La gastronomía ha derribado fronteras, lindes y delimitaciones territoriales acercando productos base, aderezos e ingredientes antes desconocidos, que con técnicas que nada tienen que ver con la tradición de un lugar, se han incorporado a las cartas de nuestros restaurantes para presentarnos sabores y texturas nuevas, hasta dejando el acervo gastronómico local al que pertenecían, ser propiedad de las cocinas del mundo. Si la cocina francesa fue el motor que impulsó todo; la española la que modernizó su concepto; es la asiática la que más ha influido en el resto.
Nacho Fernández Picón, emprendedor de alma y oficio, ha aplicado a la cocina de sus restaurantes dos principios rectores que sirven de línea conductora de su propuesta. Aplica la máxima honradez que se traduce en la utilización de un producto de la mayor calidad posible y todo ello sometido a unos precios contenidos que sitúen sus establecimientos en la parte alta de la banda de competitividad. Así, Inari, su primera enseña, es probablemente uno de los restaurantes japoneses con mejor relación calidad precio de la capital.
En La Moraleja, la localidad del norte de Madrid en donde su segundo local de Inari; se ha hecho imprescindible para el público que vive y trabaja en esta zona privilegiada del norte de la capital; ha vuelto a abrir un restaurante cuya cocina está de moda en el mundo, pero que por alguna extraña razón, existen pocos representantes en Madrid. Se trata de la cocina chifa, la que un día nos presentarán Estanis Carenzo y Pablo Guidici. Cocina chifa que no es otra que la lógica evolución que los emigrantes chinos radicados en Perú acabarán transformando su recetario original por la influencia de productos locales.
A la ya obligada presencia de condimentos, especies y picantes, del lejano oriente, se incorporan cítricos, salsas y masas como las de los sobre valorados baos, o los nunca suficientemente apreciados dim sum. La cocina cantonesa y algunas pinceladas de la peruana, los dos pilares que sostienen la cocina chifa; son los protagonistas de Kion & Sui. Nacho ha escogido los platos que de estas tres cocinas, resultan más sutiles y que mejor se adaptan a nuestros paladares. Entre ellos, el arroz chifa, un clásico que potencia su resultado gracias al salteado que le da en el wok.
El solomillo salteado con papas muy acertado. De la cocina cantonesa, la más suave y menos picante de las diferentes cocinas chinas, hay que destacar los dimsun, un plato que borda en Inari y que aquí incorpora en nuevas versiones: como el extraordinario de pato y foie, auténtica explosión de sabor y el de panceta y verduras que sorprende en la boca. De la cocina peruana, tal vez sus dos platos más reconocibles, los tiraditos y ceviches; son un pequeño festival de color y sabor. El ceviche de corvina en ají amarillo, es un plato bien ejecutado y con la dosis exacta de ají, potencia controlada.
Los tiraditos presentan distinta graduación de intensidades y potencias, que se modulan desde el más suave de corvina, a otro de atún, pasando por el de pez mantequilla, hasta acabar en el más completo en boca que es el que elaboran de vieira con kimuchi y aguacate. Animarles pues a que disfruten de la divertida e intensa cocina chifa en Kion & Sui y de su magnífica y amplia terraza (cuando el tiempo lo permita).
C/ Azalea 1,
Plaza de El Soto de la Moraleja,
Madrid
Teléfono: 91 009 08 30
Parking gratuito.
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