comentarios